Acceder a la vivienda propia continúa siendo una “pesadilla”

Cada día es más difícil alcanzar lo que era un elemento esencial para destacar la movilidad social ascendente en la Argentina: ser propietario. El precio de la tierra y el difícil acceso al crédito son las trabas principales.

Córdoba 25/07/2017 Miguel Perín
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Raúl y Silvia están transitando por los 40 y tantos. Él trabaja en una verdulería y ella es ama de casa. El ingreso mensual en su hogar era absorbido en gran parte por el alquiler. Pero un día, el destino quiso que salieran sorteados en la tanda de viviendas construidas a través de un plan administrado por la Municipalidad de Arroyito, su ciudad. La semana pasada recibieron las llaves de la casa que será suya para siempre.
“Es una alegría tener ahora la casa… Soy feliz”, confiesa sonriendo la mujer. “Siempre estuvimos alquilando y ahora tenemos la casa nuestra”, agrega su pareja.El esfuerzo hecho por largo tiempo les alcanzó para entrar en el plan correspondiente a un monoambiente, pero la idea es comenzar a ampliar a partir de esa base. “Gracias a Dios y la Virgen tenemos un rancho que es nuestro”, se alegró Raúl.
Una historia como muchas que se repiten a lo largo de la provincia, en aquellas localidades en las que los municipios pueden apostar a combatir el déficit habitacional.
Ante la ausencia de otros niveles del Estado para solucionar este tema, en los pueblos y pequeñas ciudades se armaron sistemas que de una u otra manera oficiaron de paliativo ante esta demanda social. Sin embargo, todo es poco. Los tiempos para dar respuestas no son los ideales con relación a las necesidades de la gente, y el sueño de poseer la casa propia se convierte en un tortuoso camino en el que no siempre cada familia es acompañada.

Córdoba, con un déficit de más de 240 mil viviendas

En los últimos tiempos, a partir de datos oficiales del Indec, diversas fuentes proyectaron un déficit habitacional para la provincia de Córdoba que ronda las 242 mil viviendas. Pero, recurriendo a la información elaborada por la Dirección de Estadísticas de la Provincia, existe un interesante informe publicado en 2014 que se refiere a una comparación entre los datos recogidos en los censos de 2001 y 2010 que ayuda a describir el panorama.En sus conclusiones se puede destacar que entre los dos últimos censos hubo una disminución en la cantidad de personas que constituyen un hogar (pasó de 3,45 a 3,16) y en la cantidad de hogares por vivienda (aumenta de 1,03 a 1,05). Esto implica una tendencia creciente a compartir vivienda.

En los últimos tiempos, a partir de datos oficiales del Indec, diversas fuentes proyectaron un déficit habitacional para la provincia de Córdoba que ronda las 242 mil viviendas.

En cuanto a la modalidad de tenencia de la vivienda, se advierte una disminución de la proporción de hogares propietarios de la vivienda y el terreno (del 67,5 por ciento se pasó al 65,1 por ciento en 2010) y un aumento de los hogares inquilinos (del 15,8 por ciento al 21,4 por ciento en 2010). Respecto a la antigüedad de las casas, el Censo 2010 determinó que el 22,3 por ciento de los hogares están conformados en viviendas de hasta 10 años de antigüedad. Construcciones más viejas, con más hogares compartiendo el mismo espacio físico no es otra cosa que un incremento en el déficit habitacional, más allá de la cifra que represente ese indicador.

