El futuro de Instituto: las ilusiones “gloriosas” de Franquito

Franco Watson cumplirá el 25 de julio 17 años y es la gran promesa de las inferiores de Instituto. Entrena con el plantel profesional y sueña con debutar en la Primera del club de Alta Córdoba.

Ed Impresa19/07/2019Marcos J. VillaloboMarcos J. Villalobo
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(Foto: Diego Roscop)

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Encara. Juega. Asiste. Hace jugar. Desequilibra. Con la “10” albirroja en la espalda muestra su talento. Y ese talento hace ilusionar a todos en el barrio de Alta Córdoba. En sus genes hay fútbol. En su sangre corre pasión por la pelota. En sus sueños hay ilusiones de ‘fulbo’. Su nombre y apellido ya es conocido en el ámbito “glorioso”, es que desde pequeño se hace notar en el legendario predio La Agustina.

Potrero y conceptos del fútbol moderno. Desequilibrio y juego. ¡Qué jugador Franco Watson! Si, si, si es un pibe. Está recién pronto a cumplir 17 años, pero eso no quita que es una gran promesa de fútbol para Instituto. En inferiores se lo disfrutó a rolete, el fin de semana pasado fue clave para que la Sexta división se consagre campeona del torneo de la B Nacional de AFA. Ahora ya entrena con el plantel profesional, y es muy probable que en esta temporada pueda debutar en el primer equipo de la “Gloria”.

Talento le sobra, será cuestión de esperar que esos dones puedan explotar en el profesionalismo.
El pibe dialogó con La Nueva Mañana sobre su pasado, su presente y sus anhelos a futuro... tiró paredes, encaró, amagó y hasta convirtió goles con sus declaraciones.

- ¿Cómo convivís con el elogio siendo un juvenil que todavía no debutó en Primera?

- La verdad que es nuevo para mí. No estoy acostumbrado a esto. Y de pronto hablen tanto, me elogien, es bueno, creo. Hay que saber llevarlo, mantenerse tranquilo. Recién estoy comenzando en esto.

- Por lo que decís te da un poco de vergüenza, ¿te genera presión?

- Al principio me parecía raro escuchar los elogios, no me había pasado. Me da una satisfacción enorme, pero me hace poner los pies sobre la tierra, saber qué jugador soy y entender que tengo, ahora, más responsabilidades.

- ¿Imagino que en eso debe ser importante tener a tu papá Sergio, que fue futbolista?

- Sí, sí, mi viejo fue y es fundamental, tanto en el fútbol como en la vida, porque como él vivió de esto. Nos aconsejó a mí y a mi hermano Nicolás. Los consejos de él tienen mayor valor.

Watson03 ©Diego Roscop
Hace unos días “Rafael” se consagró campeón con la Sexta de Instituto, siendo figura indiscutida.

- Se te nota muy familiero.

- Todos en mi familia somos “familieros”, estamos muy unidos. Estamos acostumbrados a estar constantemente juntos. Apenas uno se separa, ya lo empezamos a extrañar.

- ¿Cuántos hermanos son?

- Somos nueve hermanos. Yo soy el cuarto. La más grande es Marianela, después viene Ayelén, después está Nico, vengo yo, Gonza, Benja, los mellizos Thiago y Bauti, y Lolo, que es el más chiquito, él tiene cuatro años, es el más chiquito de la banda. Mi familia es muy buen apoyo, tanto en los momentos buenos como en los malos, siempre están. En esto del fútbol todos nos apoyamos.

- ¿Juegan al fútbol también tus hermanos más chicos?

- Benja juega en la 2006 de Instituto, y los mellizos también están en Instituto, en la 2012.

- ¿Desde cuándo estás en el club?

- Desde los siete años.

- ¿Siempre soñaste con ser futbolista?

- No, cuando era chiquito jugaba nomás, no le daba importancia. Era sólo diversión.

- ¿Y, entonces, cuándo te diste cuenta que querías ser futbolista?

- Cuando era más chico y jugaba en las categorías de la Liga cordobesa no jugaba tantos minutos. Fueron pasando los años, pasaba de categoría, pero empecé a ganar minutos y me empezó a ir bien cuando estaba por entrar a la Novena de AFA. Ahí me puse las pilas, y me dije que esto tenía que ser lo mío. Ahí me dije que era lo que me gustaba y me gustaría hacer de más grande. En pre-AFA entonces, empecé a jugar más, y ya en Novena arranqué con todo.

- ¿Cuál fue ese técnico que te dio más confianza en inferiores?

- En Novena división de AFA el técnico fue Lucio Barcena. Él fue el que me hizo ser un jugador diferente, me dio la libertad para poder jugar.

- ¿Qué referentes tenías de chico en el fútbol?

- De chiquito, en Instituto, siempre miraba cómo jugaba Paulo Dybala, Diego Lagos y “Wanchope” (Ramón Abila). Ahora ya de grande, Lionel Messi. Me fijo mucho en él, las jugadas que hace, cómo las hace. Me fijo en todo lo que hace Messi.

Watson01 ©Diego Roscop
Franco es hijo de Sergio, aquel delantero de Unión Florida, Juniors, Racing, Olimpo, Godoy Cruz, Almagro, Unión de Sunchales, San José de Oruro, Juventud Antoniana y Sportivo Belgrano.

- En una entrevista de hace un año, supiste decir que tú sueño era debutar en la Primera de Instituto. ¿Sentís que se puede dar en esta temporada ese anhelo?

- Estoy viviendo una etapa nueva, y es bastante... no complicada, pero si tiene más responsabilidades. Recién subo al plantel de Primera, soy el más chico del grupo, arranco desde abajo, está más que claro, pero creo que si entreno bien y hago las cosas como deben ser, puedo llegar a tener minutos. El técnico (César Zabala) me dijo que tenía que competir, y estar de la mejor manera para cuando me llegue la oportunidad, aprovecharla y no dejarla pasa, porque después puede ser complicado que te vuelva a aparecer.

- ¿Les da un plus que el técnico conozca tanto La Agustina, venga de la estructura de las inferiores del club?

- La verdad que sí, es fantástico, porque conoce tu idea de juego, sabe lo que podes dar y también lo que tenés que mejorar. Es espectacular eso, me parece.

- Hace unos años te surgió la posibilidad de River y también de Boca. ¿Cómo fue eso para vos?

- Para mí que esos equipos se hayan interesado, me hayan nombrado, me hayan pedido para hacer pruebas fue algo estupendo. Son equipos grandes, pero siempre tuve la cabeza en Instituto. Mi pensamiento es siempre dar lo mejor donde esté.

Franco Watson juega. Y no se escapa. La pide. Y hace jugar. Está en quinto año de la secundaria. Y sigue jugando. Y soñando. Allí en barrio Centro América o en La Agustina. En Alta Córdoba o donde sea. Quiere jugar al fútbol, su pensamiento está enfocado en ser futbolista. Se distrae cuando juega con sus hermanitos. Piensa que cuando termine el colegio estudiará Profesorado en Educación Física. Sueña y juega. Le encanta los deportes. Se ríe. Sus hermanos le hacen chistes. Ahora como está pelado, por el bautismo en el plantel, sus hermanos lo gastan y le dicen “Rafael”, por las Tortugas Ninjas. Él se ríe. Es un nene. Es Franquito, el pibe que tiene ilusiones “gloriosas”.

  

 

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