La vaca se mira y no se toca: el consumo de carne en diciembre fue el más bajo en 22 años

Así lo destacó el consultor especialista Juan Luis Uccelli en diálogo con LNM. El mes pasado las ventas en carnicerías cayeron alrededor de un 40%, cuando se esperaba que subieran debido al aguinaldo y las fiestas de fin de año. Habrá más aumentos.

Economía 07/01/2024 Facundo Piai
Ilustra horizontal 06-01-2024 x Pito Campos
Ilustración: Pito Campos

Si la inflación de tres cifras acumulada en el año lo deja a uno perplejo, más preocupante es que el motor de las subas sean los alimentos. Como todos sabemos a esta altura, luego de convivir durante más de una década con alta inflación, las subas son un promedio que pondera desde el boleto de avión hasta el paquete de fideos. Esto significa que puede haber alta inflación por subas vinculadas al consumo del decil más pudiente de la sociedad o incrementos traccionados por productos del consumo popular. Esto último es lo que experimentamos durante todo el 2023 y la tendencia se agudizó desde el triunfo libertario.

Desde que las urnas hablaron hasta hoy se advierten subas de más del 100% en harina, pan, fideos, aceite, mientras que algunos cortes cárnicos saltaron en torno al 80%. Dado a la violenta suba, el consultor especialista en el sector, Juan Luis Uccelli, destacó que el mes pasado fue el diciembre más bajo en “consumo de carnes de los últimos 22 años”. La merma del consumo justamente en un mes caracterizado por la liquidez producto del estímulo que el aguinaldo tiene en el consumo, sumado a las fiestas de Navidad y Año Nuevo, enciende las alarmas. Si cayó en diciembre, ¿cuánto se contraerá consumido el aguinaldo y el adelanto por las vacaciones?

La merma del consumo enciende las alarmas. Si cayó en diciembre, ¿cuánto se contraerá consumido el aguinaldo y el adelanto por las vacaciones?

Tarifa eléctrica, combustibles, alquileres y desregulación externa 

Si ponemos la lupa sobre la producción de carne y su demanda vemos que durante el año pasado se recuperó el alicaído consumo. Al mes de noviembre, se registró el acumulado de consumo por habitante más alto de los últimos cuatro años. Si bien se trata de 16 kilos de consumo per cápita por debajo del récord del año 2008, cuando llegó a los 69 kilos al año por habitante, no quita que la tendencia sea expansiva. Sin embargo, las últimas alzas pronostican un escenario complejo tanto para el mercado interno como para la mesa de los consumidores.

Según relevamientos de una asociación de consumidores, en el último mes los cinco principales cortes de carne que mide Indec para definir la inflación anotaron en promedio una suba de 50 por ciento. Diferentes carniceros consultados por La Nueva Mañana ratificaron la merma del consumo en diciembre; en donde ni la cena navideña, ni la de fin de año pudieron netear la debacle. “No se vende nada y se sigue aumentando”, dijo un carnicero de barrio que “bajó” carne para abastecerse y la recibió con incremento, al igual que la última vez que se había proveído. 

La merma de diciembre impactó en las carnicerías de barrio

Las ventas no repuntan y los incrementos continúan, se quejó otro comerciante consultado. El último mes en donde la rotación incrementa por tratarse de una época de alto consumo, la venta de carne se desplomó en torno a un 40%. Otras carnicerías consultadas directamente no bajaron media res porque no están vendiendo. Crece la preocupación en el sector frente a un nuevo incremento de los combustibles que repercute en los precios. Además, en un contexto de fuertes alzas, se espera una actualización de las tarifas eléctricas que impactará en el sector, como así también una actualización de los alquileres. 

Al mismo tiempo, la desregulación de las exportaciones es para muchos carniceros la estocada final. No pocos arguyen que la libre exportación podría vaciar al mercado interno llevando los precios aún más arriba. Los carniceros temen que la devaluación aplicada por el gobierno libertario más la eliminación del cupo para exportar lleven el valor de la carne a precio dólar, frente a ingresos en pesos y cada vez más derruidos. En efecto, precios desalineados respecto al poder adquisitivo de la gente que la consume. 

Los carniceros temen que la devaluación aplicada por el gobierno libertario más la eliminación del cupo para exportar lleven el valor de la carne a precio dólar.

Para la industria de la carne, la desregulación externa es positiva

No todos los eslabones de la cadena de valor de la carne comparten esta lectura. Al ser consultado por el efecto de la desregulación de las exportaciones de carne, Miguel Schiariti, presidente de la Cámara de Frigoríficos, matizó el impacto que pueda tener en los precios. De hecho, destacó la medida como positiva para el sector de ganados y carnes porque, de acuerdo a su lectura, la quita de restricciones estimula el incremento de la oferta. Así, habrá más volumen de carne para exportar, pero también para el mercado interno, reflexionó.

Respecto a la eliminación del decreto que vedaba la exportación de los principales 7 cortes de consumo popular, el dirigente empresario aclaró que el impacto será menor del que se presupone. Si bien esos cortes representan el 35% de la media res, “no quiere decir que se retirará del mercado interno ese volumen de carne”. Ocurre que -sostuvo Schiariti- los principales mercados a los que se exporta carne (China o la cuota Hilton europea, al igual que EEUU e Israel) estaban exentos de esos siete cortes. En efecto, estima que la repercusión podría ser del 10% de la carne disponible.

De cualquier manera, la contracción del stock bovino es inevitable. “Habrá un millón menos de terneros que el año pasado”. Esto obedece a que por la sequía se encareció la alimentación y se secaron las pasturas, por tanto, los ganaderos faenaron condicionados por la falta de agua. El resultado de esto fue un aumento de la producción de carne durante el año pasado, con incremento de faena de hembras, que se manifestará próximamente como faltante. Por ello, Schiariti sostiene que esta estrechez tanto de la oferta como de la demanda hará los precios no salten tanto. 

Para Schiaretti, la libre exportación es positiva para el sector porque -de acuerdo a su lectura- la quita de restricciones estimula el incremento de la oferta: habrá más volumen de carne para exportar, pero también para el mercado interno, reflexionó.

Recesión y caída del consumo, una retroalimentación corrosiva 

Así las cosas, por el encarecimiento de la comida y la pérdida de poder adquisitivo, una persona destina aproximadamente una cuarta parte de su ingreso solo a la compra de alimentos, según estudios privados. Ahora bien, esto es un promedio, con lo cual significa que muchas personas gastan en comida la mitad de su ingreso y también más. Además, son relevamientos realizados antes de que los precios de la canasta popular arreciaran, con lo cual el peso de los alimentos en el ingreso promedio ha de ser mayor hoy. 

Si a esto le sumamos subas de tarifas, incremento de medicina prepaga, quita de devolución del IVA, reinstalación de Ganancias, aumento del monotributo o la suba de alquileres, el resultado no puede ser otro que el de una demanda contraída. Sin ese motor, se agudiza la fase recesiva y se deterioran todos los indicadores socioeconómicos. 

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