Contra la oscuridad: sin presupuesto para la luz, científicos del Ferreyra instalaron paneles solares para salvar sus investigaciones

Ante la quita de los subsidios, el monto de la boleta de luz llegó a superar el presupuesto anual del centro de investigación médica en Córdoba y puso en riesgo la preservación de muestras biológicas. A fuerza de gestiones, pero también de rifas y eventos a beneficio, lograron resistir la paralización del edificio.

Córdoba10/06/2025Miriam CamposMiriam Campos
Instituto Ferreyra by Sebastián Miranda
Este lunes, con un acto valorizando el esfuerzo de los investigadores del Instituto Ferreyra, se inauguró oficialmente la instalación de los paneles para suministrar de energía solar al organismo científico. Fotos: gentileza Sebastián Miranda

“Esto nos permite tener más aire para poder seguir trabajando, pero no soluciona el problema de fondo”, dice a LNM Ricardo Pautassi, investigador, docente y vicedirector del Instituto de Investigación Médica Mercedes y Martín Ferreyra (IMMF), sobre la instalación de paneles solares en la sede del organismo especializado en investigación científica en biomedicina. De este modo, ante la falta de recursos, ahora podrán funcionar con energía solar.

El Ferreyra es un instituto de renombre internacional por sus investigaciones, depende de la fundación Instituto Ferreyra, la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y también del CONICET. Funciona en Córdoba desde 1947 con una sede en barrio Colinas de Vélez de Sarsfield, y ahora, con la científica Carolina Touz a la cabeza, resiste una paralización ante la falta de financiamiento y la quita de subsidios en los servicios. 

En enero de 2024, cuando el Gobierno nacional avanzó contra los recortes en los subsidios a los servicios, la factura de luz del IMMF empezó a escalar a cifras exorbitantes: “Primer fueron tres, cuatro, luego, cinco y hasta seis millones de pesos que no podíamos pagar, por lo que empezamos una serie de acciones para bajar el tema del costo eléctrico. Básicamente porque todo eso superaba nuestro presupuesto anual”, dice Pautassi y cuenta que con la ayuda de un ingeniero activaron un programa de deficiencia eléctrica y ante la Provincia, iniciaron una recategorización en el servicio eléctrico. 

Fue en ese contexto donde también se decidió avanzar con la idea de instalar los paneles solares para abastecer al edificio de energía. Iniciaron una obra para ponerlos, pero como el presupuesto del instituto no podía cubrir los costos del proyecto, mantenerse en pie tenía un riesgo concreto.

Instituto Ferreyra by Sebastián Miranda

“Como directivos nos planteamos medidas extraordinarias y terribles como decirle a la gente que hagan solo teletrabajo, o cerrar de manera permanente. Una situación muy complicada. A nivel día a día, todos los trabajos requieren de aparatos, alguno eléctricos, y no es una tarea que se pueda trasladar 100% al teletrabajo porque la capacidad de producir se resiente”, dice el vicedirector del IMMF y agrega: “Lo más serio y grave era qué hacer con las muestras biológicas, algunas de largo plazo que se mantienen para analizar después, a veces a dos o tres años para adelante. Todo eso corría riesgo de perderse”.

Desde el inicio del gobierno de Javier Milei, el Instituto Ferreyra también sufrió una reducción significativa en su presupuesto, como parte de una serie de recortes en ciencia y tecnología. No hubo actualización acorde a la inflación y con ello, inició un vaciamiento de múltiples aristas a lo largo del país. Entre ello, instituciones científicas prestigiosas, de larga trayectoria, luchando para asumir los costos de los servicios esenciales. 

“Cuando empezamos con este problema, el temor era que básicamente no se conseguía el dinero para pagar la luz. Pasaban 10, 15 días y al llegar la intimación, estaba latente la posibilidad del cierre porque era una cantidad muy grande de dinero. No era fácil salir a conseguir 8.000, 9.000 dólares para pagar un mes”, cuenta Pautassi y agrega que a esa coyuntura se sumaron los aumentos de los otros servicios.

