Vaticano: el cónclave para elegir al sucesor de Francisco comenzará el miércoles 7 de mayo

Unos 135 cardenales, todos menores de 80 años y procedentes de todo el mundo, son elegibles para suceder a Francisco. La Capilla Sixtina, donde tendrá lugar la votación, ya fue cerrada al público.

Mundo28/04/2025Redacción La NUEVA MañanaRedacción La NUEVA Mañana
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La reunión por parte de los 180 cardenales concluyó este lunes con la definición de que dentro de casi una semana se hará la "elección del 267° sucesor de Pedro" en la Capilla Sixtina del Vaticano. Foto: NA

Tras finalizar el funeral del Papa Francisco, el cónclave para elegir al sucesor del Sumo Pontifice se llevará a cabo el próximo 7 de mayo.

La reunión por parte de los 180 cardenales concluyó este lunes con la definición de que dentro de casi una semana se hará la "elección del 267° sucesor de Pedro" en la Capilla Sixtina del Vaticano, que permanecerá cerrada al público durante estos días.

Durante esta V Congregación General se presentaron 20 intervenciones sobre la Iglesia, su relación con el mundo, los desafíos que se presentan y las cualidades que Debra tener el nuevo Papa para responder a tales retos.

Además, se eligió a tres nuevos Cardenales de la Comisión que asiste al Cardenal Camarlengo de la Santa Iglesia Romana para los próximos tres días, los cardenales: Reinhard Marx, Luis Antonio Tagle y Dominique Mamberti.

La próxima Congregación General se desarrollará este martes, 29 de abril, a las 9 hora de Roma, en la cual se tendrá la meditación de don Donato Ogliari, Abad de la Basílica de San Pablo Extramuros.

Quiénes son los principales candidatos para suceder a Francisco

La muerte del papa Francisco encendió la carrera por la sucesión del trono de San Pedro y revivió una frase muy recordada durante las disputas por la conducción de la Iglesia católica: "El que entra al cónclave como papa, sale como cardenal".

 Con el fallecimiento de Jorge Bergoglio, se abre un período de liturgia funeraria, pero también de lucha por el poder de una de las instituciones más antiguas y vigentes de la Tierra.

Hoy, el Colegio Cardenalicio está compuesto por 252 miembros, de los cuales 138 son electores con derecho a voto en el próximo cónclave. Su composición refleja la diversidad geográfica y cultural de la Iglesia, con una notable presencia de cardenales creados por el propio Francisco, quien en vida nombró a 149, marcando una diferencia significativa con sus predecesores Benedicto XVI (62) y Juan Pablo II (41).

Con divisiones teológicas profundas y una Iglesia Católica cada vez más global, el próximo cónclave podría marcar el cambio de poder más dramático en la historia moderna de la Iglesia. En ese marco, en los últimos años tres corrientes internas de la Iglesia fueron perfilando líderes, posibles sucesores del papa Francisco.

El establishment: son candidatos profundamente arraigados en la Curia, redes romanas y con habilidad para mantener la estabilidad. En este lo te los que más posibilidades tienen son los italianos Pitro Parolin y Matteo Zuppi, dos cardenales con verdedor poder en la Iglesia, aunque también aparecen Péter Erdö y Mario Grech.

Los reformadores: son cardenales progresistas con visión franciscana. Están alineados con las reformas de Francisco: descentralización, justicia social y cercanía pastoral. En este grupo figuran Luis Antonio Tagle, Jean-Marc Aveline, Wilton D. Gregory y Fridolin Ambongo.

 Los tradicionalistas: son cardenales anti-Francisco y conservadores. Son los bendecidos por Benedicto XVI, enemigos del progresismo, ultraconservadores y defensores de la "Iglesia antigua". Aquí aparecen Roberto Sarah, Raymond Leo Burke, Willem Jacobus Eijk, Carlo Maria Polvani.

El Cónclave

En primer lugar, el Vaticano activó de forma automática el protocolo conocido como "Sede Vacante", que inicia el proceso de transición hasta la elección de un nuevo Pontífice.

Mientras tanto, la Iglesia quedó bajo custodia del camarlengo, una figura cuyo gobierno "de transición" es encarado por el cardenal irlandés Kevin Farrell. Cuando un Papa fallece o renuncia, el gobierno provisional de la Iglesia católica pasa a manos del cardenal camarlengo, que debe administrar los bienes de la Santa Sede, ayudado por tres purpurados asistentes. Como definición, el camarlengo es el cardenal que preside la Cámara Apostólica.

La Iglesia Católica utiliza un método que ha permanecido prácticamente inalterado durante los últimos 800 años en la misión de elegir a su líder. Dicho sistema es conocido como Cónclave papal y volverá a ser utilizado tras la muerte de Francisco.

La elección ocurre de forma democrática y se hace especial hincapié en la necesidad de realizar varias rondas de votación hasta que surja un consenso claro. Según las normas actuales, solo los cardenales menores de 80 años pueden emitir su voto.

En cuanto a los requisitos, oficialmente los candidatos deben ser varones y católicos, aunque en realidad, desde hace siglos, los pontífices solo han sido elegidos entre las filas de los cardenales.

Asimismo, no hay un límite de edad para quién puede convertirse en Papa, pero Francisco tenía 76 años cuando asumió el cargo, el cual dejó a sus 88. Su antecesor, Benedicto XVI, fue elegido a sus 78 años y se retiró a los 85.

Para comenzar el proceso, hay una misa especial por la mañana prevista para el 7 de mayo, después de la cual los 138 cardenales en edad de votar se reunirán dentro de la exquisitamente decorada Capilla Sixtina, sede de todos los cónclaves papales desde 1858.

Posteriormente, se escuchará el grito de "extra omnes" (todos afuera) y los cardenales, que han prestado juramento de secreto, serán encerrados en el Cónclave hasta que puedan elegir un sucesor.

Cabe destacar, que no hay garantía de que la primera ronda de votación se revele el mismo día. Mediante una combinación de discursos, oración, reflexión y un intenso forcejeo político, los cardenales van seleccionando candidatos en sucesivas rondas de votación.

Los cardenales permanecen sentados a ambos lados de la Capilla Sixtina, y se eligen al azar los nombres de nueve cardenales para oficiar y organizar la votación, de los cuales tres se convierten en escrutadores, cuya tarea es supervisar la votación. Por su parte, tres más recogen los votos y otros tres los revisan.

En cuanto a la elección, solo ocurre cuando un candidato único obtiene una mayoría de dos tercios. A veces, los Papas son elegidos rápidamente cuando surge un candidato fuerte. Sin embargo, a partir de la 34a. votación, el Cónclave solo vota entre los dos candidatos que más votos obtuvieron en la ronda anterior.

Cabe destacar que, a finales del siglo XIII se dio el cónclave papal más extenso, el cual duró casi tres años gracias a luchas políticas masivas. En medio de la incertidumbre, tres cardenales murieron.

El voto en sí es secreto y fue introducido en 1621 por Gregorio XV para intentar evitar la politiquería abierta, pero el Cónclave es inevitablemente un semillero de facciones rivales que desean ver a su candidato triunfar. Durante cada votación, los cardenales escriben el nombre de su elección, idealmente con una letra distorsionada para ocultar su identidad.

Las papeletas electorales se queman en una pequeña hoguera dentro de la Capilla Sixtina. El humo negro que se produce por el fuego indica a la multitud que espera afuera que todavía no se ha elegido un nuevo Papa.

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