Matías Suárez, sin el brillo de Núñez pero cumpliendo el plan

El ex Belgrano tuvo un partido incómodo pero lo mismo hizo su aporte intentando jugar. Pocos espacios para generar aunque nunca se escondió. Jugará la final de la Libertadores.

Deportes 23/10/2019Federico JelicFederico Jelic
River Plate Prensa
Una montaña de alegría en River festejando en el estadio rival.Foto: Prensa River Plate.

No fue una noche sencilla para Matías Suárez, quien para conmemorar un año 2019 a puro brillo tendrá como frutilla del postre jugar la final de la Copa Libertadores de América. El pleito en La Bombonera iba a tener ingredientes extras y más allá de que siempre intentó jugar y asociarse con el compañero mejor ubicado, a lo largo de la serie terminó cumpliendo.

Es que aprovechando la ventaja de dos goles logrados en la ida, el juego ante Boca se prestaba para jugar de contra ante la presión asfixiante que el rival iba a proponer en momentos de desesperación. River se salió de su libreto para jugar con el reloj como aliado y allí fue cuando el ex Belgrano hizo su parte. Estuvo activo en la Primera mitad sobre todo, encarando en el mano a mano a Buffarini y a López, buscando combinar con las subidas de Casco y el toque de De La Cruz.

No pudo cristalizar en velocidad ni hacerse valer en los espacios pero siempre intentó jugar y darle buen destino a la pelota. Pero claro está, siempre estuvo en inferioridad numérica, su presencia se fue diluyendo.

Así y todo fue el último cambio del DT Marcelo Gallardo, como dando por sentado su conformidad en lo táctico.

Cuando ya Boca agitaba con todo y River aguantaba, el "oreja" tuvo casi una actuación de adorno. Pero a lo largo de la serie dejó en claro su capacidad de generar peligro como pasó en Núñez, a pesar de que en La Bombonera poco pudo generar.

Para decorar su excelente año, Suárez irá en noviembre por el desafío impensado en enero pasado: jugar la final de la Libertadores. Desde que dejó Belgrano (en zona de descenso, hay que decirlo), se abrieron todos sus sueños: convocado a la selección Argentina, brillar en River, jugar la Copa América y ahora definir el máximo torneo continental. Suárez no quiere despertar. Y lo tiene merecido.

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