Gustavo Ballas: “Me encantó que Diego me recordara”

El ex boxeador formó parte de una metáfora con la que Diego Armando Maradona explicó cómo quiere que juegue Gimnasia de La Plata, su nuevo club.

Ed Impresa 13/09/2019 Federico Jelic Federico Jelic
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"¿Cómo alguien puede no querer a Maradona, después de todo lo que le regaló al deporte argentino?", se pregunta el villamariense. Foto: gentileza

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Gustavo Ballas, 61 años, hijo pródigo de Villa María, primer campeón argentino invicto en el trayecto al título mundial en Súper Mosca, recibió cerca de 50 llamados en ese instante, dentro de la velocidad supersónica con la que se dirige la información en tiempos de globalización.

Se tuvo que despertar a la fuerza de la siesta después de la ráfaga de mensajes que opacaron la armoniosa tarde mientras Maradona seguía contestando en la conferencia de prensa, apenas asumió como DT de Gimnasia La Plata. Y eso le produjo orgullo.

“El honor fue mío, qué lindo es que se acuerden de uno, y más si se trata de Diego Maradona. Estoy sorprendido y maravillado. Y fue algo raro por cómo se dio. Si yo estaba viendo la asunción suya en televisión pero después me ganó el sueño”, cuenta desde el otro lado del teléfono el gran Ballas, ex boxeador y luchador de la vida, quién después de haber superado el infierno de las drogas y las adicciones, hoy vive dando charlas y aconsejando a jóvenes en situación de riesgo. Es calificado en eso, en primera persona.

“Yo estaba acostado con mi señora, muy contento con lo que le pasaba a Diego. Se nota que en una cancha de fútbol es feliz. Pero después apagué la tele para dormir un rato. Y a los minutos me despertaron con tantos llamados y mensajes. Cuando me mandaron la nota, sentir que Maradona te nombra es una sensación única. Lo conocí en sus inicios. Y bueno, es lindo saber que uno ha dejado algo en el boxeo porque pasan los años y siempre alguno me recuerda”, agregó Ballas, con una pasividad natural que tranquiliza.

Claro porque al igual que Maradona, Ballas pasó por muchas oscuridades y en situaciones muchos más graves. Tocó el cielo y el infierno. Pero ya recuperado de esa intoxicación contó detalles de su relación con Maradona.

“Me puso feliz y la verdad, coincido con la comparación que hizo. Me cayó bastante bien que me cite como ejemplo para Gimnasia, porque a pesar de que nos costó, podemos contar que no caímos y nos levantamos. Lo pudimos lograr. El mensaje es: se puede”, explicó ya en tono de disertante o guía espiritual, justamente rol que ocupa en la actualidad, en la obra social ATIMRA del sindicato de los lácteos.

-¿Cómo conoció a Maradona?
-Resulta que en la previa de una pelea mía contra Falucho Laciar en el Luna Park, en el ’80, me tocan la puerta del vestuario mientras estaba concentrado. Era Jorge Cyterzpiler, en ese entonces apoderado de Maradona y me dijo que Diego le había pedido una foto conmigo. Yo no lo podía creer. ¡Yo soy quien tendría que haber pedido permiso para esa foto! A ver, si te digo que teníamos una amistad, te miento, pero él iba seguido a verme y nos saludábamos. Ya era una figura incipiente en Argentinos Juniors, todos lo tenían como futuro crack  y no se equivocaron. Es tremendo.

Gustavo Ballas Maradona
"Me cayó bastante bien que me cite como ejemplo para Gimnasia, porque a pesar de que nos costó, podemos contar que no caímos y nos levantamos", se emociona Gustavo.

-¿Qué tienen en común?
-Y la lucha contra los prejuicios, el hecho de haber tocado la gloria y después ser criticados con la indiferencia de la gente. ¿Cómo alguien puede no querer a Maradona, después de todo lo que le regaló al deporte argentino? Creo que los tres, sumo a Gimnasia, nos caímos y nos levantamos. Las adicciones son peligrosas, son una inmundicia. Mirá que yo las hice todas: alcohol, drogas, delito, me agarraba todos los días a trompadas, robaba. Pero con voluntad y fe salí adelante. Maradona  y Gimnasia también.

-¿Lo seguió mucho a Maradona?
-Después de ese episodio donde nos conocimos estaba al tanto de todo. Ni hablar de la locura que generó en la Selección Argentina. Pero por mi trabajo y mi dedicación al boxeo no pude coincidir mucho con ir a la cancha. Después llegó mi peor etapa. Pero siempre estuve al tanto. Y que vuelva a ser feliz con el fútbol es algo que me deja una gran sensación, porque sé lo que significa para él estar dirigiendo.

-¿Le gustaba jugar al fútbol?
-Sí, claro. Pero rápidamente me di cuenta que no era lo mío y me dediqué al boxeo. Era un pomelo de amargo (risas). Jugué en un club de barrio, de infantiles, Rivadavia se llamaba.

-¿En qué posición?
-Y en mi época se le decía wing derecho, o “siete”. No sé cómo será ahora, puntero o lo que sea. Era rápido pero me costaba definir.

