Un Talleres mitad de tabla busca dar el salto con los mismos elementos

El domingo recibe a Vélez, dando inicio a su participación en la Superliga, con algunos matices que no invitan a la ilusión pero sí a la consolidación del proyecto.

Ed Impresa26/07/2019Federico JelicFederico Jelic
Pochettino
La consolidación de Andrés Cubas y Tomás Pochettino (foto) no es tan regular como se presumía. Foto: Talleres

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Especial para La Nueva Mañana

¿Le va a alcanzar a Talleres con el equipo que mantuvo y que no pudo reforzar en demasía para conseguir sus aspiraciones internacionales?

Dentro de la ecuación lógica, no tuvo bajas relevantes en cantidad pero sí en calidad, y apenas hubo tres caras nuevas, dentro de una Superliga estancadas y con el mercado de pases más austeros de los últimos tiempos contemporáneos. El domingo la ilusión vuelve a rodar, se levanta el telón de campeonato y ante Vélez el albiazul sacará a relucir también sus preocupaciones.

Se mantuvo el plan austero del presidente Andrés Fassi, con la única renovación en la conducción técnica y pocos elementos más para conquistar al hincha, que acompañará pero sin la masividad de años anteriores.


La llegada a modo de apuesta del DT Alexander Medina es de las determinaciones más arriesgadas de Fassi. Todavía goza del extenso crédito en confianza tras lo conseguido en su proceso en materia deportiva, pero no parece distar demasiado del perfil del “Cacique” de la propuesta del saliente Juan Pablo Vojvoda, quien terminó pagando los platos rotos de las eliminaciones en Copa Libertadores y el haberse quedado fuera de la clasificación a la Sudamericana con un plantel lejos de la altura de la competitividad.

Más allá de todo, Talleres decidió conservar su equipo, con categoría  de media tabla. Ese es su parámetro: entre 13° y 10° del torneo. Porque solamente armó las valijas el delantero Sebastián Palacios, con rumbo a Independiente, dentro de los titulares indiscutidos. El peruano Miguel Araujo alternaba más allá de su roce internacional. Con las llegadas de Franco Fragapane y dedos conocidos de la casa como Jonathan Menéndez y Nahuel Bustos, hay intenciones de fortalecer la zona de gatillo, pero en otros planos, sigue todo igual. Es decir, sin depuración y sin apuestas, esta temporada en barrio Jardín no parece haber grandes fundamentos como para ilusionarse con una gran campaña y ser protagonistas, aunque en muchos casos, dentro de este mercado tan volátil, hay miradas que dan beneplácito a la posibilidad de sostener el grupo sin tantas bajas, como para darle bases sólidas al proyecto en maduración y  en confianza.

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La última línea albiazul no contó con los refuerzos que alguna vez sonaron.  Foto: Talleres



¿Dará el salto de calidad Talleres este campeonato? Ni siquiera el campeón Racing Club se decidió a hacer grandes inversiones, patrimonio que le corresponde a un Boca Juniors despechado, con la necesidad de hacer saltar la banca con la onerosa y grandilocuente contratación del italiano Daniele De Rossi. El resto, todos iguales.

Lo positivo de la cosecha del Albiazul en estos años es la certeza de que con los promedios por tres temporadas más, no debe tener grandes amenazas con el descenso. Con repetir la regularidad de los últimos torneos le alcanzará para sostenerse en la Superliga. Pero como la vara quedó alta y el paladar de los hinchas tomó más dulzura, siguen faltando nombres o elementos que sostengan la esperanza y  permitan la inscripción masiva de socios. La campaña con el retorno nominal de Pablo Guiñazú trajo más entretelones que realidad y a días del debut la demanda no se alteró demasiado como esperaban desde la sede en la calle  Rosario de Santa Fe.

Con este panorama, ¿le alcanzará a Talleres para ser competitivo con este plantel? La renovación del experimentado Javier Gandolfi suena más a una necesidad ante la llegada de un hombre de jerarquía en la última línea, como se sufrió el fin de semana pasado ante los santiagueños. La consolidación de Andrés Cubas y Tomás Pochettino no es tan regular como presumían mientras que Juan Ramírez y su futuro (pretendido por San Lorenzo) a esta altura parece una mala decisión por los plazos disponibles en juego.

Dayro Moreno casi en soledad sigue levantando la bandera de la ilusión, pero no hay mucho más argumentos como para dimensionar un Talleres en los puestos de vanguardia. La mixtura entre juventud y experiencia está en desbalance, y solo la solidez del gran arquero Guido Herrera (que no pudo  ser negociado al exterior) es el punto de equilibrio emocional de un grupo que todavía no contagia.

El objetivo sigue siendo de mínima llegar a alguna Copa, de lo que permita la cosecha. La planificación institucional sigue en pie, solo que por virtudes y defectos, la llama luce semi-encendida pero con hambre en busca de dar el zarpazo sorpresa para aquellos escépticos que reclaman nombres por encima del proyecto deportivo. ¿Alcanzará esta vez?

 

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