Talleres: Frank Darío Kudelka y el crecimiento sostenido

El técnico deja una huella inalterable en la historia de Talleres. Lo agarró en el Federal A y lo llevó hasta una copa internacional.

Deportes 14/05/2018 Federico Jelic Federico Jelic
Frank Kudelka 01

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Fueron casi cuatro años de proceso, elevó tan alta la vara de Talleres que hoy si cada logro conseguido no es el mayor, tiene sabor a frustración. El idilio que se generó entre Frank Kudelka y el albiazul contó con una mística tan particular que a la luz de los resultados solo se interpreta como un éxito. Y está claro que detrás de todo el ciclo se erige la figura del presidente Andrés Fassi, artífice de esta nueva era que levantó a Talleres del Federal A hasta la Primera División, y con copas internacionales. Guste o no.

Pasaron casi un año y medio para que el hincha le empezara a dar reconocimiento a Kudelka, porque los golpes del destino, las seis temporadas en el Argentino A lo miraban con desconfianza. Tuvo que ganarse la confianza que otros rompieron, como aquella novia que fue abandonada antes de llegar al altar y cerró su corazón ante cualquier nuevo candidato a pesar de sus mejores intenciones. Recién en el último tramo de la B Nacional comenzaron los cánticos con el “…que de la mano, de Frank Kudelka, toda la vuelta vamos a dar…”.
Sufrió una exigencia notable. Un examen cada partido, hasta ser considerado ídolo como hoy, donde muchos ya sienten nostalgia de no poder disfrutarlo más.

“Mi gran orgullo es haber dirigido en todas las categorías posibles y a todas las edades. Las dudas me asaltaron pero no me doblegaron”.

Fueron dos ascensos. Mejor eficacia de visitante que de local. Una sola derrota en el Federal A, invicto en la B Nacional. Un estilo de juego que convenció a propios y extraños. Solidez general.
Y eso que en la máxima elite nacional nunca acertó a la hora de incorporar a un goleador que le garantice puntos.
Ya en su primer año, un empate agónico inverosímil en Rosario le privó del primer sueño internacional, que pudo saldar la temporada siguiente. Pero la mayor recompensa es el reconocimiento a nivel nacional de la prensa y también de los demás clubes de una forma de jugar compacta y equilibrada, sin cambios bruscos de maniobras ni planes osados. Siempre con tres puntas. Con el “Cholo” Pablo Guiñazú como emblema y también obedeciendo el proyecto institucional de capitalizar transferencias, como pasó con Victorio Ramis, Sebastián Palacios, Emanuel Reynoso y Jonathan Menéndez, estás últimas dos quizás las más inoportunas para la aspiración final. Bajo esos axiomas, Kudelka se manejó en barrio Jardín con una pasmosa efectividad que le permite coquetear con clubes de otros países y los de alto rango a nivel nacional.
Es decir, paso a paso, un crecimiento sostenido.

“A veces me aburro viendo fútbol argentino. Y en parte somos responsables los técnicos”.

Discurso moderado, reflexiones de vida permanente, a veces con palabras rebuscadas en su léxico que no siempre corresponden con la frase, y hasta contestador cuando alguna pregunta lo incomoda, Kudelka armó su filosofía en Talleres con altura y se fue ganando en base a resultados un espacio que lo tiene en el sitial de los invulnerables a la crítica.

“Para mí, el fútbol se hizo para ir a buscar el gol. Otros juegan a esperar el error rival y a atacar con espacios. Yo tuve que ir a buscar el gol”.

El fin de la relación con Fassi (no con Talleres) tiene que ver con la posibilidad de un salto económico que en barrio Jardín no está dispuesto a invertir. Por méritos, sin duda alguna merece recibir esa condecoración pero institucionalmente la prioridad parece ser como política deportiva seguir cimentando una estructura de jugadores propios, o apuestas (comprando barato, vendiendo caro, sin traer grandes figuras como refuerzos), aspectos que Kudelka cumplió a rajatabla.
Es simplemente un cambio de época, al igual de lo que pasó en Belgrano con Ricardo Zielinski, por ejemplo.

“Siempre fuimos claros: la idea es entrar a una Copa. Si es en la zona alta, mucho mejor. Y uno no deja de tener sueños. El hombre se nutre de ellos. Pero siempre con la realidad en la mano y los pies sobre la tierra.

Parece que la decisión, a cierre de edición, ya está tomada. Kudelka se va por la puerta grande de Talleres, sin rencores y con dos ascensos en sus alforjas, más la conquista de clasificación a una copa internacional después de 16 años de ausencia por esas latitudes.

En la balanza, más allá de algunos de sus defectos, la consideración general es aprobatoria casi por unanimidad.

“De mi parte trato de vivir no conservadoramente y tomar riesgos. El fútbol se creó para hacer más goles en el arco de enfrente que defender los propios. Y a partir de esa esencia que nutre a la palabra fútbol siento placer yendo a buscar el resultado, aún corriendo riesgos”.

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