Contra la ciencia: la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación está paralizada, sin fondos y con becas de pobreza

El organismo científico, bajo la órbita de Karina Milei, no cuenta con autoridades designadas, los investigadores no reciben los fondos aprobados y los becarios tienen ingresos por debajo de la línea de pobreza. La formación científica, en peligro.

País07/12/2024Miriam CamposMiriam Campos
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CIENCIA ARGENTINA"Los fondos estaban, pero no se están ejecutando y nadie informa dónde está esa plata, porque a nosotros obviamente no nos llegó”, dice a La Nueva Mañana, Evelin Cotella, investigadora, docente universitaria y parte del Instituto Ferreyra de Córdoba. Fotos: LNM archivo

“No se están haciendo los desembolsos, que son proyectos aprobados dentro del Presupuesto tratado por el Congreso. Los fondos estaban, pero no se están ejecutando y nadie informa dónde está esa plata, porque a nosotros obviamente no nos llegó”, dice a La Nueva Mañana, Evelin Cotella, investigadora, docente universitaria y parte del Instituto Ferreyra de Córdoba, la institución que se especializa en ciencias biomédicas y cuya producción científica impulsada por equipos interdisciplinarios tiene reconocimiento internacional.

En el Ferreyra trabajan investigadores, personal técnico y se forman estudiantes de doctorados y posdoctorandos que son los llamados 'becarios' cuyos ingresos están por debajo de la línea de pobreza ya sea que tengan becas del Conicet o los estipendios del FonCyT, que es el Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica, que habilita la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación, más conocida como Agencia I+d+i.

Vaciar la Agencia

La Agencia viene atravesando este 2024 una suerte de desguace, donde el recambio de autoridades la dejó acéfala e incluso con la eliminación del Ministerio de Ciencia, las y los investigadores, por un tiempo, no podían saber de quién dependía el organismo. Finalmente, quedó bajo la órbita de la Jefatura de Gabinete de Ministros de Argentina, que depende a su vez de la secretaria General de la Presidencia, es decir, de Karina Milei, mano derecha y hermana del Presidente.

“Hay una desregulación de la estructura de la Agencia, no está funcionando. No hay autoridades y los investigadores no tienen fondos ni pueden armar grupos de trabajos, falta dinero incluso para comprar los reactivos para los experimentos”, dice Cotella y añade que con la situación, no solo hay fuga de cerebros hacia afuera, sino también fugas internas, donde muchos jóvenes se ven obligados cambiar la trayectoria de sus vidas profesionales porque no tiene la posibilidad de ser investigadores.

Lo mismo ocurre con los investigadores de carrera que si bien están en un escalafón más arriba, se les volvió complejo mantener en pie los proyectos de investigación y ni hablar, de armar nuevos grupos de trabajo. Esto afecta a los científicos que ya tienen una carrera consolidada, como así también a los que volvieron en el último tiempo al país con lo que fue el Programa Raíces.

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 "Los proyectos están todos cancelados"

“En junio de 2023 retorné con un proyecto ganado y asignado para comenzar. Pude comprar mi compu para trabajar y con paciencia pensaba que iba  a poder ir avanzando. Pero los proyectos están todos cancelados, el mío que era de dos años, solo recibió el financiamiento para uno”, cuenta Cotella, que forma parte de la última camada de científicos repatriados en el sistema argentino.

“Uno viene a comenzar algo también con la idea de hacer transferencias, llega formada con ideas, proyectos y no hay fondos para el desarrollo de cosas nuevas y eso es tremendo”, dice la investigadora y añade que hay un montón de estudiantes, de distintas áreas, como psicología, biología o, ciencias químicas, que iban al Ferreyra a hacer su trabajo final pero ni siquiera pueden estar porque no hay fondos. Incluso, este año, el instituto tuvo que hacer una jornada de visibilización porque no podía pagar la luz ante la ausencia de presupuesto designado.

 Sin fondos, sin futuro

En todo este contexto, la Agencia no está adjudicando los fondos aprobados ni muchos se jerarquizan los ingresos del personal en un año de gran impacto inflacionario. 

En ese marco, quienes tienen becas de FonCyt viven un retraso del 13,1% respecto a las becas del Conicet, no reciben actualización desde mayo y al día de hoy tienen una pérdida de poder adquisitivo real de un 47%. Con esta situación, para muchos becarios de la Agencia, que a nivel nacional son 1.235 -entre becas iniciales y de postdoctorado o superiores- se hace difícil llegar a fin de mes.

Quienes empezaron un doctorado cuya formación implica unos cinco años, viven actualmente con unos $700.000 y ni siquiera tienen aportes jubilatorios. Hablamos de profesionales titulados de grado y bien cualificados.

