Talleres cayó con Vélez en un Mario Kempes lleno y le dijo adiós a la Copa

La "T" perdió 1-0 ante el “Fortín" en un estadio colmado por casi 60 mil hinchas, dejando su ilusión en cuartos de final de la Copa. Julián Fernández, autor del único gol del encuentro.  

Deportes 11/08/2022 Federico Jelic Federico Jelic
Pizzini Jara Talleres Velez Conmebol
Talleres hizo el desgaste, pero no logró lastimar. Foto: Prensa Talleres.

La fiesta no fue completa para Talleres en un estadio Mario Alberto Kempes vestido para la ocasión. Porque la noche de gala invitaba al show, con casi 60 mil almas ilusionadas con llegar a semifinales de la Copa Libertadores de América, en lo que hubiera sido un hito histórico.

Sin embargo, no es para desmerecer en absoluto la gran campaña del albiazul en el torneo más competitivo del continente, quedando entre los ocho mejores de la Copa.

Quedará el mal sabor del gol agónico en Liniers, el empate que no fue, los cantos y el recibimiento en Córdoba más lo que no pudo ser con estadio completo. Fue derrota 1 a 0 ante un inteligente Vélez Sársfield, con el agregado de su DT Alexander Medina, de gran huella en Talleres y que anoche fue desconocido por la gente.

Pero nada cambia el panorama, los de barrio Jardín no tuvieron tranquilidad  ni la sapiencia para afrontar este duelo trascendental, quizás por falta de experiencia y oficio, pero lo mismo la aventura en la Libertadores es para aplaudir de pie.  

Duele por el contexto, por el sueño y porque quedará siempre rondando en el ambiente que no se hizo el esfuerzo en refuerzos como la responsabilidad que la Libertadores amerita. Sin embargo, no fue para nada despreciable la presentación de Talleres en esta nueva experiencia internacional, quedando sin nada en los bolsillos pero por impericia propia. 

Y eso que la mayor emoción fue al inicio, con el VAR como protagonista.

Desde un lateral, Janson habilitó a Lucas Prato a pura sorpresa para que el ex River defina a contrapierna de Guido Herrera, enmudeciendo al estadio. Pero a instancias de la revisión desde el arbitraje detectaron una polémica mano de Janson en el inicio de la acción, y la anulación se gritó más fuerte que un gol propio. 

No obstante ese tanto sin convalidar exaltó más a la gente  y le dio un empujón anímico de pura ansiedad y Talleres nunca entró en ritmo. Jugó a instancias del dramatismo desde las tribunas y nunca encontró caminos claros en ataque.

Virtud del “Cacique” en mandar a presionar a Pérez, Catalán y Enzo Díaz en la salida, forzando pelotazos muchas veces sin destino y que los propios delanteros no llegaban a entender. De hecho la más clara fue una acción de Walter Bou tras un pase Prato (de muy activo partido tanto en ataque como en defensa) que Guido Herrera resolvió al córner achicando en velocidad récord.  

Cada centro sea de córner o tiro libre caía en las manos de Lucas Hoyos, sino rebotaba en alguna pierna de un defensor de Vélez. No apareció Pizzini, no apareció Garro y solo las corridas de Diego Valoyes mantenían alguna ilusión en el conjunto de Pedro Caixinha. 

Tras la charla del descanso ingresaron Ortegoza para acompañar a Rodrigo Villagra y Lucas Godoy en busca de más verticalidad, como para darle alguna preocupación a un Orellano que supo estar tranquilo en la primera mitad. 

Cada remate, cada intento, cada centro, fue interceptado por una pierna de Vélez. Prato siguió manejando la ansiedad aguantando la pelota, el tiempo pasaba y ni con Michael Santos logró Talleres la profundidad necesaria. A esa altura Girotti ya había salido lesionado, fue pieza por pieza el movimiento, pero en el juego, la nitidez no mejoró. Valoyes siguió insistiendo ante un Ortega que ya lo esperaba de otra forma.

La estrategia de Vélez fue aguantar y presionar sobre la pelota pero en su campo, olvidando a Herrera salvo con alguna contra, pero el principio de no dejarle espacio a los veloces de Talleres funcionó. Vélez fue inteligente y compacto, el “Cacique” se fue expulsado y la tónica no cambió y se quedó con el premio.   

El gol de Julián Fernández (mismo verdugo de Liniers) ante una mala salida defensiva sepultó las esperanzas de todo barrio Jardín aunque antes de esa lapidaria definición, el local  tampoco mostró méritos y argumentos para quedarse con la clasificación a semifinales. 

El aplauso final de la gente es agridulce pero sin tantos reproches, pudo más porque no cayó ante un gran candidato pero igual debe valorarse el camino transcurrido. Su gente buscará una nueva oportunidad como también el presidente Andrés Fassi, que puede ostentar haber quedado en cuartos de final y llenando el  Kempes otra vez, como conquista deportiva, más allá de la mala sangre del final. 

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