Desde el 2012 la UNC advierte por presencia de virus en el lago San Roque

Son los causantes de las gastroenteritis agudas y su presencia revelaría una matriz contaminada por materia fecal. El estudio fue realizado por un equipo del Instituto de Virología.

Córdoba 30/03/2017 Mariana Romito Mariana Romito
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El estado paupérrimo del agua del lago San Roque no es novedad. Cada año el espejo de agua se cubre de algas ante la presencia de materia orgánica, aunque recientemente el problema quedó en evidencia por el manto multicolor de hongos que cubrieron el lago.

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La UNC recordó que desde el año 2012, investigaciones realizadas por un equipo del Instituto de Virología ya había advertido sobre la presencia de numerosos virus, algunos de ellos causantes de las gastroenteritis agudas.

La investigación, difundida en su oportunidad por la agencia UNCiencia, detectó la presencia de una combinación de virus entéricos (Astrovirus, Enterovirus, Polyomavirus, Rotavirus, Norovirus y Picobirnavirus) en aguas del lago San Roque, uno de los puntos neurálgicos del circuito turístico del Valle de Punilla, en la provincia de Córdoba.

Para el trabajo los autores tomaron muestras todos los meses, de enero a diciembre de 2012, de las desembocaduras de los ríos Cosquín y San Antonio, del centro del embalse y de la zona del paredón del dique, donde nace el río Suquía. 

mapa lago san roque

Los “virus entéricos” son causantes, en su mayoría, de las gastroenteritis agudas. Tienen una ruta de circulación e infección oral-fecal: ingresan por la boca y se eliminan con las deposiciones. Existen dos formas en que pueden llegar al ambiente. Una es que los efluentes domiciliarios sean vertidos sin tratamiento previo o este resulte insuficiente; la otra es que las precipitaciones e inundaciones “laven” las letrinas y sangrías de las viviendas, arrastrando sus contenidos a la superficie. Por ambas razones es factible encontrar estos microorganismos en lagos y ríos próximos a zonas con grandes poblaciones.

Sobre este punto la investigación del equipo del Instituto de Virología de la UNC realiza un aporte significativo: mientras que la mayoría de las muestras presentaron niveles bacterianos (de Escherichia coli, Enterococos y Coliformes fecales) dentro de los límites aceptables, en todos esos casos se encontraron varios virus entéricos: Picobirnavirus en el 76,3% de los casos; Norovirus en el 71,7%; Enterovirus en el 63,2%; Astrovirus en el 60,5%; Polyomavirus JC en el 52,6%, y Rotavirus en el 50%, informó UNCiencia.

virus san roque

La razón que explica esos resultados es que “las bacterias son menos resistentes que los virus, por ejemplo, a los tratamientos de una planta potabilizadora”, reza el informe.

En condiciones óptimas de nutrientes y temperatura, las bacterias se dividen y se reproducen, porque son organismos celulares, e incluso aumentan en la matriz acuosa. Los virus, en cambio, son inertes en el ambiente. Solo se dividen y se reproducen en un huésped, que puede ser una persona o un animal.

Además, los virus entéricos son muy resistentes. Pueden soportar procesos de potabilización con hipoclorito y con luz ultavioleta y son capaces de pasar por el tubo digestivo, donde existe una gran acidez, sin resultar destruidos. Como si fuera poco, son muy variables: una persona nunca termina de inmunizarse porque las cepas van mutando constantemente.

El objetivo último del trabajo que llevaron adelante los investigadores del Instituto de Virología de la UNC es determinar qué grupo de virus entéricos funcionaría mejor como complemento del análisis bacteriano para evaluar la calidad microbiológica del agua. En este sentido, concluyeron que la detección conjunta de Enterovirus viable y el genoma del Picobirnavirus podrían ser indicadores prometedores de contaminación fecal humana y animal en la superficie del agua durante todo el año.

Imágenes: UNCiencia

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