Tiempo Latinoamericano cumple 40 años de acción y reflexión cristiana

En octubre de 1982, a contrapelo de la cúpula de la Iglesia Católica, nacía la revista Tiempo Latinoamericano. Cuatro décadas de comunicación, encuentro, reflexión y memoria.

Ed Impresa 21/10/2022 Pablo Javier Rodríguez Pablo Javier Rodríguez
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Miguel Centeno y Luis Vitín Baronetto en el taller de diagramación de Tiempo Latinoamericano. Año 1985. Foto: Gentileza

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DERECHOS HUMANOS

Cuando el fracaso de la aventura bélica de la dictadura precipitaba su caída, Tiempo Latinoamericano irrumpió en Córdoba como un instrumento de comunicación política con “un oído en el pueblo y otro en el Evangelio”, siguiendo la máxima del cura mártir Enrique Angelelli

En su primera editorial, sentenciaba: “En una Córdoba sin palabras, sin docencia ni decencia, en un país que ha perdido su capacidad de asombro, en una América Latina hambrienta de justicia, pero que siempre apuesta a la esperanza, nosotros queremos decir: ¡PRESENTE!”.

Remover las cenizas

Luis Miguel “Vitín” Baronetto, presidente del “Centro Tiempo Latinoamericano – Casa Angelelli y fundador de la revista junto al periodista Juan Carlos Molina y el ex sacerdote Máximo Layús, sitúa el origen: “Había que remover las cenizas, porque abajo estaban vivas las brasas de un cristianismo comprometido en lo político con las revoluciones, que a muchos nos había llevado a la cárcel y a otros al exilio”. 

Baronetto llevaba siete años preso, aunque desde hacía unos meses estaba beneficiado con la prisión domiciliaria en casa de su madre. Para evitar represalias, firmaba sus análisis políticos bajo el seudónimo Juan Dídimo Serrano, que homenajeaba a Perón con las iniciales de los nombres y aludía en el apellido a la geografía cordobesa.

“Había que encontrar la forma de llevar adelante los principios que nos habían inspirado en la juventud; pero en contextos distintos, con una revaloración de la democracia y la exigencia de que se investigara el terrorismo de Estado”, rememora. 

- ¿Cómo recuerda la recepción del primer número?

- La repercusión mayor vino a raíz de un hecho que no buscamos. Desde la revista promovimos a principios del ‘83 un encuentro de jóvenes cristianos y solicitamos las instalaciones de algún colegio católico. Por orden del cardenal (Raúl) Primatesta, el Consejo de Educación Católica prohibió facilitar instalaciones para el encuentro que estaba promoviendo una revista e instó a los jóvenes a no participar. Todo el mundo empezó a preguntar qué era esa revista y así nos conocieron en centros y parroquias, donde empezamos a distribuirla.

Primer encuentro cristianos por la participacion política.  En el antiguo SEP. 8 dic 1985_page-0001

Meterse en el barro

En estas cuatro décadas, Tiempo Latinoamericano editó 109 ejemplares; generó acercamientos políticos con otros movimientos populares de Córdoba, el país y el continente; produjo libros, peñas, reuniones, materiales audiovisuales.

Sin embargo, asegura Baronetto, “la mayor contribución de la revista fue en torno al esclarecimiento del asesinato del obispo Angelelli”. En rigor, el equipo se constituyó como querellante en la causa que en 2014 condenó a prisión perpetua a los represores Luis Fernando Estrella y Luciano Benjamín Menéndez, desterrando la versión que adjudicaba la muerte a un accidente automovilístico.

Con la llegada al Vaticano del Papa Francisco, Tiempo Latinoamericano trabajó también para la beatificación de Angelelli. “Para sectores cristianos identificados con esta perspectiva fue importante como reivindicación de la ruptura con el silencio cómplice de las jerarquías”, indicó Baronetto.

Sobre la vigencia del Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo, analizó que “existe una orientación explícita del Papa Francisco, que insiste en que hay que salir a la calle, ir a las orillas y sacar a los curas y los obispos de las iglesias para meterse en el barro”. 

Sin embargo, observa: “En Argentina hay temor a defender la palabra del Papa y ser escrachados por responder a tal o cual sector político. Falta un poco de espíritu profético. Hay presencia en los barrios, como antes, pero es más silenciosa, no tan pública”. 

Equipo Tiempo Latinoamericano

Los frutos del empecinamiento

En los últimos años, la incorporación de jóvenes ha expandido el alcance de los contenidos de Tiempo Latinoamericano a las plataformas virtuales. Baronetto celebra este movimiento interno: “Es un desafío enorme para los viejos. Confiamos mucho en las nuevas incorporaciones, que toman el timón de estas cuestiones y se acercan con reflexiones políticas, religiosas, ideológicas y preocupaciones sociales. Gracias a ellos también estamos avanzando en la producción de videos y folletos”.

El equipo cuenta con unas 15 personas que se reúnen todos los martes en la sede que tiene el Centro desde 1996, en Belgrano 715 de barrio Güemes. “Eso es algo que nos obliga mutuamente para no depender del humor y el entusiasmo pasajero de cada uno. La constancia de los martes nos ayudó a consolidar el grupo”, concluye Baronetto. 

- ¿Dónde reside la clave que ha permitido que Tiempo Latinoamericano se sostenga por 40 años?

- Es un empecinamiento. Siempre estuvimos convencidos de que hay una siembra que hay que hacer, aunque a la cosecha no la puedas tener en términos muy inmediatos. 

Todos los números de Tiempo Latinoamericano pueden leerse completos en el siguiente sitio web: https://www.revistatiempolatinoamericano.com/ 

  

 

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