Ed Impresa Agustín Álvarez Rey 06/07/2019

Otra prueba para el poder de los intendentes de Buenos Aires

Los jefes comunales del distrito electoral más grande del país vuelven a poner en juego su peso territorial. El aroma a traición comienza a esparcirse desde los calderos del PJ.

Ante un escenario de paridad para las PASO, los intendentes comienzan a hacer valer su peso.


Especial para La Nueva Mañana

La elección de tres tramos complejiza el análisis. Ni el consultor más audaz se anima a proyectar escenarios reales más allá del 11 de agosto, día en que se desarrollarán las Primarias Abierta Simultaneas y Obligatorias (PASO).  Nadie niega que ese día pueda haber una luz de casi 10 puntos entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio. Sin embargo nadie asegura que eso se repita en octubre.

Con la mirada puesta en octubre, mirando de costado de lo que pasará a nivel nacional, pero con el foco puesto en recuperar el mayor distrito electoral del país el peronismo de la provincia de Buenos Aires se anticipa al contexto sobre el que va a tener que trabajar. En el comando de campaña bonaerense analizan que  “Cambiemos está en condiciones de sostener números cercanos al 40% sobre el 70% del electorado con CABA, Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Mendoza.  Si en el resto de los distritos  los votan en entre un 25 y 28, eso da un 34 o 35 a nivel nacional. Eso es el octubre de ellos”.

Ante ese escenario de paridad los intendentes comienzan a hacer valer su peso, si es que aun lo tienen.  Así las cosas La provincia de Buenos Aires está envuelta en una paradoja: Si los intendentes, y su poder territorial sobre los sectores más vulnerables se manifiesta como tradicionalmente lo hace, Axel Kicillof perderá la elección. Pero si ese poder existiera realmente Axel Kicillof nunca hubiera llegado a ser candidato. Por lo tanto el exministro de Economía podría perder por la inexistente condición que le permitió ser.

Kicillof contó con el porte de Sergio Massa que no sólo se brindó para las fotos sino que llevó a la cita a gran parte de su armado.

“Era necesaria una reunión para fortalecer el armado y limar asperezas”

En ese marco, el de la desconfianza histórica, Kicillof logró reunir el miércoles pasado a más de 60 intendentes. “Pasó de todo entre nosotros. Hubo tenciones y operaciones antes del cierre de listas”, admitió ante La Nueva Mañana uno de los intendentes presentes y agregó: “Por eso era necesaria está reunión para fortalecer el armado y limar asperezas”.

En síntesis Axel Kicillof hizo una importante demostración de fuerza, busca aun convertirse en el macho alfa de esa manada de intendentes que solo parece preocuparse por cuidar su propio rancho. En esa búsqueda contó con el nada despreciable aporte de Sergio Massa que no sólo se brindó para las fotos sino que llevó a la cita a gran parte de su armado.

Al termino de la reunión Kicillof hizo declaraciones de ocasión y ante los periodistas presentes dijo: “Había varias cuestiones pendientes, como plasmar esta unidad en una organización de campaña, que incluye a muchas fuerzas políticas”.

En el encuentro que duró poco más de hora y media Kicillof aseguró que tomará ideas tanto de Verónica Magario como de Martín Insaurralde, sus otrora contrincantes en la disputa por la candidatura, y de todos los intendentes que las quieran aportar. Se mostró abierto al diálogo y pidió comenzar a “caminar” para las Primarias de agosto. 

Kicillof insistió en más de una oportunidad en abrir el juego. Esa postura, anticipado en charlas privadas,  tuvo su correlato con la presencia en la asistencia de intendentes claves para garantizar el territorio bonaerense. Por eso la presencia de Fernándo Gray (Esteban Echeverría), Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), Juan Zabaleta (Hurlingham), Ariel Sujarchuk (Escobar), Gustavo Menéndez (Merlo), Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas), Gabriel Katopodis (San Martín) y Mariano Cascallares (Almirante Brown) fueron una señal política fuerte de cara a sellar una alianza impermeable a las traiciones.

Según pudo saber La Nueva Mañana fue el propio Gray, en su cargo de titular del PJ bonaerense, quien se ocupó de cursar invitaciones y comprometer la presencia de todos. El llamado fue respondido incluso por Alejandro Granados, intendente de Ezeiza, quien se había mantenido alejado del peronismo desde la asunción de Vidal.

Vidal apuesta al voto “delivery”

Nadie confía en los intendentes. La máxima dentro del  peronismo sostiene que los intendentes solo traicionan si huelen victoria. Ante un escenario parejo descifrar su conducta es una misión imposible. Por eso el equipo de la gobernadora María Eugenia Vidal apuesta a las redes sociales y al voto “delivery”. Dentro del comando de campaña del Juntos por el Cambio en la provincia de Buenos Aires trabajan sobre la detección de las preferencias electorales y  garantizar el corte de boleta. El complejo andamiaje que complemente estudio de redes sociales y rastrillaje territorial culmina con un sobre que se entrega en mano al votante y que contiene su “voto ideal”.


“El trabajo es complejo pero hoy tenemos herramientas que nos permiten trabajar sobre el corte de boleta”, admite una de las mujeres que trabaja para Vidal y detalla: “Una vez que detectamos las preferencias nosotros armamos el sobre con el corte de boleta ya realizado. Es decir si una persona quiere votar al Frente de Todos para Presidente, a Vidal Gobernadora y al candidato de Lavagna para intendente; nosotros le armamos ese voto y se lo enviamos ya en el sobre. Así garantizamos el corte”.  La novedad de la campaña de Vidal no es ni más ni menos que la réplica de una vieja práctica de los intendentes.


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