Desde hace unos años un grupo de jóvenes desarrolla una tarea muy interesante que genera un impacto social de relevancia, porque permite generar puestos de trabajo y realizar proyectos en distintos lugares. Su tarea está centrada en el acopio de botellas plásticas para elaborar a partir de esa materia prima ecoladrillos.

Recientemente  la Fundación Ecoinclusión suscribió un acuerdo con la Municipalidad de Despeñaderos. Se trata de la colaboración mutua para transformar los residuos plásticos que se recogen en esa localidad. Ese material recuperado puede ser utilizado en la construcción ecosustentable y lograr un impacto positivo en la comunidad.

Fernanda Arévalo, que es la coordinadora de proyectos de la entidad, relató cómo surgió esta fundación y cuáles son los alcances de su actividad. “Nace en la ciudad de Alta Gracia y luego se extiende a la ciudad de Córdoba y es un proyecto provincial, ya que nosotros tenemos puntos de acopio en Alta Gracia y Villa Los Aromos, recolectamos a través de una cooperativa de recicladores, que son cooperativas informales que se radican en basurales a cielo abierto. La Fundación les da una compensación por su trabajo, para reconocerlos como parte de esta cadena”, señaló.

“La Fundación nace con una lógica de triple impacto: ambiental, económico y social. Es ambiental porque se involucra en una problemática que es la de la basura, con los desechos plásticos, que busca innovar transformándolos en ecoladrillos. Después el social, porque los ladrillos van avocados a causas comunitarias. Esos ladrillos no se venden, se hacen con el aporte de todos los actores formando una red que abarca empresas, municipios. Con la Fundación logramos que estos ladrillos sirvan para causas comunitarias. Y económica porque trabajamos con cooperativas de recicladores que si bien son informales, los incluimos en esta cadena, donde ellos nos la contraprestación con la un servicio de recolección”, explicó.

Arévalo destacó que se trata de un modelo que va más allá de la solución constructiva a través del ecoladrillo. Se trata de  generar una red que se compone de empresas, municipios, particulares, escuelas, y universidades.

En referencia al convenio con la Municipalidad de Despeñaderos, la integrante de la ONG precisó que el proceso comenzó con conversaciones en las que la Fundación presentó su intención de acercarse al municipio que ya tenía puntos de acopio dentro de la ciudad, en los que se separaba el plástico como un residuo seco, distinguiéndolo de los residuos húmedos. Como esta separación no tenía una disposición final para ese material es allí que se genera el convenio con la intención de redoblar la apuesta, sumando al municipio a la red, y obtener ese plástico para la Fundación. De este modo se crea la alianza entre el gobierno de Despeñaderos y Ecoinclusión, que se tradujo en la entrega de un certificado por ese plástico que tiene como disposición final la elaboración de los ecoladrillos. 

“Es un convenio que nosotros queremos pregonar entre los municipios”, resaltó Arévalo, quien anticipó que “estamos en tratativas para extendernos a otros municipios como La Bolsa, Pilar, Isla Verde. Son municipios más chicos pero tienen esta lógica de separación y esto da la posibilidad de trabajar de manera colaborativa con la Fundación”.

¿Qué es el ecoladrillo?

Los ecoladrillos tienen el aspecto de un ladrillo convencional de cemento pero son más livianos y aislantes. Se necesitan 0,66 kilos de desechos plásticos o 20 botellas (1.5 litros) para hacer un ladrillo. El plástico utilizado para la fabricación de los ladrillos es aquel que ya no tiene un valor agregado en el mercado (no se recicla) y se puede triturar de manera segura y fácil.

El proceso de fabricación del ladrillo se asemeja a la producción tradicional de ladrillos para la construcción: se tritura el plástico, se realiza una mezcla añadiendo arena, cemento y agua, y se transforma en ladrillos con una bloquera. Los ladrillos se curan al aire. Es decir, que durante todo el proceso no hace falta aporte de calor. Una construcción de 70 m2 requiere aproximadamente 4000 ladrillos.

Las causas de la Fundación

La ONG participa de diversos proyectos, tanto en la ciudad de Córdoba como en el interior de la provincia. “Nosotros tenemos causas comunitarias que están en nuestro banco de causas en nuestra página web. Son causas que llegan a nosotros a través de un formulario que viene desde aquellas organizaciones comunitarias que necesitan crear espacios, avocadas a comedores, bibliotecas, a oficios”, aclaró Arévalo.

Una de las causas en la que participa Ecoinclusión  es el apoyo al Centro Cultural de Villa El Libertador. Allí se aspira a construir baños nuevos, ya que los actuales no tienen las dimensiones ni las características adecuadas a nivel de infraestructura. Se persigue, a través de este proyecto, la construcción de una batería baños completa, dentro de la cual habrá un baño específicamente adaptado para personas con discapacidad.
Otra de las causas es el trabajo con la Cooperativa de Trabajo “Los Cuadraditos”, de barrio Maldonado. Allí se retomó el proyecto de erigir un SUM que sirva no solo a la tarea de la cooperativa sino que cumpla la función de centro comunitario.

En la localidad de Balnearia se trabaja en la construcción de un aula sustentable en el Instituto Juan Bautista Alberdi con ecoladrillos. Allí se trabaja junto con el Grupo Scout “San José”.
En Los Reartes se aspira a ampliar el edificio de la Biblioteca Popular, dotándola de una sala de lectura, un sector de computación y espacios para realizar talleres y exposiciones.

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