Mauricio Macri y el campo: entre la crisis, el miedo y la inestabilidad

El conjunto de los sectores de la producción de la Argentina debate su futuro cada vez más incierto. El vínculo presentado como “indestructible” empezó a mostrar sus propias grietas.

Ed Impresa06/09/2019César Martín PuchetaCésar Martín Pucheta
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El Presidente Mauricio Macri conserva buenas relaciones con los sectores más fuertes de "el campo". Fue ovacionado en la última exposición rural.Foto: NA

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El viejo adagio que anunciaba romances eternos entre la actual administración nacional y los sectores de las patronales agropecuarias ha comenzado a ser puesto en duda, empujado por la falta de respuestas concretas a las problemáticas actuales, disposiciones económicas que no se aplican y las pocas certezas respecto al futuro inmediato de la producción primaria a nivel nacional.

La caída

Las dificultades para los productores agropecuarios no son nuevas y se vienen expresando desde hace tiempo, sobre todo luego de las sucesivas crisis que el sector tuvo que transitar por los imponderables climatológicos que se manifestaron con sequías e inundaciones durante el 2017 y el 2018. En un nuevo contexto de bonanza, la inestabilidad cambiaria vuelve a complicar las cosas y la rentabilidad vuelve a caminar por la cornisa.

El problema de la volatilidad cambiaria repercute en la falta de precios internacionales, pero también influye sobre otros aspectos centrales que hacen a los costos de la producción: combustibles (cuyo congelamiento, en caso de ser exitoso, se mantendrá solamente hasta fin de año), fletes y semillas dolarizadas. Pero, además, la caída del consumo interno reduce los potenciales destinos de la producción: lácteos y carnes experimentan niveles que algunos casos se ubican por debajo de los registrados durante el 2001 y eso preocupa, sobre todo, al sector ganadero de todo el país.

Si bien la apertura de los mercados internacionales logra mantener en un estado de gracia, sobre todo, a quienes trabajan con el mercado de granos, hay una realidad de la que quienes exportan tampoco pueden escapar: se produce con costos en dólares y se obtienen ganancias en pesos. Sólo en la semana que le siguió a las elecciones primarias, esa brecha se ensanchó en más de un 20%.

“La rentabilidad se la están comiendo los costos”

“Debemos repensar y replantear costos todo el tiempo. Es muy difícil encontrar precios estables para desarrollar un negocio”, dice a La Nueva Mañana Pedro Salas, titular de la Sociedad Rural de Córdoba. “Nosotros no trabajamos en el corto plazo y desgraciadamente estamos en una economía de especulación. En el sector ganadero tenemos que pensar en plazos de entre 120 y 180 días, que es el tiempo para poner un animal en forma y dejarlo listo para la venta. El costo del flete se nos actualiza cada 20 días, el maíz que se usa para el engorde está aumentando todo el tiempo, el combustible no sabemos cuánto va a salir de acá a tres meses. Ese combo nos pone en una situación muy difícil”, asegura.

“Es cierto que el sector ganadero tuvo una mejoría en los últimos años porque los precios venían muy atrasados y se duplicaron. Pero, en este momento, la rentabilidad se la están comiendo los costos”, afirma Salas, que suma al combo la situación del Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria). “Las vacunas aumentaron mucho y los costos relacionados con el cuidado del animal se han ido muy arriba”.

En esa situación también impacta la variable del recorte llevado adelante por la administración nacional ya que, al levantar varias de las oficinas que funcionaban alrededor del país, los controles se hicieron más laxos. Más allá de que “el productor es muy consciente respecto del cuidado de su hacienda”, cualquier dificultad sanitaria puede resultar compleja de controlar. “No es lo ideal”, afirma el presidente de la Sociedad Rural cordobesa.

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“Nosotros no trabajamos en el corto plazo y desgraciadamente estamos en una economía de especulación. En el sector ganadero tenemos que pensar en plazos de entre 120 y 180 días, que es el tiempo para poner un animal en forma y dejarlo listo para la venta". Pedro Salas, titular de la Sociedad Rural de Córdoba.

“El productor está temeroso y vulnerable”

Para Gabriel De Raedemaeker, “toda la parte extra pampeana que no se dedica exclusivamente a la soja sufre y padece la inestabilidad”. “Quienes se dedican a producción de carne o trabajan en tambos demoran mucho tiempo en actualizarse respecto a las variaciones del tipo de cambio, por lo que ese tiempo en el medio es una pérdida total”, dice el titular de la Confederación de Asociaciones Rurales de la Tercera Zona (Cartez).

