Proponen la capacitación en género para toda la comunidad universitaria

La propuesta fue presentada por Hugo Juri y la coordinadora del Programa de Género Analía Barrionuevo el lunes pasado en la reunión del Consejo Interuniversitario Nacional.

Ed Impresa 02/03/2019 Gabriela Yalangozian Gabriela Yalangozian
CIN © Prensa UNC00002
El rector Hugo Juri elevó la iniciativa de considerar a la “Ley Micaela” para ser aplicada en la UNC. Foto: Archivo

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Las autoridades de las universidades nacionales del país analizan una propuesta que pondrán a consideración en abril próximo en Córdoba, para avanzar en capacitaciones del personal que trabaja en las casas de altos estudios en perspectiva de género, con el fin de erradicar la desigualdad histórica estructural que afecta a las mujeres y minorías sexuales en el ámbito académico.

Fue el rector de la UNC, Hugo Juri, quien elevó la iniciativa de considerar a la “Ley Micaela”, sancionada en el Congreso en diciembre de 2018. Dicha legislación hace referencia a Micaela García, la joven de 21 años que fue víctima de un femicidio en la localidad de Gualeguay, provincia de Entre Ríos, en abril de 2017.

La Ley N° 27499 establece la capacitación obligatoria en la temática de género y violencia contra las mujeres, para todas las personas que se desempeñen en la función pública en todos sus niveles y jerarquías abarcando la estructura de los tres poderes del Estado, como también sus organismos descentralizados.

“Como las universidades son autónomas, no estarían alcanzadas por esta ley. Aun así, la propuesta del rector Hugo Juri en la reunión del CIN, sugiere que las universidades pueden tomar como insumo esta norma e impulsar una formación obligatoria en género para todas las personas que trabajen dentro de su ámbito académico”, precisó a La Nueva Mañana Analía Barrionuevo, coordinadora del Programa de Género de la Secretaría de Extensión de la Universidad Nacional de Córdoba.

“La propuesta del Rector tiene que ver con las acciones preventivas que venimos llevando adelante con la UNC, porque consideramos que la Universidad, como institución pública, debe asumir un compromiso social con la promoción de acciones concretas para construir una vida libre de discriminación y violencia. Y nos parece muy importante que en todas las universidades nacionales se ponga el foco en la formación de los profesionales que trabajan dentro del ámbito académico -docentes, no docentes y trabajadoras y trabajadores-, para que tengan una formación con perspectiva de género, cada quien orientado en su área”, explicó Barrionuevo.

Para la coordinadora del programa de Género, es de suma importancia educar a la comunidad universitaria en este tema y comprometerse con esta problemática social ya que, como institución formadora, su objetivo es capacitar a futuros profesionales. Un aporte académico en pos del objetivo de erradicar la violencia, el abuso y la discriminación.


La Red RUGE

Aunque la propuesta de la UNC será analizada en abril próximo, no será ese el primer paso que haga el CIN en torno a una problemática que cada vez preocupa más a los argentinos. Ya desde hace un tiempo la Red Interuniversitaria por la Igualdad de Género y contra las Violencias (RUGE) viene desarrollando distintas líneas de acción al respecto. Una de ellas está relacionada con protocolos y planes integrales.

Un informe reciente de la mencionada red señala que de las 57 universidades públicas nacionales o provinciales del país, solo la mitad posee un protocolo en violencia de género: 31 universidades lo tienen en todas sus facultades, dos lo tienen en algunas, tres “están en proceso de elaborarlos” y 20 no tienen ninguno.

Otras líneas de trabajo de RUGE tienen que ver con problemáticas históricas desde aquellas relacionadas al acceso de las mujeres a los espacios de poder y las brechas salariales, hasta las situaciones de violencia de género, solo por mencionar algunas. “Existe una desigualdad histórica estructural que afecta a las mujeres y minorías sexuales en todos los claustros”, aseguró Barrionuevo.

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Analía Barrionuevo, coordinadora del Programa de Género de la Secretaría de Extensión de la Universidad Nacional de Córdoba. Foto: Archivo.




Se duplicaron las consultas y denuncias

En este aspecto, la UNC fue pionera en cuanto a la creación de un plan de acciones y herramientas para prevenir, atender y sancionar las violencias de género en el ámbito de la universidad. El mismo fue aprobado por resolución 1011/15 por unanimidad en noviembre de 2015. Mucho antes se había creado el Programa de Género: en 2007, durante la gestión de Carolina Scotto, la primera rectora mujer en 400 años.

Desde entonces, se fueron realizando campañas de prevención, pero también de atención, receptando denuncias que pueden derivar en la aplicación de sanciones -desde la suspensión hasta la expulsión o el juicio académico en el caso de los docentes-.
“Aunque el plan se aprobó en 2015, desde años anteriores ya existían investigaciones en el ámbito de la UNC que dan cuenta de casos de acoso sexual, la violencia simbólica, trato asimétrico, y esa desigualdad de poder con la población vulnerable”, afirmó Barrionuevo.

En los últimos días, el foco de atención se centró en la Facultad de Ciencias Médicas por los chats de Whatsapp con contenido misógino. “Sabemos que, en todas las unidades académicas y colegios preuniversitarios, existen casos; algunos de violencia de género, pero muchos otros relacionados a actitudes o conductas machistas, de falta de respeto a las estudiantes o de trato denigrante. Se trata de una problemática que es transversal y afecta a todos los espacios de la comunidad universitaria”, confirmó.
Esto deriva en una tercera línea de trabajo que es la sistematización y la construcción de estadísticas para seguir investigando y delimitando el problema.

“En ese sentido, el próximo 13 de marzo, vamos a presentar los datos y estadísticas del informe de gestión de estos dos años en todo lo que hace a cuántas consultas se receptaron, cantidad de denuncias, en de qué facultades, y demás. Lo que se puede adelantar al respecto es que se han duplicado las consultas y denuncias a partir de que se conoce la herramienta del Plan”, señaló Barrionuevo.

Aún hay mucho por hacer en materia de políticas de género, y un buen ejemplo es el convenio con un jardín maternal municipal en 2018 para que las estudiantes con hijos a cargo pudieran preservar la permanencia en sus estudios. Otro proyecto en estudio es la instalación de “lactarios” dentro de los espacios académicas para docentes, no docentes y estudiantes que estén amamantando.

“Los reclamos en relación a la temática de género son varios. Por eso la red viene elaborando estrategias tendientes a la búsqueda de igualdad entre los géneros desde la universidad. Y uno de ellos, el que aparece como el más urgente es hoy por hoy el de la violencia de género”, afirmó.

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