Una caminata a lo más alto de La Cumbre

Se acercan las vacaciones de invierno y está bueno ir pensando algunos planes para concretar esos días en que, fundamentalmente, los más chicos están con tiempo libre y muchas ganas de salir a pasear.

Lo mejor es aprovechar las horas más cálidas para andar al aire libre y disfrutar de la naturaleza, sobre todo en cualquier lugar de las sierras que nos quedan tan a mano.

Una opción que les propongo es ir hasta la ciudad de La Cumbre, en pleno valle de Punilla, para hacer unos de los paseos turísticos más típicos. 

La Cumbre siempre es una gran opción

Hasta allí se puede llegar por la famosa Ruta Nacional N°38, pero un plan ideal para arrancar paseando y contemplando las hermosas vistas, es ir por el Camino del Cuadrado y salir directamente en Valle Hermoso. De esta manera se evita pasar por todas las otras localidades e ir por una ruta “más natural”. En cualquiera de las dos opciones, son unos 90 kilómetros los que separan a La Cumbre de Córdoba capital.

Luego de pasar por La Falda, Huerta Grande y Villa Giardino, ya se llega a la bella ciudad de La Cumbre. Sus casonas antiguas, su belleza natural, sus propuestas gastronómicas, culturales y de entretenimiento son un gran atractivo para disfrutar de una jornada o de varios días a pura diversión en la ciudad.

Ascenso al Cristo Redentor

Este es un clásico de las opciones turísticas que propone La Cumbre. Para dar un ejemplo autorreferencial: recuerdo haber realizado el ascenso al Cristo Redentor cuando hice mi viaje de egresados de la escuela primaria, en la década del 90. Hagan sus cálculos, pero sin juzgar.

Más allá de la autorreferencia, el Cristo Redentor es una obra escultórica de siete metros de altura emplazada en el año 1954. Es por eso que cuenta con tanta tradición entre las propuestas turísticas de la ciudad.

Para llegar hasta allí hay que dirigirse hasta la calle Monseñor Pablo Cabrera al 600 y comenzar el ascenso. No se cobra entrada para ingresar, solo hay un sector para estacionar los vehículos donde sí se cobra un monto “a voluntad” por el servicio de cuidado.

El recorrido tiene una extensión de 600 metros por un camino ancho y bien demarcado, donde se puede caminar cómodamente. Además, va siguiendo las estaciones del Vía Crucis por lo que se encuentra perfectamente señalizado. 

Es una caminata de baja dificultad, con pendiente por supuesto, porque se sube al Cerro La Viarapa, el punto más alto de la ciudad. Lentamente, el recorrido va develando distintas vistas de la zona y está bueno detenerse a contemplarlas.

Claro que al llegar a la cima es donde se tiene el mejor panorama: todas las rutas de acceso a La Cumbre, la zona oeste de las Sierras Chicas, el camino hacia Cuchi Corral y hasta algunos patrimonios arquitectónicos que sobresalen del paisaje natural. 

La escultura del Cristo Redentor es imponente y fue realizada por el escultor Luis Ramacciotti, como punto cúlmine del Vía Crucis. A sus alrededores hay muros bajos hechos con piedras que sirven para que la gente se siente, tome unos mates, contemple la vista y reponga energías luego de la caminata.

Un bonus para sumarle diversión

Otro planazo para ir hasta La Cumbre es hacerlo en el Tren de las Sierras y así vivir la aventura de viajar a otro ritmo y disfrutando de un camino distinto al habitual. 

El Tren de las Sierras tiene servicios todos los días, en diferentes horarios, y sale desde la Estación de barrio Alta Córdoba. Siempre conviene averiguar antes y reservar los pasajes.