El precio de la tierra

El intendente de Río Tercero, Alberto Martino, consideró que éste es uno de los problemas más relevantes para la gente. “A los municipios se nos hace muy complicado presupuestariamente encarar un plan de viviendas. Por ahí empezar de cero en un contexto económico que no es el más favorable de todos, porque hay inflación, no hay mucha plata, se hace difícil”, señaló el funcionario a La Nueva Mañana.
“El problema es que la tierra es muy cara, lamentablemente eso imposibilita que muchas más familias puedan acceder a una vivienda”, apuntó el jefe de gobierno de la localidad ubicada en el centro de la provincia. “Se puede hacer el esfuerzo para pagar una cuota, se puede hacer el esfuerzo para asignar presupuesto para construir viviendas pero, al final, lo que hoy es casi imposible es sumarle la adquisición de un terreno cuando se está hablando de valores mínimos de 300 a 400 mil pesos. Eso es un gran problema que tienen todos aquellos que quieren acceder a una vivienda”, agregó.
Pese a este condicionante, algunos municipios lograron hacerse de tierras para generar nuevos loteos.
Por ejemplo, hace 5 años en San Francisco el municipio adquirió 75 hectáreas en las que se localizarán un complejo de 430 viviendas a través de Procrear, el loteo municipal Brisas del Sur, con 398 fracciones y se edificarán 217 casas a través del programa provincial Lo Tengo. Además se donó una parcela para 200 viviendas construidas en forma conjunta por Cáritas y el Estado nacional. La semana pasada, en Arroyito, el intendente Mauricio Cravero anunció una inversión de 7 millones de pesos para adquirir 60 lotes, lo que permitirá asegurar la continuidad del programa municipal de viviendas por el próximo año y medio.

Boom de la construcción versus solución habitacional

En Río Cuarto se produjo un fenómeno de proliferación de grandes edificios que no contribuyeron a satisfacer la demanda habitacional. En otras grandes ciudades de la provincia ese boom no fue tan espectacular pero el resultado fue similar.
Es que hay una franja de la población que no llega a cubrir el costo del acceso a esas propiedades desarrolladas a partir de canalizar fondos provenientes básicamente de la renta agropecuaria. En la Capital alterna de la provincia existe el Instituto Municipal de la Vivienda, un organismo que se encarga de la construcción y reparación de viviendas sociales. La ciudad de Villa María también tiene una dependencia de ese tipo. En otras localidades, el modelo de gestión para la construcción de viviendas pasa por sistemas de ahorro previo que se consolidaron como política de Estado a lo largo de los años. Ejemplos de esto son los programas habitacionales de Las Varillas o Río Primero, con un par de décadas de vigencia.

El acceso al financiamiento

Para el Gobierno nacional, la política de viviendas está orientada para distintas franjas de la población. Por un lado, el Procrear está destinado a un segmento que cuenta con dos a cuatro salarios mínimos. La anunciada reformulación de este programa abrió nuevas variantes para los interesados, que van desde microcréditos para remodelaciones hasta la compra y construcción de viviendas a través de créditos hipotecarios con subsidio del Estado nacional.
A nivel provincial, el Programa Vida Digna es un paliativo para familias de escasos recursos para remodelar su casa, pero el monto del crédito es bastante exiguo.

El Programa Lo Tengo apunta a adjudicar 13 mil lotes en la ciudad de Córdoba y 17 mil en el interior, con los servicios de agua potable, energía eléctrica, alumbrado público y cordón cuneta. El requisito de ingresos para acceder al crédito y adquirir el terreno varía según la localidad.
En materia de créditos hipotecarios, en Córdoba la opción a través del banco oficial es para quienes cuenten con ingresos a partir de cuatro sueldos mínimos.
Si bien se ha avanzado en la oferta de opciones para la compra de terrenos y financiamiento de las obras, resulta aún complicado poder generalizar el acceso a las mismas, ya que el promedio de ingresos en la economía formal dista bastante de facilitar el ingreso a esa posibilidad crediticia. Y de la informal, ni hablar.
Es así que el largo camino para conseguir la casa propia, en tiempos de bolsillos flacos, se hace aún más extenso y agobiante.

Procrear en Córdoba

El plan nacional tiene proyectado inaugurar el año próximo una serie de unidades de viviendas tanto en la Capital cordobesa como en una decena de localidad del interior provincial.
En barrio Liceo, de la Capital, se comenzaron a construir en 2014 unas 1.700 unidades, entre dúplex, departamentos de 1, 2 y 3 dormitorios y casas. Las obras, ubicadas en un predio de 82 hectáreas en el norte de la ciudad, están avanzadas; inclusive se espera que durante el presente año se termine de colocar el alumbrado público en su totalidad.En tanto, el interior se reparte unas 700 unidades habitacionales avanzadas en un 80%, a excepción de San Francisco, donde la construcción de 430 viviendas estaba paralizada y las obras se retomaron hace poco más de un mes. Alejandro Roca, Morrison, Viamonte, Monte Maíz, Leones, Pascanas y Cavenagh esperan entregar las viviendas antes de julio de 2018.

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