Es una de las dirigentes con mejor imagen y por tercera vez buscará ser intendenta. Denuncia un acuerdo entre Schiaretti y el PRO para “que todo siga como está” y asegura encabezará una lista que una a peronistas.
Ed Impresa 11/01/2019 César Pucheta
El domingo 13 de septiembre de 2015 caía sobre la zona norte de la ciudad de Córdoba. Los estertores del invierno todavía no dejaban asomar los gestos primaverales por venir y en el salón en el que los partidarios de la alianza entre el Frente Cívico y Fuerza de la Gente esperaban los resultados electorales había caras largas y miradas reflexivas al vacío. Es posible que en ese preciso instante, Olga Riutort haya decidido que ya no volvería a ceder en sus aspiraciones para convertirse en la primera intendenta en la historia de la Ciudad de Córdoba.
El 2015 era un año de grandes cimbronazos electorales pero la estrategia que había revolucionado el clima de la elección capitalina tuvo un revés duro pero no definitivo. Pasaron los días y ella, ya sin su histórica presencia en el Concejo Deliberante, emprendió el camino para reconstruirse y volver a pensar en gobernar la ciudad cuatro años más tarde. En el medio pasaron un montón de cosas, algunos de sus laderos se fueron y aparecieron otros, pero su convicción se mantuvo latente.
Es enero de 2019 y Olga está convencida que la oportunidad de alcanzar su objetivo está, nuevamente, a la vuelta de la esquina. “El intendente no tenía otra chance de convocar a elecciones el mismo día en que lo había hecho el gobernador” dice a La Nueva Mañana con su seguridad característica. “Sus aspiraciones lo empujaron a hacer que los municipios radicales peguen la fecha a la contienda provincial, si él no lo hacía no podía exigirle eso a sus pares del interior”, asegura.
¿Eso puede tener algún tipo de influencia al modo en que se puede dar la campaña? ¿Cómo se la imagina?
-Yo creo que acá hay un acuerdo para facilitarle la elección al PRO. Por eso Schiaretti no llamó a la unidad del peronismo en la capital. Con el radicalismo encabezando las candidaturas a nivel provincia, todo queda despejado que en el acuerdo al interior de Cambiemos, la ciudad le quede a un candidato del PRO.
Nosotros vamos a dar la pelea. Lo que puede pasar en la campaña es que tengamos que trabajar para que la gente tenga en claro lo que en otra época se llamaba corte de boleta. Ahora hay que aprender a marcar bien porque va a estar todo en una misma boleta, nosotros seguramente iremos sin candidato a gobernador por lo que vamos a tener que trabajar fuertemente en esa diferenciación a la hora de ejercer el derecho al voto. Si queremos que haya un cambio de gestión en la ciudad vamos a tener que aprender esas cosas.
¿Puede haber continuidad ya sin Mestre como intendente?
-Van a cambiar los nombres y apellidos pero la rutina y el perfil de gobierno será el mismo. El debate es si todo sigue igual o si apostamos a un cambio en la ciudad para que lo que se paga vuelva en servicios, para que la basura deje de ser un problema y aparezca una solución, para que el transporte se mejore o para que implementemos algo tan básico como el doble turno en la atención de los dispensarios. Yo creo que en cuatro años podemos cambiar todas estas cosas y queremos ganar para poder poner el orden necesario en esta ciudad, para algo están las ordenanzas pero si no las hacemos respetar no lo podemos pedir al ciudadano que lo haga.
¿Se imagina qué es lo que va a recibir? ¿Qué se puede hacer a partir de esa base? Habló de contratos, ordenanzas, yo le agrego el tema deuda.
-La deuda es grande pero hay que ver cómo se compone. Hoy nos desangramos pagando basura para que el servicio no exista, entonces lo primero que tenés que hacer es hacer cumplir el pliego y tratar de ver cómo hacemos para empezar a reciclar en origen porque todo el discurso del “agregando valor” no existe en la práctica. No hay contenedores reciclando y tampoco tenés un plan para que eso empiece a funcionar.