Instituto Ferreyra by Sebastián Miranda

Tocar puertas dio sus frutos porque tanto el Centro Científico Tecnológico (CCT) como la UNC, pese a los recortes que también sufrieron, respaldaron al Ferreyra. Por otra parte, la empresa EPEC, los recategorizó en la sección 52b que es para usuarios especiales y eso redujo sustancialmente el costo de la boleta de luz. 

Además, a fuerza de donaciones, rifas -como las que se organizan en los barrios-, más actividades a beneficio como la que hicieron en el Teatro Comedia, lograron juntar parte del dinero para asumir costos y concretar lo de la energía solar. Por su parte, la Provincia, aportó unos 10.000 dólares. 

Está previsto otro evento a beneficio en agosto para intentar recaudar más fondos para el instituto.

“El último elemento fue que logramos terminar la obra de los paneles. No es tan grande como queríamos, pero hoy -por este lunes- se inaugura formalmente aunque ya están funcionando”, dice Pautassi y puntualiza: “Por supuesto que los paneles no resuelven la cuestión de fondo, que estamos muy afectados de recursos humanos, presupuesto en general. Hay incertidumbre acerca del financiamiento y qué modelo de ciencia va a haber”.

Instituto Ferreyra by Sebastián Miranda

Durante la ceremonia de inaguración de los paneles, que fue este lunes a la tarde, estuvieron presentes el Ministro de Producción, Ciencia e innovación tecnológica, Pedro Dellarossa; el secretario de Ciencia y Técnica de la Provincia, Gerardo García Oro; la directora de Ceprocor, Liliana Beladelli; la Vicerectora de la UNC, Mariela Marchisio; la directora de Conicet Córdoba, Mónica Balzarini y la Cónsul Honorario de la embajada de Bélgica, Lieve Ecker. También las autoridades del Instituto, y miembros de la asamblea de la asociación civil Mercedes y Martín Ferreyra.

Golpe a la ciencia argentina

En 2024, el sector científico experimentó una caída del 33% en su presupuesto, la más grande desde 1972. Previamente, se eliminó el Ministerio de Ciencia, Teconología e Innovación, que implicó una reestructuración y reducción de recursos. El CONICET, en tanto, experimentó despidos, que afectó fuertemente al personal administrativo, y recortes en becas y programas de investigación

La falta de financiamiento y el deterioro de las condiciones laborales, intensificó en los últimos dos años, la "fuga de cerebros", con científicos que emigraron o ahora se plantean buscar afuera del país mejores oportunidades. 

CIENCIA ARGENTINA by Ceresole

En marzo de 2024, unos 68 premios Nobel le enviaron una carta al presidente Milei, expresando su preocupación por los recortes en ciencia y tecnología, advirtiendo sobre las consecuencias negativas para el desarrollo científico del país. Sin embargo, en su discurso oficial, el Gobierno justifica los recortes bajo el discurso de los “ñoquis”. 

En ese marco, el Instituto Ferreyra, al igual que otras instituciones científicas, en los últimos dos años no pudo crecer. Incluso con la degradación de los salarios, algunos investigadores que estaban afuera del país con una licencia para trabajar en otros centros de investigación, no volvieron. Otros que sí están, evalúan dejar el instituto, quizás no de modo definitivo, pero dado el contexto, se asume que eso puede volverse sin fecha de regreso a medida que la situación se vuelva más crítica.

“Lo que está ocurriendo, marca el panorama de que no hay un intento de hacer más eficiente el sistema, o de sacar- según lo que decían-, gente que no trabajaba porque si ese hubiera sido el camino, se hubiera hecho una evaluación de calidad”, dice el vicedirector del Instituto Ferreyra e ilustra: “Había gente que cobraba 700 mil pesos al momento de ser despedida, que pasaba todo el día haciendo tareas esenciales, entonces cuál es el criterio ahí: ¿Hacerlo más eficiente?, claro que no. Uno tiene que leer entre lineas y eso muestra que a priori se trata solo de un recorte de presupuesto a ciegas y hacia adelante, un vaciamiento”. 

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