Preocupante: aumentan los casos de bullying en el ámbito escolar

Un grupo de investigadores liderado por la especialista Griselda Cardozo proyecta una encuesta sobre la problemática que se instaló con fuerza tras la pandemia.

Ed Impresa 08/07/2022 Marcos J. Villalobo Marcos J. Villalobo
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El bullying, que existió siempre, crece. Y la pandemia favoreció para esta explosión social.

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Hace unos años un equipo de investigación de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), liderado por Griselda Cardozo, exponía que 6 de cada 10 adolescentes sufría acoso escolar. Aquel dato llamó la atención y provocó alerta en toda la sociedad cordobesa. Sin embargo, esta problemática no cesó. Al contrario, después de la pandemia las denuncias crecieron. Las maestras, profesores, directivos, instituciones, padres, alumnos y alumnas, todo el ambiente educativo está preocupado; mientras desde el Ministerio de Educación de la Provincia gestionan herramientas para combatirla.

Griselda Cardozo es doctora en Psicología, especialista en psicología clínica; además realizó un postdoctorado en Investigación en Ciencias Sociales en infancias y juventudes (Clacso) y es profesora titular en la cátedra “Psicología evolutiva de la adolescencia y de la juventud” (UNC y UCC). La investigadora le contó a La Nueva Mañana que actualmente se está trabajando en una encuesta similar a aquella antes referida, con una población mayor, para tener números y conceptos más precisos sobre esta problemática en Córdoba.

Calculan que para fin de año tendrán los nuevos datos, “porque todas las instituciones están necesitadas de tenerlos”, subrayó.

“Estamos revisando la forma de medir, porque en todo este tiempo, con toda esta explosión social de bullying, encontramos que hay muchas situaciones denominadas bullying que no son bullying”, explicó; y agregó que esto resultó de charlas en grupos focales con adolescentes. “Se confunde sexting con cyberbullying, e incluso el acoso escolar no es lo mismo que bullying, dicen los chicos. Por eso estamos adaptando todos los instrumentos para volver a medir”.

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Griselda Cardozo: “El problema no es la escuela. Los chicos de primero, segundo y tercer año nos dicen que la causa empieza en la casa, en la familia, porque los padres bullinean a los hijos”. (Foto: gentileza UNSE)

Argentina, con altísimos niveles de cyberbullying 

El bullying, que existió siempre, crece. Y la pandemia favoreció para esta explosión social. “El cyberbullying creció con la pandemia”, se lamentó Cardozo y trajo a colación el reciente informe de Unicef, donde Argentina ocupa el podio con un triste segundo puesto.  A propósito, este reciente informe de Unicef “Violencia contra niños, niñas y adolescentes en América Latina y el Caribe 2015-2021”, señala que los niños y adolescentes hombres experimentan el acoso escolar con más frecuencia, excepto por el acoso de exclusión (ser apartado del grupo, que se difundan los rumores) que ocurre con mayor frecuencia entre las niñas y adolescentes mujeres, además de que cada tres niños en edad escolar fue víctima de alguna forma de intimidación, incluyendo el acoso cibernético. Y Argentina ocupa el podio con el triste segundo puesto donde más cyberbullying hubo. 

Cardozo explicó la importancia de la visibilización, ya que ahora los chicos se animan a “denunciar” (a los adolescentes no les gusta la palabra denunciar y prefieren decir “dar a conocer”). “Los chicos se están animando comentarles a los adultos. Lamentablemente encontramos un montón de situaciones. Con la pandemia se incrementó el cyberbullying. Aunque no tenemos una cifra exacta, sí manejamos la cifra del reciente informe de Unicef. Ese cyberbullying, con el retorno a la presencialidad, se llevó a la escuela y explotó en las burbujas. Ahora lo que estamos viendo es una mayor concientización y se animan a contar”, resaltó la investigadora.