La otra discusión, que no está ligada a la licitación, es que los residuos tienen un valor y le tienen que dejar plata a la Municipalidad, y para eso hay que empezar a analizar todo lo que pasó con Cormecor. Más allá que ni el lugar es el correcto, lo venimos diciendo nosotros y un montón de gente más, lo que tenemos que hacer es dejar de enterrar todo y eso se hace reciclando en origen. Pero en general, me parece que hay que desarmar todos estos kioscos que se están haciendo y que son Crese, el Ente y Cormecor porque por ahí se está yendo una cantidad de plata infernal para no producir ningún servicio.
Con el transporte pasa lo mismo, los pliegos tienen una cantidad de frecuencias que te determina no sólo los tiempos sino que también establece la cantidad de colectivos que tienen que ir incorporándose al sistema. Pero nadie controla eso porque son todos amigotes del poder de turno y no hay forma de saber si los coches que circulan son los cero kilómetros o los que trajeron para la foto y se los llevaron a Buenos Aires, a Corrientes, a Misiones o donde sea que se los llevó ERSA. Todo tiene que ver con un tema de orden y transparencia. Tiene que haber un gobierno que controle, que no robe, que no pague sobreprecios y que garantice la prestación de los servicios.
Si vos trabajás en el sector privado o en otra dependencia estatal que no sea la municipal estás obligado a pedir un permiso especial para poder hacer un trámite, eso se tiene que terminar. En las áreas sensibles, como la salud, el doble turno te soluciona también un problema puntual que si no lo debe terminar solucionando la Provincia. Si vos no tenés una atención primaria eficiente todo termina congestionando el hospital público. Si atienden cinco horas y después se las toman, la gente se pregunta para qué va a arriesgarse a ir al dispensario y va directamente al hospital. Así no hacemos pie en ninguno de los dos niveles del servicio de salud.
Todos los peronistas hablan de la unidad del peronismo. ¿Están dispuestos a sumarse a un armado de unidad en caso de existir la posibilidad cierta de hacerlo?
-Nosotros hicimos la convocatoria a la unidad en noviembre del año pasado y, de hecho, la estamos trabajando. Es la dirigencia la que está pasos atrás de las verdaderas intenciones de unidad que se manifiestan en las bases. A mí no me preocupa qué es lo que hace la dirigencia, la verdad, me preocupa qué es lo que hace el peronista de la ciudad cuando por tercera vez le están regalando el gobierno de la ciudad a fuerzas políticas opositoras a partir de acuerdos no muy santos. Lo que estamos viendo es que el peronismo de la Capital se está unificando, nos estamos reuniendo en juntas promotoras muy amplias y participativas y eso es unir el peronismo. No importa si vamos por adentro o por afuera porque vamos a ir por el peronismo unido. La unión de la base es la garantía del éxito.
¿Hoy ya no se imagina que pueda haber un llamado desde algún sector de Unión por Córdoba invitándolos a participar de un armado de unidad?
-No me lo imagino porque si no lo hacen a nivel nacional por el acuerdo con Macri, mucho menos lo van a hacer en la ciudad que es la variable de cambio para que todo siga como hasta ahora.
Recibieron el apoyo también de sectores históricamente alejados del peronismo.
- Nosotros siempre pensamos en armados amplios y transversales, lo que pasa en esta ocasión es que se nos han empezado a acercar fuerzas políticas que han tomado la decisión de sumarse y participar. Hemos puesto el pie en el peronismo pero pensando un proceso inclusivo de unidad que va a ser muy importante y muy superior.
¿Cree que Córdoba está preparada para tener una intendenta?
- Los que no están preparados son los dirigentes porque no quieren ceder nada de todo el poder concentrado que tienen, pero la sociedad ha dado muestras acabadas que es el momento en el que hay que pelear por la igualdad de oportunidades. Más aún por los accesos en los niveles en los que se planifican las políticas públicas que son el lugar desde los cuales se producen los cambios que después producen las transformaciones para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. A la dirigencia no le gusta y por eso tanta discusión para que en la muni existan las normas de igualdad que ya logramos hace veinte años en la provincia. La sociedad tiene muy claro eso, los que no abren las manos son los dirigentes.
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