Córdoba, el cuarto distrito con más becarios

Córdoba es el cuarto distrito (atrás de Buenos Aires, Capital Federal y Santa Fe) con más becarios de la Agencia y muchos de ellos, a un año de resistir el duro recorte, se plantean dejar la investigación y truncar los sueños de hacer ciencia en Argentina.

En ese marco, este lunes 9, becarios de FonCyT de toda la provincia realizarán un abrazo al Instituto Ferreyra para visibilizar el vaciamiento. Mientras tanto, las y los investigadores de la Agencia en Buenos Aires, el martes 10 se movilizarán a la  Secretaría para llevar una carta a la que adhieren más de 3.500 personas, reclamando por la situación.

“Me queda beca hasta mayo del 2025 y con este panorama, apuntar al sistema científico con pocos recursos no es sostenible porque uno tiene que seguir comiendo”, cuenta a este medio Mercedes Benedetto, que es doctora en Ciencias Químicas y ahora realiza un posdoctorado.

Los becarios somos el hilo más fácil de cortar, los últimos en el eslabón en la cadena de investigadores, pero lo cierto es que somos profesionales que nos ha formado la universidad pública, el sistema público y ahora tenemos que irnos a otro lado”, dice la investigadora y agrega: “Esto, que llevó mucho tiempo que la universidad pública nos forme, se puede destruir en nada y reconstruirlo llevará años”.

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La situación en Conicet

“De las becas que habitualmente se otorgan en Conicet hubo una reducción de alrededor un 40%, que  en general se dan para reemplazar a la gente se va egresando”, dice a este medio Santiago Benítez, biólogo, investigador de Conicet y además delegado de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE).

“En el caso de las becas FonCyT de la Agencia, hay dos problemas, primero que no están siendo actualizadas de acuerdo a lo que deberían. El otro problema en general, es que la Agencia está vaciada. Los dejaron sin autoridades, sin fondos y no están otorgando los que ya estaban asignados”, indica Benítez y añade que no solamente “están parando la ciencia”, sino que además, están parando la formación del posgrado.

“Este vaciamiento trunca las posibilidades de la gente que viene con una formación universitaria, que entró al sistema por concurso bajo evaluaciones exigentes y ahora sencillamente, no puede dedicarse a ser científicos en el país”, dice el investigador.

 Se redujo un 40% el número de investigadores en formación

De 1.200 becas doctorales prometidas por el Gobierno en diciembre de 2023, se otorgaron sólo 840. De las 800 posdoctorales anunciadas, se otorgaron sólo 500. Es decir, se redujo en un 40% la cantidad de investigadores en formación.

El recorte afecta a todos los organismos de Ciencia y Técnica. Además de la paralización de la Agencia I+D+i, se cerraron dependencias del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y se detuvieron proyectos de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).

Por primera vez desde la creación del organismo, se paralizó el ingreso a Carrera de Investigador Científico (CIC) y Carreras de Personal de Apoyo (CPA), en todo el año no se dieron altas de ingreso ni promociones.

Sin aumentos salariales adecuados, en menos de un año el poder adquisitivo de los científicos se redujo un 30% y el congelamiento presupuestario se ve reflejado tanto en la reducción de personal como en la ausencia de financiamiento para proyectos de investigación.

“La única institución que da becas suficientes para formar doctores, primero es Conicet y en segundo lugar es la Agencia, y al desfinanciarse,  no está habiendo formación de posgrado porque no está pudiendo ingresar nueva gente que cumpla con ese lugar”, dice Benítez y añade que todos aquellos que incluso ya concursaron, ganaron y están esperando su designación, están en una especie del limbo.

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Crisis histórica

Sin dudas, el sistema científico y técnico nacional vive una de sus mayores crisis histórica. Desde el famoso “Conicet afuera” de Milei, los ataques al organismo no cesaron: Este año Manuel García Sola renunció al directorio del organismo como representante del agro y denunció que el Gobierno nacional fomenta la persecución a trabajadoras y trabajadores por sus posicionamientos políticos.

En esa línea, el ministro Guillermo Francos admitió ante el Senado que a los 845 investigadores que ingresaron a Conicet en 2023, por concurso, todavía no se les otorgó el alta porque deben pasar una “evaluación ideológica” inédita.

“Conicet está resistiendo y tiene la ventaja que está distribuido federalmente, y los científicos estamos más conectados”, dice Benítez sobre la importancia de hacer acciones coordinadas para denunciar los recortes y no aceptarlos de forma pasiva. “Creo que la fuerza que da la organización es un freno para que no haya ataques más duros contra la ciencia”.

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