“Hay bullying en la casa, en el club, en el barrio”

No obstante, Cardozo, que realiza actividades con la Defensoría de las niñas, niños y adolescentes de la Provincia de Córdoba, quiso dejar en claro algo que considera de relevancia. “El problema no es la escuela. Los chicos de primero, segundo y tercer año nos dicen que la causa empieza en la casa, en la familia, porque los padres bullinean a los hijos. Lo que digo es textual de lo que dicen los adolescentes en los grupos focales. Hay bullying en la casa, en el barrio, en el club. Generalmente las situaciones se generan fuera de la escuela y se detonan en el aula. Lo que suele comenzar como un problema en un evento deportivo después se traslada a la escuela. Por eso, no siempre la escuela es el problema, no es siempre donde suele comenzar”, reflexionó.

Aquel informe de la UNC exponía otros dos datos relevantes: 
más del 90 por ciento de los estudiantes secundarios observó conductas de bullying; no existen diferencias significativas según la titularidad de la institución escolar (pública-privada), y el número de casos de bullying es similar en ambos tipos de establecimientos. Es decir que esta problemática está normalizada y no tiene diferencias sociales.

- Hay campañas, películas, y demás que tratan de concientizar sobre esta problemática. ¿Por qué cree que esta práctica, que existió siempre, crece tanto?

- Es complejo, hay muchas variables que inciden. No es sólo la situación entre dos adolescentes. Hay variables como el contexto social, cultural, económico. Pensemos en el contexto social que nos manejamos actualmente, lo que vemos y escuchamos en los medios. Estamos viviendo en un clima social y a ese clima los chicos lo ven. Ellos mismos dicen que ven llegar a sus padres cansados con estos problemas económicos, laborales y detonan en la casa. Por eso, no es un problema unicausal de la escuela. Es multicausal. Es un problema donde estamos todos comprometidos. Es un fenómeno que nos corresponde a todos. Ahora hay un clima enrarecido y lo vivimos todos.

- Decía que se confunde el término. Entonces, ¿qué es el bullying?

- El bullying es una modalidad de violencia. Antes decíamos que esa modalidad se repetía en el tiempo, pero los chicos te dicen que con que una vez pase ya es bullying... Ahora tratamos de corrernos del violento y el violentado, tratamos de corrernos de esa mirada patológica del problema, para poder pensar un escenario donde se pone en juego la situación de porqué ese niño o adolescente ejerce ese poder, esa violencia. Trabajarlo desde las escuelas nos permite trabajar la convivencia y el vínculo. Y eso animamos a que se trabaje más.

Desde Educación indican que funcionan distintos programas de abordaje

Por su parte, desde el Ministerio de Educación de la provincia le explicaron a La Nueva Mañana que esta área “tiene distintos programas desde los cuales aborda las problemáticas comunes que atraviesan a la escuela”, como el programa Escuelas libres de violencias, que lo llevan adelante junto al Ministerio de Justicia y DDHH, donde conforman material y cuadernillos de consultas sobre cómo hacer frente a distintas situaciones como la violencia y el acoso escolar, el consumo de drogas, entre otros. Además, está el equipo interdisciplinario central de Convivencia Escolar que trabaja respondiendo a las distintas demandas y no denuncias. En tanto, en coordinación con el equipo de Convivencia escolar están los Equipos Profesionales de Acompañamiento Educativo (EPAE) que responden a las necesidades de las escuelas del interior en las distintas regiones. 

“Tenemos toda una política para fortalecer, capacitar y dar respuestas a las distintas problemáticas que se presentan en las escuelas... Al regresar a la presencialidad plena después de dos años de pandemia, que implicaba volver a habitar las aulas, reconstruir los vínculos, se construyó un material para que los equipos directivos y docentes pudieran visualizar los desafíos por delante en cuanto a la convivencia”, explicaron desde la cartera provincial.

Talleres de “convivencia”

En la educación media provincial se llevan adelante talleres de “convivencia” que buscan concientizar sobre la importancia de no ejercer ningún tipo de violencia y sobre las consecuencias que este tipo de comportamientos generan en las personas. Los talleres están a cargo de los docentes, que trabajan agrupados por áreas y que deben calificar con una nota a los alumnos una vez finalizada la programación de los mismos. 

 

 

LNM - Edición Impresa 264

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