Cómo se miden las cuencas hídricas de los embalses cordobeses

El Observatorio Hidro-Meteorológico de Córdoba (OHMC) genera y procesa información sobre los cursos de agua y lagos, las precipitaciones de granizo y lluvia.

Ed Impresa 19/03/2021 Mónica Hernández
Pistarini

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En el marco del ciclo “Entre el Aire y el Agua” del Observatorio Hidro-Meteorológico de Córdoba, Nicolás Guillén y Horacio Herrero, de la Administración Provincial de Recursos Hídricos, contaron cómo se utilizan las mediciones de variables meteorológicas e hidrológicas para gestionar en forma integral las cuencas hídricas de la provincia.

El Programa de Monitoreo de Cantidad y Calidad de los Recursos Hídricos de la provincia de Córdoba trabaja en medio de la problemática a nivel mundial como es la gestión y la operación de embalses con soporte de elementos técnicos de primer nivel y última generación.

En esta actividad confluyen dos disciplinas muy importantes, la meteorología y la hidrología, las cuales son un servicio para los ciudadanos y los organismos oficiales que “deben gestionar el recurso de agua o sus derivados (como por ejemplo la energía), con lo cual se pretende atender a la sociedad sumando fortalezas disponibles en la región”, sostuvieron los expositores.

Para el manejo de los principales embalses se necesita de la interacción conjunta de múltiples actores e instituciones, pues “al hablar de manejar embalses se trata del trabajo a nivel de cuencas de aporte de esos espejos de agua y los organismos meteorológicos a nivel mundial dicen que se deben cumplir los ciclos, por lo cual lo que se hace es medir la situación actual de cada uno de ellos”, dijo Guillén.

Modelos de corto y largo plazo

Con estas mediciones, a largo plazo se simula el comportamiento de la cuenca para los próximos 6 meses, en base a las precipitaciones pronosticadas.

Entretanto, el corto plazo se divide en dos momentos: el previo al incremento con la proyección de lluvia/caudal, con la ventaja de ganar en tiempo, lo cual permite estudiar cuándo deben abrirse las válvulas de un embalse. Finalmente, el otro momento, con la llegada de las crecientes se pueden proyectar las próximas horas con la entrada del mayor caudal.

“Con la crecida del San Roque el 1 de abril de 2017, por ejemplo, el día previo teníamos esta información: esperábamos más o menos 40 mm de precipitaciones en la cuenca. Con ese milimetraje usando el modelo de transformación lluvia/caudal suponíamos que ingresaría una crecida del orden de los 200 m3/s, lo que preveía una cota de 70 cm por encima del vertedero. Al día siguiente llovió un poco más, alcanzando los 50 mm, entonces con el mismo modelo sacamos el promedio con la lluvia media en lugar de la pronosticada y vimos que por la noche íbamos a estar en cota 36,50 y ya durante esa mañana se decidió abrir las dos válvulas”, explicó Guillén.

Dique San Roque

Al encarar el Plan Integral de Manejos de Embalse “seguimos los lineamientos de la hidrología operacional establecidos por la Organización Meteorológica Mundial, los que hablan del cumplimiento de los ciclos de manejo de embalses”, comentó Guillén.

El dique San Roque, por ejemplo, con una cuenca de una superficie aproximada de 1.600 kilómetros cuadrados y un volumen de embalse en torno al nivel del vertedero del orden de 175 hectómetros cúbicos, cumple con las variables para realizar las mediciones a los fines de corroborar la situación actual del espejo de agua, para posteriormente en base a esos datos “proceder a la homologación y simular con los modelos desarrollados por la repartición el comportamiento de los embalses en las próximas horas, días e incluso meses, con muchos escenarios para posteriormente realizar el análisis de resultados y así proceder a la operación y el manejo”, explicó el experto.

Durante la mañana del miércoles pasado el Comité de Crisis conformado en La Calera, con motivo del aumento del caudal del río Suquía tras las intensas lluvias del lunes, en las horas siguientes analizó la apertura de válvulas porque nuevamente el nivel del embalse superó el vertedero.

Las copiosas precipitaciones en cortos períodos de tiempo de esta semana en las zonas altas provocaron que se incrementara notablemente el nivel del embalse del San Roque, sobrepasando el nivel del vertedero en 1,50 metros aproximadamente, con la consiguiente apertura de una de las válvulas de descarga ante los pronósticos registrados a corto plazo y el aumento del caudal del río Suquía, para luego a las 4 de la madrugada abrirlas al 100%.

En tanto, el Ministerio de Servicios Públicos informó que “el fenómeno hidrometeorológico ocurrido en la madrugada del martes provocó el caudal pico de ingreso al dique San Roque, como sumatoria de todos los ríos afluentes, alcanzando, aproximadamente, los 1.500 metros cúbicos/segundo”. 

Otros embalses

En el caso del dique La Quebrada, los milimetrajes de lluvia fueron menores, por lo cual generó un menor impacto en el incremento de los niveles, con lo que el martes se procedió al cierre de parcial de una válvula.
Mientras que el dique de Cruz del Eje se realizaron maniobras en solo dos compuertas, alcanzando unos 80 centímetros sobre el nivel del vertedero. Por otra parte, Los Molinos vio un ascenso de más o menos de 60 centímetros; el Embalse de Río Tercero aproximadamente 50 centímetros y el Piedras Moras tuvo un caudal de erogación de 90 m3/s.


Regata de medición de caudales en el río Suquía

En el marco de la Comisión del Suquía se organizó una regata en diciembre con el propósito de que todos puedan realizar no solo medición de caudales sino de calidad de agua también, ámbito en el cual se intercambiaron experiencias. En lo referente al monitoreo de calidad, no se realiza únicamente en el OHMC sino en la Universidad Nacional de Córdoba y dos instituciones más.

El curso del río Suquía se monitorea desde La Calera hasta la altura de la ruta 17, cerca de la desembocadura de la laguna de Mar Chiquita, con mediciones in situ, extracción de muestras para ser analizadas en los laboratorios de los ministerios de Ciencia y Tecnología (Mincyt) y de Servicios Públicos, además de las universidades Tecnológica de Córdoba (UTN) y Católica (UCC), como también de determinaciones físico-químicas de fitoplasma. “Con todos estos estudios se elaboran los índices de calidad de agua, que conforman un valor que engloba diferentes parámetros, para que el líquido esencial sea compatible con la vida actual: positividad, oxígeno disuelto, etcétera”, comentó Herrero. Si bien el índice de calidad cae en Bajo Grande, “el río presenta más abajo una capacidad de autorrecuperación antes del ingreso a la laguna Mar Chiquita, para la preservación de la vida acuática”, añadió. Para finalizar, desde hace tiempo se viene trabajando para determinar, asimismo, el índice de calidad para uso recreativo del torrente en su paso por la ciudad de Córdoba.

 

 

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