-¿Usted es hincha de qué equipo?
-De River, desde chiquito, pero no fanático. La verdad me pone contento cuando gana pero si pierde, no pasa nada, no me pongo loco. Lo mismo con la política, trato de no hablar porque la gente se altera  y porque no tengo una ideología definida. No quiero dolores de cabeza. Ah y a la Selección Argentina siempre la aliento.

Maradona y Ballas, terapeutas

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 “A mí me cerraron las puertas y hasta dormí en la calle… Pero pude acomodarme, toqué fondo. Si hasta estuve preso por desmayarme en un asalto", confiesa Ballas.

Dentro de su nueva actividad como consejero, y como socioterapeuta en adicciones, capacitado en la Universidad del Salvador en el Instituto de Prevención de la Drogadependencia, formado en la Universidad Nacional de Córdoba en Asistencia en Drogadependencia, a Ballas le han tocado miles de casos que fueron espejos de sus momentos más oscuros.

Ese es su nuevo estímulo de vida, poder ayudar a encauzar la vida de muchos jóvenes que han desviado su camino. Actualmente se encuentra disertando Charlas-Debate de Alcoholismo y Drogadicción. Trabaja además con un equipo médico en los consultorios externos de A.T.I.L.R.A. Sede Villa María.

Y la pregunta siguiente tiene que ver con algunas imágenes de Maradona donde se lo ve deteriorado físicamente, con achaques en su rodilla y otras lesiones más sus dificultades en el habla, y su respuesta ante esa situación: “Diego es una persona muy fuerte, por favor. Después de todas las que tuvo que pasar, esto es apenas un momento, una circunstancia. Se va a recuperar. Ganó partidos muchos más importantes y difíciles. Es cierto que hay gente que critica y eso me pone muy mal. Siempre tuvo mala prensa. Es una persona fenomenal que tuvo algunos errores. A Diego no se lo puede definir. El término correcto es decir: ‘Maradona es Maradona’, ahí recién se puede entender algo de lo que fue y lo que es su vida”, contó con sensaciones de enojo y pasión.

“A mí me pasó también a otra escala. Las malas juntas, los interesados, la plata que te llega… Hay gente que te endiosa y después te da la espalda. A mí también me estigmatizaron, imagínate al Diego que para muchos fue un dios. Yo fui destacado en el boxeo y creí en esas relaciones por conveniencia. De eso trato de ocuparme ahora”, añadió Ballas a su discurso, sobre el escenario que tienen que pasar algunos deportistas elite y de lo que tienen que lidiar dentro del ambiente fatuo y donde las apariencias engañan.

El villamariense, casi a modo de reflexión después un rato largo de conversación, destacó: “Creo que a Maradona le tienen envidia, porque sigue haciendo lo que quiere. Y en eso es proclive a equivocarse pero mientras sea para trabajar y dirigir, no hay ningún problema con eso”.

Y reflexiona: “A mí me cerraron las puertas y hasta dormí en la calle… Pero pude acomodarme, toqué fondo. Si hasta estuve preso por desmayarme en un asalto. Esa problemática es para todos. Me pasaron tantas cosas, como el hecho de que quien me denunciara después me llevara comida a la cárcel porque era fanático mío. Cosas de locos. Ahí ya no era campeón del mundo, era un preso más”.

Maradona © NA

 "Al ´Lobo´ lo comparo con Ballas. Es un gran tirador, jodido de enfrentar en cualquier parte del mundo".  Diego Maradona, en conferencia de prensa del domingo 8 de septiembre.

-¿Qué sensación le queda?
-Solemos decir: “Ay Dios mío esta juventud de hoy es incorregible”. Sin embargo, todos fuimos jóvenes alguna vez. ¿Quién no se equivocó en su juventud? Por eso quiero seguir formándome, estudiando, para concientizar que a cualquiera le puede pasar. Hoy he dejado de beber, mañana no sé. Me salvó el afecto de mi familia, de la sociedad, de los que me conocen que nunca me soltaron la mano. Y no todos tienen la misma suerte que yo. Espero Diego la tenga.

-¿Sigue con el proyecto de estudiar Psicología?
-Sigue en pie, por supuesto. Me va a dar más herramientas, más facilidades para comprender casos y poder seguir ayudando. Yo por mi dedicación al boxeo solo hice hasta  5° grado de la Primaria. Retomé, ya estoy en el penúltimo año de la Secundaria, muy contento y con muchas ganas de aprender.

-Sin embargo, casi de hecho, usted está haciendo algo similar
-Y por mi experiencia vivida. Lo hago de forma privada en los consultorios de ATIMRA. De eso estoy viviendo. Así que me voy a seguir perfeccionando. Y como en Villa María no está la facultad de Psicología, tendré que mudarme a Río Cuarto, Rosario o Córdoba. En una de esas, me tienen por allá, caminando por Ciudad Universitaria o Nueva Córdoba, como los jóvenes estudiantes de hoy –risas-. Sería un gusto.

 

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