Claves del acuerdo para el intercambio de información tributaria con EE.UU.

A partir de enero, no habría secreto bancario entre Argentina y Estados Unidos, lo que le permitiría al fisco nacional acceder a las cuentas no declaradas en aquel país.

Ed Impresa 08/12/2022 Facundo Piai
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El ministro de Economía, Sergio Massa, saluda al embajador de Estados Unidos en el país, Marc Stanley. Foto: Télam

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Especial para La Nueva Mañana

Tal como lo habíamos anunciado en entregas anteriores, finalmente el Gobierno argentino, representado por el ministro de Economía, firmó un acuerdo junto a funcionarios estadounidenses para pescar a la crema de los evasores que tienen cuentas no declaradas en la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) en aquel país. Principalmente en la guarida fiscal de Delaware, uno de los principales refugios fiscales del mundo, caracterizado por tener un régimen tributario laxo, con exenciones impositivas y un secreto bancario fuerte. En criollo: son regímenes proclives a recibir fondos, preguntar poco sobre el origen y reacios a dar información sobre los dueños.

Se trata de atributos comunes a todo “paraíso fiscal” que busca canalizar el dinero no registrado de toda persona y sociedad que se abra una cuenta allí, atraídos por la opacidad y los estímulos impositivos. Las guaridas fiscales son una de las caras de la globalización más repudiada por todos los gobiernos del mundo. Por caso, en la ceremonia de firma del acuerdo de intercambio automático de información tributaria, tanto Sergio Massa como el embajador norteamericano Marc Stanley criticaron al flagelo de la evasión y elusión fiscal por el deterioro que genera al desfinanciar a los Estados. Sobre esto último, dentro de la alianza gobernante algunos estiman que la base imponible sin declarar radicada en los Estados Unidos sería de unos 100 mil millones de dólares. 

Tras formalizar el acuerdo con EE.UU. para intercambiar información tributaria -que muchos lo señalan como un gesto de apoyo contundente del gobierno estadounidense al ministro Sergio Massa-, el titular del Palacio de Hacienda destacó que podrán auditarse las cuentas de titulares argentinos abiertas en aquel país. Además, el sistema de información le comunicaría a la AFIP tanto el dinero de las cuentas no declaradas, como las “utilidades y rentabilidades que esas cuentas pueden haber percibido”. De modo tal que con el cruzamiento de información que posibilita este “acuerdo masivo” podrían cobrar el impuesto a los Bienes Personales a ese dinero que no paga impuestos en el país y Ganancias sobre los intereses que genera.

El ex presidente de la Cámara de Diputados de la Nación señaló que con este acuerdo no buscan “perseguir a nadie”, sino que se trata de un avance hacia mayor “transparencia fiscal y justicia tributaria”. Dos atributos que escasean en un país en donde, según datos oficiales, al ente recaudador nacional se le escurren anualmente más de un billón de pesos por evasión al IVA. Impuesto que explica el 30% de los ingresos totales del erario público, de acuerdo a la recaudación del año pasado. 

De este modo, el Gobierno se encuentra frente a la posibilidad de achicar el déficit fiscal sin necesidad de aumentar la presión tributaria sobre los contribuyentes que cumplen, ni achicar el gasto del Estado afectando a los sectores más postergados, sino ampliando la base imponible con los evasores. El medio que el Gobierno eligió para hacerse de parte del dinero exteriorizado es el blanqueo de capitales, por lo que el oficialismo ya trabaja en un proyecto de ley para que se puedan declarar activos en el exterior, mediante el cual la recaudación anual podría incrementarse unos U$s1.000 millones por año, sostienen desde el equipo económico.

Al ser consultado por este medio, el economista y docente universitario José María Rinaldi, especializado en finanzas públicas, comentó que hay expectativas infundadas en relación al intercambio de datos tributarios con los estadounidenses que comenzará a regir el 1° de enero. El consultor económico enfatizó que Argentina tiene desde hace muchos años acuerdos similares con “la gran guarida fiscal de América Latina: Uruguay”, y jamás se avanzó e investigó alguna cuenta. Por lo tanto, el intercambio automático de información con los estadounidenses “seguramente tenga el mismo destino”, dijo. 

Rinaldi señaló que información sobre evasión y fuga abunda, pero no se avanza. “Se la mide, se la estudia, pero no se la combate por falta de decisión política a nivel mundial”, explicó. En la Argentina hay dos casos emblemáticos de altos funcionarios de la banca internacional arrepentidos que aportaron información de primera mano. Uno de ellos fue Hernán Arbizu, de la banca JP Morgan, que aportó datos de unas 469 empresas y personas físicas que representaban alrededor de 5.000 millones de dólares fugados del país. Mientras que el informático Hervé Falciani entregó datos a la AFIP sobre la fuga de 3.500 millones de dólares mediante el HSBC. Sin embargo, todos los casos fueron “desactivados”, recordó Rinaldi. “Si cada dos o tres años hay un blanqueo y una moratoria, se termina blanqueando la plata y de manera muy barata. Es un chiste”, cerró. 

¿Cuál es el origen del dinero no declarado en cuentas en el extranjero?

Hay consenso entre los tributaristas en que las cuentas no declaradas se alimentan en su mayoría de dinero generado por actividades lícitas y no así de actividades delictivas, que significan una porción muy menor de las cuentas offshore. De lo anterior se desprende que en la evasión de los principales impuestos está la respuesta. Por caso, el incumplimiento del IVA equivaldría al 4% del PBI de la Argentina, de acuerdo a informes de la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe). Porcentaje que duplica las cifras de evasión en Uruguay y Chile por el mismo impuesto.

Asimismo, especialistas en tributación estiman en más de 10 mil a las empresas dedicadas a la venta de facturas falsas, conocidas como “usinas”, que permiten registrar una operatoria que nunca sucedió, posibilitando la subestimación de Ganancias. Así se atenúa la carga impositiva de diferentes impuestos. Según informes de Cepal, en concepto de impuesto a las Ganancias sólo ingresa a las arcas del Estado el 51% de la recaudación potencial. En efecto, parte de este volumen de dinero producto de la evasión se dolariza en el mercado paralelo de cambio y quienes tienen espalda económica suficiente contratan servicios para exteriorizarlo. 

En lo que respecta al comercio exterior, la principal maniobra brumosa por la cual se fugan divisas, según comentan técnicos de Aduana, se da mediante exportaciones trianguladas. Bajo esta modalidad la mercadería es despachada a un país de destino, pero es facturada a un intermediario radicado en otro país (usualmente en Uruguay, Estados Unidos y Suiza). Si bien se trata de una operatoria legal, se comete un delito cuando se recurre a un intermediario internacional para subfacturar la exportación. Un mecanismo similar al de las facturas apócrifas que se da en el mercado interno, solo que acá el exportador aduce vender por menos de lo que realmente lo hizo, liberando dólares que afectan la liquidación de divisas. Al registrarse la operación por un valor menor al real, también reducen la presión impositiva de Ganancias.

  

 

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