Los sindicatos renegocian para que los acuerdos paritarios no se atrasen. Los trabajadores esperan poder traspasar las subas de precios y romper la tendencia de los últimos cinco años.
Ed Impresa13/08/2021 Facundo Piai
Especial para La Nueva Mañana
Pese a la desaceleración en ciernes, la inflación acumulada en los primeros siete meses del año encendió las alarmas del Gobierno y de los asalariados. Desde la Rosada saben que la recuperación del poder de compra del salario es condición para que el oficialismo obtenga una buena cosecha en las urnas. Además, la recomposición de los ingresos fue una de las promeses de campaña de Alberto Fernández en la disputa por la presidencia. La irrupción de la pandemia y la consecuente crisis sanitaria desviaron a la economía de ese objetivo, se excusan desde el oficialismo. No obstante, de no lograrlo este año, saben que se erosiona la credibilidad del Gobierno.
El primer semestre terminó con el salario real a la baja, como consecuencia de unas paritarias que siguieron la pauta inflacionaria de 29% y que caducó frente a una inflación ascendente.
Asimismo, para que la economía recupere 11% entre este año y el próximo, como auguran desde el entorno del Presidente, es clave la tonificación de la demanda, al representar el consumo más del 70% del PBI. De ello se desprende que ingresos derruidos implican una demanda deprimida cuyo resultado no es otro que el de una economía sin tracción. Por otro lado, tras la tendencia contractiva de la economía de los últimos 5 años, una inflación promedio del 40% y paritarias a la baja, los asalariados desean aumentar su poder de demanda. En el interregno 2016-2020, solo en el 2017 (año en el que se celebraron elecciones parlamentarias) los salarios estuvieron un 2,1% arriba de los precios, según datos oficiales de Indec. Así, en total, acumulan una pérdida en torno a 25 puntos porcentuales en estos 5 años.
La dinámica salarial registrada por el Indec muestra que el salario total se contrajo 2,5% durante el primer semestre, cayendo nuevamente en relación a la inflación. El informe publicado durante esta semana por el instituto de estadística nacional analiza la evolución de los ingresos de los trabajadores registrados (públicos y privados) y de aquellos que no tienen aportes patronales. Si bien los asalariados registrados tuvieron una suba nominal de 25,4, a la par de la inflación acumulada durante el primer semestre, sufrieron en junio una contracción real de poco más de un punto porcentual.
Así, el primer semestre del 2021 terminó con el salario real a la baja, como consecuencia de unas paritarias que siguieron la pauta inflacionaria de 29% trazada por el presupuesto para el corriente año y que caducó frente a una inflación ascendente. En efecto, esto motoriza a los sindicatos a revisar los aumentos convenidos anteriormente para evitar terminar sumergidos nuevamente por la suba de precios. En este nuevo escenario, con una proyección inflacionaria 11 puntos arriba de la presente en el Presupuesto, los sindicatos buscan cerrar por encima del 40%. Por el momento, quienes ya renegociaron la paritaria, consiguieron aumentos entre 40 puntos y 45% según cierre en el 2021 o 2022.
En el período enero-junio, el sector privado no registrado sufrió una caída de poder de compra en torno al 10 por ciento, de acuerdo a información provista por la Encuesta Permanente de Hogares.
En el último mes, los empleados de comercio acordaron un 42% de aumento, la Uocra un 47,8%, el gremio de Sanidad pactó un 45% y, recientemente, los aceiteros con un 48,5%. Los bancarios, que habían acordado una paritaria original de 30 puntos, lograron actualizarla llegando a conseguir aumentos por el 45%. Estatales, docentes nacionales harán lo propio en los próximos días a la espera de homologar nuevos acuerdos frente al ministro de Trabajo, Claudio Moroni, que ratificó en declaraciones a la prensa que en septiembre se actualizará el valor del Salario Mínimo Vital y Móvil. Mientras que los metalúrgicos que habían acordado revisar su paritaria en diciembre, solicitaron adelantar la revisión y aún aguardan a la convocatoria oficial.
