Importación de alimentos: pocas certezas en los sectores involucrados

La decisión de Economía de permitir el ingreso de alimentos frescos y no perecederos para ampliar la oferta y contener los precios no convence o deja sabor a poco.

Ed Impresa 19/05/2023 Nicolás Fassi
Ed 311 © Pito Campos
(Ilustración: Daniel "Pito" Campos)

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Especial para La Nueva Mañana

La decisión del gobierno nacional de importar alimentos como parte de la estrategia de bajar los precios en el territorio nacional fue tomada con dosis de cautela y cierto pesimismo de parte de distintos actores del rubro. 
El demoledor número del 8,4% de inflación de abril, no impide observar que la cifra es incluso más alta en el rubro alimentos, con independencia de la estacionalidad de los productos. 

El dato también vino acompañado de la difusión del estudio de la Universidad Católica Argentina (UCA) respecto del elevado nivel de inseguridad alimentaria de 2022: seis de cada diez niños, niñas y adolescentes necesitan de la asistencia estatal para poder comer.

La Canasta Alimentaria aumentó 38,6% en el primer cuatrimestre

De manera paralela, un relevamiento realizado por la Fundación Colsecor dio cuenta que la Canasta Alimentaria aumentó un 38,6% en el primer cuatrimestre del año, para escalar a un 114,6% interanual. Así, un adulto necesito 28.997 pesos para no ser indigente en Córdoba, un 10,1% más que en abril. Para la familia tipo, en tanto, la cifra sube a 89.601 pesos.

Las múltiples lecturas que pueden llegar a realizarse de los números, muestran una coincidencia en torno a la tendencia respecto de la suba. Como se sabe, los escalones más bajos de la pirámide social son los más afectados. Es allí, en los sectores más vulnerables, donde el (poco) dinero que ingresa es consumido de manera rápida, principalmente en alimentos. Frente a este escenario, las medidas lanzadas por el Ministerio de Economía para contener los efectos de la reciente corrida bancaria admiten una multiplicidad de análisis.

Juega el Central, pero no el resto

Vanesa Ruiz, del Centro de Almaceneros, señaló ante la consulta de La Nueva Mañana, que la herramienta otorgada al Mercado Central para importar productos “no nos va a impactar”. “Tendrá efecto en la zona, en los clientes habituales que se abastecen, como por ejemplo los supermercados chinos. En cambio, a nuestro sector, con las distancias existentes, le va a ser imposible acceder a estos alimentos”.

En tal sentido, Ruiz remarcó que la medida no está acompañada por una logística acorde que permita salvar estos obstáculos. “No hay una logística de distribución o alguna bonificación para que los efectos lleguen no sólo a Córdoba sino a otras ciudades de Argentina”, opinó. En tal sentido, criticó la instrumentación del plan al sostener que “es insuficiente. No mueve el amperímetro”, al tiempo que reclamó “decisiones más contundentes, como el análisis de la estructura de costos de las pocas industrias alimenticias que abastecen a la Argentina”.
En la misma sintonía se expresó Víctor Palpacelli, presidente de la Federación de Supermercados. “Estas son recetas utilizadas anteriormente con resultados negativos. El Mercado Central puede abastecer a algunas manzanas alrededor o comercios con cercanía, pero esto no asegura una solución generalizada”, expresó el supermercadista, quien sin embargo optó por la prudencia a la espera de mayores precisiones en torno a la puesta en marcha de la operatoria.

Ruiz: “Tendrá efecto en los clientes habituales que se abastecen, como los supermercados chinos; en cambio, a nuestro sector, con las distancias existentes, le va a ser imposible acceder a estos alimentos”.

Al fondo no hay lugar

Para Ruiz, una verdadera medida de fondo sería la quita del Impuesto al Valor Agregado (IVA) en los segmentos de máxima rotación. “Lo reclamamos desde hace tiempo. De hecho, el relevamiento de nuestro Departamento de Estadísticas mostró que la estampida de los últimos días del mes de abril tuvo un fuerte correlato en la Canasta Básica Alimentaria (CBA) a punto tal que se registró una suba del 12,72%, con productos que llegaron a subir entre un 16% o un 42%, como el arroz”. “Es una realidad preocupante para estas tibias medidas que intenta instrumentar el Ministerio de Economía”, sentenció.

“Hay que atacar las medidas macroeconómicas y variables de ajuste que puedan solucionar el problema de manera definitiva. No estos parches que lo que hacen es sumar incertidumbre y traer problemas a los sectores que aportamos. El problema a atacar es el inflacionario. Creo que los precios son una consecuencia de la inflación y no la inflación es una consecuencia de los precios. Es al revés”, apuntó Palpacelli, quien señaló que la medida de importar comida “es una solución para poquitos. Necesitamos soluciones universales o federales para todos los argentinos. Sabemos que el sector productivo primario, con esta medida, es castigado”.

Extremos de producción

Para los productores de frutas y verduras, la inflación no se resuelve con importación sino con la defensa de la producción nacional. En ese sentido, la Federación Rural para la Producción y el Arraigo emitió un comunicado en el que señala que el 70% de las verduras y hortalizas que llegan al Mercado Central son abastecidas por el cinturón verde platense, a cargo de 6.500 familias de campesinos y pequeños productores.

Ana Campetella, periodista agroalimentaria y editora de Datos Alfa (Alimentos Frescos Argentinos), señaló que en esta situación, los dos extremos de la cadena, productores y consumidores, funcionan como variables de ajuste. No obstante, advirtió de las particularidades del sector. “El sector frutihortícola está lejos de ser oligopólico. Hay especulación, es cierto, pero no es como en otros sectores”, señaló. “Una cosa es importar fideos, algo que tiene lógica de corto plazo, porque está concentrada en pocas manos. En cambio, abrir la importación para las frutas y verduras no va a hacer que necesariamente bajen los precios y golpea a un sector precarizado como el productor primario”, explicó.

Palpacelli: “Es una solución para poquitos, necesitamos soluciones universales o federales para todos los argentinos; abemos que el sector productivo primario, con esta medida, es castigado”.

Del campo a la góndola los precios se multiplican por siete

Respecto de la diferencia de precios en los extremos de la cadena, el Índice de Precios en Origen y Destino que elabora mensualmente el sector de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), los precios de los alimentos se incrementaron 3,9 veces del campo a la góndola en abril. La entidad reveló que “en promedio, la participación del productor explicó el 23% de los precios de venta final”, arrojando que “la mayor participación la tuvieron los productores de huevo (52,9%), mientras que la menor fue para los de limón (5,9 %)”. Este incremento de 3,9 veces significa que el consumidor pagó 3,9 pesos por cada peso que recibió el productor. Incluso, el denominado Ipod frutihortícola, compuesto por 19 frutas y hortalizas, mostró que los precios se multiplicaron del campo a la góndola por 6,7 veces en abril.

En definitiva, a una semana del anuncio, las certezas en torno a la aplicación son pocas, aunque los números y los actores se muestran reacios a una medida que califican como “un parche”. Lo que no espera es el hambre.

  

 

Edición Impresa Nro.: 311

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