La fusión que se pretende entre Telecom y Cablevisión generaría un gigante que concentrará el 42% de la telefonía fija, el 34% de la telefonía móvil, el 56% de las conexiones a Internet por banda ancha fija, el 35% de conectividad móvil y el 40% de la TV paga.
“Estos porcentajes serían aún más elevados en las zonas de mayor poder adquisitivo y concentración demográfica”, explica un análisis de Martín Becerra que publica Ambito.com.
Si esto es grave a nivel nacional, es directamente inadmisible en Córdoba: los consumidores prácticamente no tendrían otra opción de conexión a internet fija que Fibertel, Fibercorp, Arnet, todas eventualmente concentradas en una sola empresa. La presencia de Telefónica es casi nula en ese segmento y operadores como Iplan son marginales y sólo concentrados en algunas manzanas del casco céntrico.
Hacia dentro del gobierno, aprobar la fusión no tiene lógica conceptual: mientras Arsat trabaja por extender internet en el interior del país y abrir opciones de acceso a banda ancha, las autoridades de comunicaciones (Enacom) y Defensa de la Competencia deberían rechazar la iniciativa.
Pero pocos creen que ese será el camino: “Macri necesita el aplauso del Clarín, Mitre, TN y su largo coro ahora más que nunca”, dice sin cortapisa alguien que mira la intención de Fintech y Grupo Clarín con lógica de conveniencia política, según publicó este lunes Infonegocios.
Será interesante esta semana saber qué opinan del tema los otros operadores del sector: Claro y Movistar mantuvieron este fin de semana un silencio que hace mucho ruido.
También habrá que relevar opiniones desde la política y -sobre todo- desde Arsat, la empresa que Rodrigo de Loredo usa como trampolín político para sus intenciones en la ciudad donde -si toda camina así- su suegro Oscar Aguad estaría por dar el visto bueno a un monopolio escandaloso.