Las chicas y chicos merecen buenos libros

Desde el 6 de julio pasado y hasta el próximo 22 tiene lugar la 11° Edición de la Feria Infantil del Libro Córdoba. Paseo indiscutible de las vacaciones invernales. Participar, buscar, revolver y sentarse a leer es la clave.

Cultura16/07/2018 Barbi Couto
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Por: Barbi Couto - Especial para La Nueva Mañana

UN PASEO POR LA FERIA INFANTIL DEL LIBRO

Desde el 6 de julio pasado y hasta el próximo 22 tiene lugar la 11° Edición de la Feria Infantil del Libro Córdoba, organizada por el Gobierno de la Provincia, la Cámara de Librerías, Papelerías y Afines del Centro de la República -Calipacer-, la Universidad Nacional de Córdoba, la Municipalidad de Córdoba y la filial local de la Sociedad Argentina de Escritores -SADE-. El evento se presenta bajo su habitual slogan “Buscá el libro que te busca” y se constituye como un espacio indiscutible de encuentro cultural, de paseo para toda la familia, con garantía de actividades gratuitas, lo que lo convierte en uno de los puntos fuertes de las vacaciones de julio de nuestra ciudad. Por segundo año consecutivo, la sede es el Centro Cultural Córdoba, excelente espacio para un evento de esta envergadura.

El primer sábado de feria el frío intenso instaba a entrar rápido. Una vez en el hall principal, nos recibe ni más ni menos que Chanti de brazos abiertos, con una pequeña muestra de muchos de sus personajes. El historietista, quien tuvo a cargo la imagen de la feria este año, es el creador de Mayor y Menor, Facu y Café con leche y tantas otras historietas queridas por grandes y chicos. El ingreso, que funciona cual plato de entrada de una tarde de paseo, sube la vara de las expectativas para lo que vendrá después. Los chicos bajan al piso principal corriendo por la rampa, los grandes por la escalera, echando el primer vistazo a la feria de exhibición y venta de libros. Una decena de stands desperdigados por todo el espacio prometen un paseo de pasillos y recovecos, de lejos abre las ganas de dar vueltas y recorrer. De cerca, la postal no es tan prometedora. Una suerte de ruido visual atosiga desde la gran mayoría de los stands, libros vistosos, aparatosos, libros con manijita, libros-juguete, libros de princesas y de franquicias de películas comerciales. Después de recorrer un rato la sensación es la de una colección bastante homogénea visualmente, como si los expositores hubieran tenido un acuerdo tácito al preparar sus stands. La pregunta entonces es: ¿encontraremos buenos libros entre los pasillos? ¿Es ese el propósito de un evento cultural que ya lleva 11 años en la agenda de nuestra ciudad? ¿Es esa la intención de los que amamos los libros y visitamos la feria cada año?

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Supongamos, de Ivar Da Coll, (Babel Libros).

¿Cómo encontrar un buen libro en medio de tanta publicación?

En la pequeña comunidad de escritores, ilustradores, editores, cuentacuentos, libreros y especialistas en libros para los más chicos, hace años que hay debates acerca de cómo denominar esta literatura. “Literatura infantil y juvenil” es un término que se usa constantemente y no es del agrado de muchos porque adjetiva a la literatura, como si hubiera una de verdad -la que no lleva adjetivos- y otra subsidiaria, infantil, menor. Vale mencionar a nuestra querida Tere Andruetto, que pregona el valor de una “literatura sin adjetivos”, nombre además de uno de sus libros y definición que muchos trabajadores del sector han tomado como bandera. Entonces surgen otras denominaciones, como la de Literatura ‘para niños y jóvenes’ que usa la Fundación Mempo Giardinelli en Chaco, por dar un ejemplo. Puede parecer un berrinche caprichoso detenerse en el ‘nombre’ que se le da la producción de los libros para los más chicos, pero nada es casual. Lo que se esconde detrás de todo este tema es cómo se llama -o mejor cuáles son las particularidades, cómo es- la literatura que leen los más chicos. La cantidad de títulos que se publican al año para el público infantil es muy grande, de hecho, en una época de crisis del mercado editorial como es la que nos atraviesa, la producción de la literatura denominada infantil y juvenil es la única que medianamente se sostiene. Como en todo, el panorama es amplio y diverso, hay libros didácticos, pedagógicos, ‘con valores’, informativos, y también por supuesto, literatura. Tal vez la pregunta debería ser: ¿cómo encontrar un buen libro en la marea de todo lo que se publica?

“Un buen libro”, dice María Teresa Andruetto en un texto de los Postítulos Virtuales del Instituto de Estudios Superiores de la Fundación Mempo Giardinelli, “es un libro capaz de quedarse en nosotros, como se quedan las personas que amamos. Un objeto vivo entre el mar de libros que se edita, y somos nosotros, los lectores, los que decidimos qué libros quedarán vivos en nuestros corazones, los que ofrecemos como territorio de siembra de nuestra memoria, para que los libros se instalen, permanezcan. Lo cierto es que algunos libros no nos permiten el olvido. No siempre se trata de los mejores libros, ¿quién podría asegurar: “estos son los mejores libros”?, sino de aquellos que disparan una flecha que, como el amor, no flecha a todos por igual. No atesoramos el libro mejor escrito sino aquél que por razones que no siempre comprendemos, nos interroga acerca de nosotros mismos”.

Buscando se encuentra

Uno espera que una feria, que es un espacio privilegiado para la promoción de la lectura, garantice la presencia de los buenos libros. Pero si no es así, entonces, manos a la obra, como dice Andruetto: “que no sean otros los que elijan en nuestro lugar”.

