Talleres dividió puntos con Racing Club al empatar 1 a 1 en la ventosa tarde en el Mario Kempes, con sensación de que deja pasar una chance más pero que a la vez, con recursos limitados y con la gran cantidad de lesionados que suma la enfermería, no viene tan mal.

El contexto no es el mejor, no tiene delanteros ni hombres de gol, por eso la igualdad no cae tan fuerte en el ánimo del hincha en general, aunque sigue lejos de sus objetivos en la Liga Profesional. 

La reacción llegó luego del tirón de orejas en el entretiempo por el DT Pedro Caixinha, porque el primer capítulo fue olvidable en todo sentido. Ya de arranque la defensa mostró grietas que no se sufrieron tanto porque a Racing le faltó afinar la puntería.

Como pasó con el increíble gol que falló Enzo Copetti con el arco a su disposición. Insólito. Pero claro, la retaguardia albiazul siguió dando ventajas porque Malatini nunca llegó a conectar con Matías Catalán y en los cierres tampoco hubo auxilio, así que no sorprendió que llegara el tanto del albicelestes. Gran centro desde la derecha, conexión de cabeza de Alcaráz al ángulo y a cobrar. Antes de esa, Guido Herrera había tapado dos disparos de larga distancia.  

La despedida de la gente camino al camarín no fue generosa: “Movete Talleres movete”, sonó casi al borde del reclamo colectivo. De todas maneras, el albiazul jugó sin delanteros: Con Diego Valoyes no tiene el mismo peso ofensivo ni la referencia ya que no es natural en esa función, y por ende en muchos pasajes se fue superponiendo con los volantes ofensivos, como Garro, Matías Godoy y Pizzini.

En esa etapa, no hubo ocasiones de peligro en el arco rival. 

Ortegoza por Pizzini, Alan Franco más adelantado y a jugar. Cambio de mente. Las piezas cambiadas le dieron rédito al local porque a los tres minutos nomás llegó el penal de Orban sobre Diego Valoyes y el colombiano cobró. La actitud fue otra, la presión en la pelota rival fue más efectiva  y tuvo varios minutos donde pudo desnivelar. Pero el gasto ya parecía haberse realizado.

Alguna pincelada de Garro más el peligro de siempre de Valoyes, pero el mayor acierto pareció haber sido darle solidez a la defensa para tapar a los veloces de Racing.

El equipo de Fernando Gago tomó la posta luego de que pasara la tormenta, de hecho hizo revolcar a Herrera en dos oportunidades pero nunca más pudo dejar cara a cara a Copetti con el gol. Y encima, sacó de la cancha a Alcaráz, que venía siendo un fuerte dolor de cabeza para la defensa albiazul. 

El partido se fue consumiendo con sensación de conformismos para ambos equipos. De todas maneras el punto le sirve de poco a Talleres porque sigue sumido en la mediocridad del torneo, lejos del objetivo. Las lesiones dejaron su mella, no tiene delanteros naturales en el plantel y entonces, se arregla con lo que tiene y lo que puede.