Aumenta el costo de construir y pone un techo a las expectativas de crecimiento

Desde el Gobierno apuestan a dinamizar la economía de la mano del círculo virtuoso que genera la expansión de la construcción. La inflación del sector dificulta la aceleración de la actividad.

Ed Impresa 21/05/2021 Facundo Piai
COnstrucción by NA
El aumento del costo de la construcción “está acompañado por un faltante de los materiales e insumos" Foto: NA.

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Especial para La Nueva Mañana

En la ecuación económica del Gobierno, la construcción es un factor clave. En 2019, un Alberto Fernández aspirante a la presidencia señalaba a la obra pública como un elemento dinamizador de la economía para superar la crisis. Pues el crecimiento de la industria de la construcción significa la expansión de proveedores locales ya que la cal, el cemento, el aluminio, el hierro, entre otros insumos, requieren de poca importación para su fabricación. Además, la inversión en ladrillos redirige hacia la obra a un excedente siempre deseoso de refugiarse en el dólar que  genera presiones sobre las escasas reservas. 

Ya en la administración del Estado, desatada la pandemia (y agudizado el quebranto económico)  el Gobierno de Fernández reasignó recursos al Ministerio de Obras Públicas traccionando el nivel de actividad de la construcción. Así fue que el sector mostró un buen desempeño promediando el cierre del año pasado, llegando a una expansión interanual de 27,4% en diciembre; la más elevada de los últimos años. En este 2021, gobierno y empresarios aspiran a la continuidad de la recuperación del terreno perdido de la mano de: obra pública y construcción privada.

En el primer cuarto del año el sector mostró resultados ambiguos, desde una reactivación vigorosa (que se advierte desde agosto del 2020), hasta un amesetamiento. Lo cierto es que la construcción alcanzó niveles que ostentaba antes de la pandemia, señalan empresarios del sector. Sin embargo, cuando discernimos entre la obra pública y los proyectos desarrollistas vemos que hay realidades distintas y expectativas diferentes. Si bien se trata de dos caras de una misma moneda, sus performances dependen de variables tan específicas como distintas. 

El cemento, un indicio clave del estado del sector

Si analizamos el consumo de cemento, principal insumo de la construcción, vemos que los despachos de marzo superaron ampliamente la contracción registrada hace un año atrás. Es decir, si comparamos marzo contra marzo, vemos que hace un año el cemento caía un 46%, mientras que el mes pasado creció un 94% interanual. Así, el consumo del tercer mes del 2021 equipara al registrado antes de que la pandemia irrumpiera en la cotidianidad del mundo entero. Inclusive, las más de 974 mil toneladas de portland demandadas fueron sólo superadas en igual período del 2015, 2017 y 2018; años marcados por la expansión de la construcción.

El último informe del Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (Ieric) da cuenta que fueron los despachos de cemento a granel utilizados para grandes obras los que motorizaron la demanda del principal árido para la construcción, más que el cemento fraccionado en bolsa. De lo anterior se desprende que la obra pública protagoniza el repunte actual del sector. De hecho, en lo que va del año se ejecutó poco más de un 20% del presupuesto vigente del Ministerio de Obras Públicas, más de 51 mil millones de pesos. Vale aclarar que el presupuesto para esa cartera prevé destinar durante todo el 2021 el 2,2% del PBI (tras cuatro años por debajo del 2% del producto). 

Si comparamos marzo de 2020 contra marzo de 2021, vemos que hace un año el cemento caía un 46%, mientras que el mes pasado creció un 94% interanual.

También, las obras licitadas siguen la senda de la celeridad. Solo en abril las obras públicas licitadas llegaron a poco menos de $80 mil millones. Mientras que durante el primer cuarto del año se licitaron obras por $240.5143 millones. Es decir, en lo que va del 2021 se llevan asignadas obras por un valor 892% mayor que en mismo periodo pero del 2020. Sobre este tema, el titular de la Cámara de la Construcción de Córdoba (Camarco), Luis Lumello, dijo a La Nueva Mañana que las obras licitadas en febrero-marzo serán adjudicadas en el tercer trimestre del año. Se trata de obras con un valor de unos 10 mil millones de pesos. Consecuentemente, “a partir de entonces se espera un incremento de la actividad, con creación de nuevos puestos de trabajo”. Esta industria se caracteriza por ser muy dinámica en la demanda de trabajo.

Según la información disponible, en lo que va del año, el sector generó más de 15 mil puestos de trabajo registrados. El número de trabajadores formales aún es menor al registrado antes de la pandemia, pero los más optimistas creen que se pueden recuperar los puestos perdidos. No obstante, la evolución de la actividad no es ajena a las restricciones que puedan llegar a implementar para aminorar los contagios. 

La inflación continúa siendo el talón de Aquiles

En lo que respecta a la oferta de trabajo del sector, la obra privada también tiene mucho para ofrecer. En este renglón, se espera que continúen las refacciones y pequeñas obras, al igual que ocurrió el año pasado luego del parate que significó la cuarentena. Las familias de ingresos medios y altos continúan escatimando consumo durante la segunda ola (no vacacionan) y al no poder dolarizar su excedente lo invierten en ladrillos o realizan refacciones en sus hogares. También se espera que los incentivos crediticios para la construcción asignados desde el Ministerio de Vivienda y Hábitat hagan lo suyo. No obstante, el desarrollismo que explica las obras grandes que mueven el amperímetro en lo que respecta a la obra privada no tiene un futuro claro.

Al ser consultados por La Nueva Mañana, desde la Cámara de la Construcción señalaron que las expectativas de la actividad privada están puestas en “la ley de incentivos a la construcción” que propone el blanqueo de capitales y estímulos fiscales para promover la construcción. En el marco del blanqueo, desde la Cámara de Desarrollistas aclararon a este medio que presentarán 13 proyectos inmobiliarios para la provincia de Córdoba. Se trata de inversiones a largo plazo que, de ser aprobadas, se desarrollarán en los próximos años.

Las decisiones que se toman hoy se ven a los 24 meses”, explicó Pablo Balian, empresario desarrollista. Quien, además, dijo tener una expectativa moderada sobre los efectos que la cosecha 2020/2021 puede tener en la inversión inmobiliaria. “El productor agropecuario primero reinvierte en bienes de capital. La expansión del rubro metalmecánico y maquinaria agrícola lo corroboran. Después, si les sigue quedando un excedente sí lo invierten en propiedades para bajar el riesgo de la inversión agropecuaria”, señaló Balian.

Así las cosas, hay poca claridad sobre la performance que la obra privada tendrá en el resto del año. El Índice Construya, que mide el nivel de actividad de once empresas representativas del mercado de la construcción, muestra una merma en marzo con una recuperación de la actividad en abril.

Sin embargo, Luis Lumello alerta sobre los reveses que significan para la expansión de la actividad los aumentos incesantes de los precios. El empresario expuso que el aumento del costo de la construcción “está acompañado por un faltante de los materiales e insumos que hace que la actividad se resienta”. Desde la Cámara reclaman que hoy no hay claridad en los plazos de entrega, lo cual dificulta la performance del sector. Indudablemente, los acuerdos de precios propuestos por el gobierno no dieron el resultado que las autoridades estimaban, señalan desde el sector. De continuar estas dificultades, es de esperar que la actividad se amesete. 

 

 

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