• Para reconocer un buen libro hay que buscar, revolver, abrir, leer. No dejarse tentar por las ofertas de 2x1 o 2x$100. A veces lo barato sale caro, en términos literarios lo que sucede en esos casos es que la gran mayoría de esas ofertas ofrece libros de esos que sí permiten el olvido, de los que no nos dejarán nada. Un libro es, a la vez, un bien cultural y una mercancía. Tiene un valor monetario y uno simbólico y la feria se convierte en escenario de lucha. “Los libros son caros” se escucha en los pasillos. Y es verdad. O al menos es una verdad relativa en relación al poder adquisitivo de los que pasean. El Precio de Tapa de un libro se compone de una sumatoria de items que debe contemplar la producción editorial, el derecho de los autores, el porcentaje editorial, el costo de producción, el porcentaje del librero, los costos de promoción… No es un cálculo fácil y no es sencillo pa ra los editores bajar los precios. Entonces, si se pagará un monto significativo, se vuelve aún más importante el momento de y los motivos de selección de ‘un buen libro’, uno que garantice que la inversión sea una buena inversión.

• Como en años anteriores, hay poca y nada selección de sellos cordobeses y autores locales, más allá de aquellos publicados por sellos nacionales. Muchos de los mejores libros están puestos de lomo en los estantes de atrás, varios stands tienen lindwas selecciones de novelas de sellos como Edelvives, Norma, Alfaguara, SM, entre otros que tienen buenos títulos.

• Si la idea es revisar catálogos, dos stands obligados son “Comunicarte” y “Colihue”, que se destacan entre los demás porque son stands editoriales y ofrecen de primera mano lo que producen. Pero la mayoría de los puestos son librerías, donde evidentemente el criterio con el que decidieron presentar sus novedades fue un criterio comercial: lo más vistoso, lo más barato, las ofertas y saldos, lo que los chicos reconozcan rápido y fácil desde sus programas favoritos, en las mesas principales.

• Portaculturas, sin embargo, destaca en el centro de la feria. La librería de barrio Güemes, a cargo de Javier Folco, llega por primera vez a la Feria Infantil del Libro y es evidente el buen gusto del librero, que ha realizado un catálogo con muy buen ojo editorial. Una selección cuidadosa de las mejores editoriales nacionales e importadas que enfocan su producción en los más chicos, en la que no sobra ningún libro. Adriana Hidalgo con su colección Pipala, Calibroscopio, Kalandraka, Barbara Fiore, Niño, las colombianas Babel y Rey Naranjo, Ediciones de la Terraza, algunas otras pocas ediciones independientes, el periódico Rampante que acaba de nacer en la escena cordobesa con una edición preciosa a cargo de Lisa Daveloza y Cecilia Afonso Esteves, todos, todos, buenos libros.

La pregunta de qué define a un buen libro podemos hacérsela a cualquier libro, sin importar a qué público va dirigido. Un buen libro es aquel que queda resonando dentro nuestro durante pero sobre todo después de acabada la lectura, aquel que abrió la puerta de una emoción, de la imaginación, que disparó preguntas, mejor si esas preguntas son incómodas y quedan clavadas como un alfiler, que plantó una bandera desde donde permitirnos asir el mundo y a nosotros mismos. Un buen libro es aquel que somos incapaces de olvidar conforme pasan los años, por una escena de una ilustración, por la expresión de un personaje, por su final, porque nos presentó la tristeza, la compasión, la empatía, porque abrió la puerta de mundos nuevos. Un buen libro nos marca, no pasa desapercibido, no es olvidable. Si un libro es un buen libro, lo será para grandes y para chicos. La recomendación para mamás y papás, abuelos, tías y visitantes adultos de la feria es que vayan, recorran, busquen ese libro que puede emocionarlos, y más allá de si hay o no plata para comprar algo, se sienten con sus chicos y chicas a permitirse un momento de lectura, que lo que hemos leído no nos lo quita nadie.  

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El jardín de las flores verdes con tallos azul cerúleo, de Sergio Cuenca (Galáctico Flâneur).



Programa

Hasta el domingo 22 de julio, la Feria Infantil del Libro Córdoba abre sus puertas de 11 a 20 de lunes a viernes, y de 15 a 20 los domingos. Hay actividades todos los días en el Patio de las Palmeras a las 14, en el Living de letras a las 16 y los espectáculos del Auditorio a las 15 y a las 17, siempre con entrada gratuita, que debe retirarse una hora antes por mesa de informes.

El programa, que recorre el teatro, la música, la literatura, la ilustración y el cine garantiza un paseo entretenido para toda la familia. Destacan, entre otros, algunos números fuertes como la presentación del nuevo espectáculo musical de Ceci Raspo: “Taracatun” junto a Nacho Martinez el lunes 16 a las 17; ¡A leer y dibujar una historia!, una actividad creativa a cargo de la escritora Maricel Palomeque y la ilustradora Rosa Mercedes González, las autoras de “Cuando llega un dragón”, libro ya reseñado en La Nueva Mañana, el jueves 19 a las 16; el MiniANIMA 2018 el importante evento de animación infantil que este año presentará la V Muestra Internacional de Animación e Ilustración el viernes 20 las 17, y las actividades que contarán con la presencia de Chanti el sábado 21 y domingo 22 de julio, una de ellas es el Pase de la Antorcha en un diálogo entre dos grandes: Jorge Cuello y Chanti el sábado a las 15 y la Presentación de Mayor y Menor 13 el domingo también a las 15.

Consultá el programa online > Actividades Culturales

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