El 60% de los empresarios argentinos duerme con el celular prendido

En su mayoría hombres de entre 40 y 60 años, contestaron preguntas que buscaban reflejar qué aspectos afectan su vida diaria.

País11/01/2017
celular

Cerrar balances, reuniones con inversores, presentar informes, lidiar con quejas o problemas en la planta. La agenda del presidente de una compañía suele estar cargada de situaciones desafiantes y de alto contenido nervioso. Hacer deporte, ir al cine o pasar tiempo con la familia no son actividades menores si se quiere mantener el nivel de ansiedad dentro de una escala saludable. 

Para relevar cómo se maneja el empresariado local, Vistage Argentina, la organización que nuclea a CEOs y número uno de empresas, realizó entre sus socios la “Encuesta de Calidad de Vida de los Líderes Empresarios”. El informe, que contó con la participación de 163 directivos y APERTURA reproduce en exclusiva, tiene como finalidad evaluar cómo perciben su propia calidad de vida los altos ejecutivos y detectar estrategias para vivir mejor mientras lideran sus proyectos y negocios.

Según Vistage, un buen líder hoy no solo tiene como objetivo obtener buenos resultados en los negocios, sino también alimentar las conductas personales que lo distinguen por su buena calidad de vida. “Los líderes que combinan y valorizan los aspectos laboral, familiar y personal resultan ser los más valorados por el mercado como también por sus colegas”, aseguran desde la organización. 

El 31 por ciento afirmó estarlo, mientras que el número del año pasado apenas llegaba al 20. Canton agrega que en la Argentina, la falta de previsibilidad es un factor que dificulta el trabajo en comparación a otros países. Para Alejo Canton, presidente de Vistage Argentina, a primera vista los resultados de la encuesta fueron alentadores. Destaca que en categorías como horas de trabajo y tiempo con la familia, los números resultaron positivos: 52 por ciento de los encuestados dijo sentirse bien con la cantidad de horas trabajadas, mientras que el 48 por ciento declaró estar bien con el tiempo que le dedica a su familia. Sin embargo, aunque Canton afirma que son números alentadores, resalta que en comparación con los resultados obtenidos el año pasado el porcentaje cayó 10 puntos. 

Otro de los puntos de la encuesta indaga acerca de cuántas horas semanales le dedican los empresarios a actividades personales. Sobre esto, solo el 31 por ciento de los encuestados dijo sentirse bien, mientras que el año pasado los que respondieron positivamente llegaban al 48 por ciento y en 2014, al 44. 

Para Canton, la razón de esta baja se debe a la coyuntura que atraviesa a las compañías: “Es un año económicamente difícil, en el que las empresas la están pasando mal. No hay reactivación económica, y aunque nuestro Índice de Confianza da muy alto, esto no se plasma en los resultados. Hay un alto nivel de ansiedad. Los CEOs tienen que hacer más con menos”. En esta línea, no resulta extraño que haya subido el número de encuestados que aseguraron sentirse muy estresados.

Otra conclusión que resaltan desde Vistage muestra que los empresarios no cuidan su salud emocional, y esto es perjudicial tanto para ellos como para sus firmas: “Cuidarse a uno mismo pasó a ser una habilidad importante para ellos. Es estratégico para la empresa que se cuiden a sí mismos. Por eso preocupa que solo el 31 por ciento diga que se siente bien respecto a sus actividades personales. Darse un tiempo para desarrollar actividades recreativas durante el horario fuera del trabajo colabora con la salud emocional de los empresarios. El pasatiempo que rankeó primero fue hacer deportes, con el 61 por ciento. Específicamente, los encuestados eligieron el golf en primer lugar, seguidos por caminatas, fútbol y tenis. El 40 por ciento prefirió pasar tiempo en familia, y el 20, con amigos. Otras actividades elegidas fueron leer, mirar películas o series, ir al cine y al teatro, y escuchar música. 

La tecnología parecería no ayudar. El 58 por ciento de los consultados confesó dormir con el celular prendido, mientras que el 45 por ciento afirmó que siempre responde sobre temas laborales una vez finalizada la jornada. El dato sobre quienes no pueden desprenderse del teléfono subió con respecto al año pasado, que había llegado al 46 por ciento. “El problema de no cortar es el desgaste. El cuerpo pasa factura, se deja de ser efectivo, pero también repercute en la familia. En la empresa siempre hay algo urgente, con consecuencias inmediatas en facturación. Pero en el largo plazo se pasa a ser un desconocido en la casa”, advierte Canton. 

Fuente: aperturay Mundo Empresarial

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