Esta inestabilidad política que quebranta la estabilidad económica atenta a la capacidad de inversión. Las tasas están por las nubes y las expectativas se van modificando todos los días, por lo que el productor está muy temeroso y vulnerable. Encima, tiene que lidiar con normativas que deberían ponerse en defensa del eslabón más débil de la cadena y no están cumpliendo” afirma De Raedemaeker haciendo referencia a Disposición 9/2019 de la Dirección Nacional de Control Comercial Agropecuario por la que Cartez reclamó a comienzos de semana. “Los exportadores te liquidan con el tipo de cambio de la fecha de la venta y no de la fecha de cobro. Nosotros habíamos pedido cobrar en dólares billetes, pero no hubo consenso, entonces salió esta norma. Si yo tengo que cobrar hoy, deberían pagarme con el tipo de cambio de ayer y no con el tipo de cambio del día en que yo hice la venta, 10 o 12 días atrás, porque la volatilidad es muy grande”, explica a La Nueva Mañana.

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“toda la parte extra pampeana que no se dedica exclusivamente a la soja sufre y padece la inestabilidad”. Gabriel De Raedemaeker.

Gestos, temores y futuro

En el plano estrictamente político, las expectativas puestas en la arena electoral abren las lecturas respecto al futuro y las necesidades inmediatas. Semanas atrás, los integrantes de la Mesa de Enlace se juntaron con Alberto Fernández. Según el responsable de Cartez, esos encuentros son de carácter institucional, “corresponde hacerlo” y están pedidos con todos los sectores.

Políticamente, el sector que representa De Raedemaeker manifiesta su preocupación por algunos dichos que, en las últimas semanas, tuvieron como protagonistas a referentes (autorizados y autoproclamados) del Frente de Todos. Puntualmente la propuesta de Felipe Solá de “volver a una Junta Nacional de Granos” y la descabellada idea de Juan Grabois de avanzar con una Reforma Agraria que limite la tenencia de tierras a las 5 mil hectáreas por productor.

Si se da la situación que uno percibe que puede llegar a ocurrir, está en juego la República. No es por parafrasear a Carrió ni nada por el estilo, pero uno escucha que hablan de reforma agraria, de avances sobre la propiedad privada, de controles comerciales, de reforma constitucional y de cambios en la Justicia. Todo eso es poner en juego los pilares básicos de la República y, como nadie los sale a desmentir, uno no sabe si hablan en representación de alguien, si están anticipando políticas o si están dando algún tipo de opinión personal”, explica el referente de Cartez.

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Juan Grabois, abogado, docente universitario y dirigente social. (NA)

“Sería lamentable volver atrás en la apertura que se ha dado con el mundo”

Para De Raedemaeker, “no hay que volver a prácticas nocivas del pasado como lo son las distorsiones del mercado y prohibiciones de comercialización que llevan a prohibiciones productivas”. “Si vos ponés trabas a la venta de algún porducto, estás desincentivando esas producciones. Con nada el campo te produce una revolución productiva y nosotros no pedimos incentivos, pedimos que no nos pongan trabas. Sería lamentable volver atrás en la apertura que se ha dado con el mundo”, afirma.

Para Salas, “el pasado no se puede repetir. Ya fue y vino de otra realidad”. “La cuestión es cómo se acelera la generación de divisas y cualquier Gobierno que quiera hacerlo debe apostar al camino de la producción y el trabajo”, asegura.

¿Dónde está la plata del FMI?

Muy crítico con la actual administración, el titular de la Sociedad Rural de Córdoba afirma que “hay dos opciones: o priorizás el trabajo y la producción para poner el país en la senda del desarrollo y la producción para crecer recuperando el mercado interno, o priorizás la rentabilidad financiera y la fuga de capitales”. “El país se ha endeudado en 150 millones de dólares y le debemos al FMI más que nunca en la historia. ¿Dónde está la plata? Tenemos un fenómeno de industricidio como si fuésemos un país en guerra y eso me lleva a decir que este Gobierno ha dejado un saldo muy negativo para la industria, para el comercio, para el trabajo y para la producción. En medio de eso, han logrado algo inédito, una estanflación duradera, duplicaron la inflación y multiplicado las tasas de intereses dejando venir abajo empresas históricas del país. Han puesto en jaque hasta a la Coca Cola”, afirma Salas.

 

 

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