Los trabajadores de Córdoba, por su parte, frente a una inflación acumulada de 27%, negocian los aumentos para el segundo semestre. En el caso de los estatales, se estima que la pérdida frente a las subas de precios fue de 5 puntos porcentuales, razón por la cual piden un aumento de 27,5%. Los gremios estatales con el Sindicatos de Empleados Públicos (SEP) a la cabeza quieren conseguir un aumento salarial que alcance el 45% en todo el año, con cuotas que impacten antes de fin de año para evitar que el aumento se diluya frente a eventuales subas de precios. Si bien la oferta de la provincia es algo menor, se prevé que se llegará a un acuerdo en la brevedad.
Por el momento, los gremios que ya renegociaron la paritaria, consiguieron aumentos que van entre 40 y 45%, según el cierre previsto para una nueva revisión en 2021 o 2022.
Mientras que los docentes representados por la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (Uepc), uno de los sindicatos más numerosos de Córdoba, también solicitó al gobierno de la Provincia la reapertura de la paritaria. Además, al tratarse de los principales aportantes de la Caja de Jubilaciones, también reclaman por una actualización del haber previsional mínimo, que está un 20% debajo del mínimo que paga Anses. Por otro lado, desde el Sindicato de Mecánicos (Smata), que hace tiempo se desmarcó de la regla general del mercado de trabajo y mantiene negociaciones trimestrales, su vocero Leonardo Almada dijo a La Nueva Mañana que “lo que tenemos incorporado este año es el 24,6%, y aún nos faltan dos trimestres”. En el mes de octubre volverán a sentarse las partes y definirán el resto de los incrementos.
De acuerdo al Índice de Salarios publicado por el organismo que dirige Marco Lavagna, el ingreso de los trabajadores informales fue el que más sufrió el embate de la inflación. En el período enero-junio, el sector privado no registrado sufrió una caída de poder de compra en torno al 10 por ciento, de acuerdo a información provista por la Encuesta Permanente de Hogares. Se trata de 2,2 millones de trabajadores cuyo haber es dinámico y en muchos casos al borde de la subsistencia, según datos aportados por el ministerio de Trabajo. Los integrantes de esta categoría se mantienen prácticamente invariantes en relación a la cantidad de “no asalariados” previo a que antes que se desarrollase la crisis sanitaria.
Los gremios estatales de Córdoba, con el Sindicatos de Empleados Públicos (SEP) a la cabeza, quieren conseguir un aumento salarial que alcance el 45% en todo el año.
En efecto, el aumento de la capacidad instalada en las unidades productivas que cerró un semestre en alza, no está generando movilidad en el mercado laboral. Inclusive, aún hay alrededor de 160 mil trabajadores registrados menos que antes de la pandemia. De lo anterior se desprende que si bien el ritmo de la actividad económica permite consolidar la recuperación, con una industria que muestra niveles productivos superiores a los vigentes en 2019, como sostienen en el Gobierno y convalidan las consultoras privadas, no tracciona la oferta de empleo.
De cualquier manera, desde los sectores sindicales anhelan que las reaperturas permitan actualizar sus pautas salariales en línea con una inflación en torno a 40 puntos. Como efecto de ello, esperan que el poder de compra de los salarios evidencie una mejora en el tercer trimestre al ganarle la carrera a las subas de precios. Con unas paritarias alentadas por el clima electoral y el intento de los oficialismos de evitar el conflicto, en función de los acuerdos conseguidos, es factible que también entre las elecciones primarias y las generales el poder adquisitivo del salario mejore algunos puntos más.
El poder adquisitivo de los trabajadores se derrumbó alrededor de un 25% en los últimos cinco años. A excepción de 2017, los salarios estuvieron siempre por debajo de la inflación en el último lustro.
2016: -6 % (inflación 40,9%)
2017: +2,1% (inflación 24,8%)
2018: -12,2% (inflación 47,6%)
2019: -8,4% (inflación 53,8%)
2020: -2,3% (inflación 36,1%)
Elaboración en base a datos del Indec y Cifra-CTA.
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