Hilando Sueños: “La casa para vivir y el polo textil para producir”

Lo que se hace en los polos textiles es sacar los talleres familiares con los que trabajan desde sus casas y cooperativizar el trabajo para poder garantizar condiciones dignas.

Economía02/10/2020 Mónica Hernández
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Desde la Cooperativa Hilando Sueños, que integra el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), impulsan que los socios puedan construir su lugar de trabajo sin estar en condiciones hacinamiento y de riesgo en sus propias viviendas.

Exabed, referente de la organización, contó a La Nueva Mañana cómo fueron conformando la cooperativa y algunos aspectos del trabajo en este período de aislamiento social.

“Hace dos años que comenzamos con un espacio y ahora tenemos dos espacios más, y hace dos meses obtuvimos la matrícula. Cuando comenzó la cuarentena trabajamos los primeros tres meses desde la casa, para lo cual cada uno de los socios llevó una máquina pequeña a su domicilio y fuimos regresando a nuestros lugares de trabajo con todas las medidas de seguridad y protocolo”, expresó la costurera. 

En lo referente a la tarea en sí adelantó: “Nosotros trabajábamos en casa. Pero qué pasó, ya nos cansamos de realizar nuestra tarea en los hogares, pues sabíamos la hora en que comenzábamos con el trabajo pero no cuándo finalizaba ni la hora en la que nos íbamos a dormir. Esa es la actividad que a nosotros como costureros nos esclaviza y a partir de allí nos contactamos con compañeros del MTE para tratar de conformar los espacios de cooperativas, es decir un polo textil”. 

Por otra parte, “los costureros nunca, nunca fuimos bien pagados, especialmente al principio de nuestro emprendimiento. Ahora, ya mejor organizados, estamos con más ánimo por la retribución a la labor que desarrollamos. Nuestro lema es: “La casa para vivir y el polo para trabajar, para producir”. 

Aunque todavía tienen que realizar muchos ajustes, “debemos cambiar más que todo porque tenemos muchos compañeros que aún trabajan desde su casa. Ahora estamos en ese camino de crecer y de seguir creando espacio para que todos esos trabajadores se vayan incorporando a los costureros”, añadió Exabed.

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Polos textiles: se ubican en diferentes sectores, ahora tienen cuatro espacios en los barrios La Nueva Esperanza, Malvinas, El Bordo (en la zona de Alberdi) y en el centro de la ciudad, situado en Salta 687, a metros de la Costanera.

Mejorar la calidad de vida

Todas las acciones llevadas a cabo son para la mejora de la calidad de vida de quienes realizan las confecciones de prendas, para tener más espacios donde desarrollar las tareas y sistematizar el horario y no extenderlo más allá de las 8 horas.

“En realidad, producimos, pero ¿qué es lo que pasa? Seguimos trabajando para los clientes brindando un servicio de costura. Pero vamos a seguir luchando día a día, poniéndole el pecho a esto porque queremos que tanto el Gobiernos de la Provincia de Córdoba, a través del Ministerio de Desarrollo Social, nos siga apoyando pues llegamos a confeccionar mochillas a pedido de los organismos oficiales, además de los barbijos que nos solicitó el COE cuando comenzó la cuarentena”, acotó la referente del polo textil. 

Hay mucho trabajo y no necesariamente a través de terceras personas que pidan las confecciones, porque “ya es por segunda mano, eso es lo que queremos que cambie, pues de esta forma los pagos son muy bajos, puesto que hemos recibido muy poco por cada barbijo, 7 o 10 pesos cada uno. Queremos tener mejores condiciones de vida para nosotros los trabajadores y para nuestras familias”, aseveraron desde la organización.

Ayuda, productos y solidaridad

Los trabajadores textiles de cooperativas reciben el salario social complementario que es de 8.500 pesos mensuales. 

Confeccionan remeras y polleras con plana liviana (máquina de coser con 2 o 3 agujas), las cuales venden en ferias, además ropa de marca, como por ejemplo jeans, además de otro tipo de indumentaria a pedido. 

Para poder producir en cantidad necesitan más herramientas de trabajo, pues hay trabajadores que no tienen las maquinarias, para quienes solicitan ayuda y líneas de créditos con intereses bajos y facilidades de pago. 
En este momento aparte de los barbijos les han pedido ropa de trabajo para construcción destinada a una fábrica y están en esa tarea de cumplir con los pedidos. 

Apoyan a todos los merenderos del movimiento a través de comedores ubicados en diferentes barrios y desde que comenzó la cuarentena donaron parte de los barbijos de su producción.  

 

 

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