Pampa de Achala: rincones espectaculares que todos deberíamos visitar una vez en la vida

La Pampa de Achala es la reserva hídrica más importante de la provincia. Su suelo es algo así como una esponja que junta y libera agua para alimentar a los ríos cordobeses.

Turismo07/12/2024 VANINA BOCO
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VIAJE AL INTERIOR DE LA PAMPA DE ACHALA.Las nubes bajan de a ratos y se deshacen en las quebradas, mientras el camino sigue serpenteando entre las formaciones rocosas que alternan con los pastizales. Fotos VANINA BOCO

La Pampa de Achala es la reserva hídrica más importante de la provincia. Su suelo es algo así como una esponja que junta y libera agua para alimentar a los ríos cordobeses. Es por eso que en 1999, el Gobierno provincial la declaró Reserva Provincial y hoy ocupa 146 mil hectáreas, en las que se encuentran los dos cerros más altos de la provincia: al sur, el Champaquí, de 2.790 metros; al norte, el macizo Los Gigantes, de 2.374 metros.

Si bien son importantes, estos terminan siendo solo datos en comparación a lo que se siente al recorrer algún sector de la Pampa de Achala.

Su amplio paisaje está dominado por pastizales, muy pocos árboles, y montañas y explanadas creadas con piedras. No mucho más que eso, pero dentro de esta área encuentran lugar un montón de especies de flores, arbustos, cactus y también animales como liebres, perdices, cuises y, en lo alto, el majestuoso cóndor.

Este ecosistema se puede apreciar mucho más cuando nos desviamos de la Ruta Provincial N° 34 y tomamos algunos de los caminos alternativos. Eso fue lo que hice hace unos pocos días.

Un viaje al interior de la Pampa

Llegando a la zona conocida como La Posta, donde hay un emprendimiento turístico con ese nombre y un destacamento policial, está la calle que desvía de la ruta hacia la derecha (yendo desde la ciudad de Córdoba) y nos lleva hasta la Escuela Padre Liqueno.

Son nueve kilómetros que recorren una de las arterias de la Pampa de Achala que rápidamente comienza a mostrarse en todo su esplendor: entre los alambrados que delimitan los campos, se posan loicas con su pecho colorado y otros pajaritos negros con las puntas de las alas y el pico blanco. 

Entre los pastizales corren liebres y perdices y también hay unas vacas de pelaje tupido que llaman la atención: son negras y tienen una franja blanca en la mitad del cuerpo, es una raza proveniente de Escocia que en la geografía cordobesa no son para nada habituales. También hay llamas, patos, corderos y chivos.

Tesoros de la Pampa

A pocos kilómetros, sobresale una piedra enorme que es indicada en el Google Maps como “El zapato izquierdo”, haciendo alusión a su parecido con el famoso atractivo de Capilla del Monte.

Las nubes bajan de a ratos y se deshacen en las quebradas, mientras el camino sigue serpenteando entre las formaciones rocosas que alternan con los pastizales. A cinco kilómetros de haber dejado la ruta, aparece el monumento “Alfa Centauro” que guarda una de las historias más increíbles de la trayectoria espacial nacional. 

Se trata del primer cohete argentino y sudamericano que fue lanzado desde la Pampa de Achala y que puso a la Argentina como el cuarto país del mundo en ingresar al campo de la investigación espacial. 

Este hecho histórico ocurrió el 2 de febrero de 1961 en la Base llamada Santo Tomé. Hoy, solo queda un monumento como recuerdo de lo que una vez pudimos lograr.

La ventana y la cara tallada

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LA VENTANA. FOTO VANINA BOCO

Mientras el camino me seguía sorprendiendo con sus habitantes y sus paisajes, llegué hasta la Escuela Padre Fray José María Liqueno, que fue fundada en 1930 como escuela albergue por la orden franciscana y que guarda una de las historias más triste de Córdoba: en el año 1986, cuatro niños murieron congelados al escaparse del lugar y ser alcanzados por una tremenda nevada.

En 2006 se cerró la institución y en 2007, el Gobierno de la Provincia volvió a abrir las puertas, haciéndose cargo del lugar. En este pequeño paraje hay algunas casas, un cementerio y dos iglesias (una antigua hecha con adobe y otra más nueva construida en piedra, ninguna de las dos tiene fecha de creación a la vista).

A sus alrededores, las montañas adquieren formas redondeadas y se tiñen de color rojizo, y en el medio se forman praderas que invitan a caminar. Uno de los senderos lleva a una curiosa figura: una cara tallada en la piedra que aparenta reflejar el semblante de un gaucho. Una obra de arte en medio de la Pampa, de autor desconocido.

Luego, siguiendo el sendero que indica hacia el cementerio, un cerro de gran altura llama la atención con una ventana natural en su cima. Vale la pena subir para tener otra perspectiva del paisaje y admirar su inmensidad.

La Pampa de Achala no solo alberga un ecosistema valioso y nos provee de agua, sino que también guarda este tipo de rincones que te dejan con la boca abierta y que dan ganas de que todo el mundo conozca y valore.

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