El presidente electo espera el momento adecuado para dar a conocer su gabinete: evita el desgaste antes de la asunción, conserva el factor sorpresa y cierra negociaciones.
Ed Impresa 22/11/2019 Agustín Álvarez Rey
Especial para La Nueva Mañana
“El gabinete ya está definido”, dijo el presidente electo Alberto Fernández tras salir de su última reunión con la futura vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner a principio de esta semana. Pero lejos de apaciguar la ansiedad y develar misterios Fernández volvió a estirar los tiempos de los anuncios formales.
La mayoría de sus futuros ministros ya saben que lo serán. Por ejemplo, el intendente de San Martín en la provincia de Buenos Aires, Gabriel Katopodis, ya se lo confirmó a su mesa chica. Dejará el municipio para irse al gabinete nacional y estará a cargo del ministerio de Infraestructura.
A Felipe Solá, la confirmación le llegó en el último viaje al exterior en el que le tocó acompañar al futuro Presidente. Solá, con la espalda y la experiencia suficiente, pidió definiciones. “Estás acá”, le respondió Fernández en una respuesta que sirvió como confirmación de que será el reemplazante de Jorge Fourie en el área de relaciones exteriores.
En ambos casos la confirmación llegó hace un tiempo, pero el anuncio oficial deberá esperar. Porque, como si fuera un partido de básquet, los Fernández parecen dispuestos a aprovechar hasta el último segundo que les brinde el tablero.
Desde el massismo, bien lejos de los micrófonos, dan por descontado que tanto Diego Gorgal, especialista en narcotráfico y con el visto bueno de la DEA, como Raúl Pérez, un histórico del armado del ex intendente de Tigre, tendrán un lugar en el gabinete. Seguridad y transporte los esperan.
Por su parte, los dirigentes sindicales más cercanos al armado que comanda Alberto Fernández aseguran que Claudio Moroni, de larga trayectoria en el sector público y siempre vinculado al peronismo, será el ministro de Trabajo y que Gustavo Béliz será el encargado del gobierno para asuntos estratégicos y en ese marco tendrán que dialogar con él las modificaciones de los convenios colectivos.
Por su parte, Jorge Argüello, que fue representante argentino ante la ONU entre 2007 y 2011 y embajador en estados Unidos entre 2011 y 2013, ya trabaja para generar el encuentro entre el presidente estadounidense Donald Trump y Alberto Fernández. Su lugar después de 10 de diciembre será otra vez la embajada argentina en Washington.
El trabajo de Jorge Argüello comenzó ni bien ganó Fernández. Su rol y sus contactos fueron claves para que el futuro Presidente argentino recibiera el llamado de su par estadounidense. Desde ese mismo día Arguello trabaja para coordinar una visita de estado a la Casa Blanca. El objetivo es que el viaje se realice al poco tiempo de desembarcar en Balcarce 50.
Los únicos dos nombres que tiene confirmación pública, más allá de que no se haya oficializado, son Agustín Rossi que volverá a comandar el ministerio de Defensa y Daniel Arroyo que estará a cargo del ministerio de Desarrollo Social.
Rossi era resistido por distintos sectores del peronismo para continuar al frente de la bancada del Frente de Todos en la Cámara de Diputados luego del cambio de Gobierno. Alberto eligió, como Cristina en el final de su mandato, “sacarlo por arriba” y ofrecerle el cargo que ostentó hasta la llegada del macrismo al poder.
Arroyo, por su parte, se hizo cargo del plan contra el hambre y desde los movimientos sociales explican que “trabaja como si fuera el ministro desde que se ganaron las PASO”.
Desde el Instituto Patria sostienen que Eduardo “Wado” de Pedro dejará su banca en el Congreso para hacerse cargo del estratégico Ministerio del Interior y que Tristán Bauer, ex presidente de RTA, será el nuevo ministro de Cultura.
En los pasillos del Congreso de la Nación también se da como un hecho que Roberto Salvarezza, expresidente del Conicet, también dejará el palacio legislativo para hacerse cargo del ministerio de Ciencia y Tecnología.
Las dos primeras mujeres en aparecer como número puesto para altos cargos son Mercedes Marcó del Pont que dirigirá la AFIP, así se lo confirmó a La Nueva Mañana un importante dirigente sindical del gremio que agrupa a los empleados del ente recaudador, y Marcela Losardo que comandará el ministerio de Justicia.
En tanto, Matías Kulfas, Guillermo Nilsen, Miguel Pesce y Cecilia Todesca formarán parte del equipo económico del próximo gobierno. Aunque el rol que desempeñará cada uno dentro de ese equipo aún son un secreto bien guardado.
Santiago Cafiero, Eduardo Valdez, Julio Vitobello, Juan Cabandié, Fernando “El Chino” Navarro y Vilma Ibarra también formarán parte de la gestión y estarán en lugares cercanos al Presidente.
Los casilleros que restan por llenar, por lo menos en el dominio público, fungen como dique de contención al desgaste de un gobierno que aún no comenzó pero que en el imaginario popular está a cargo del país desde el 12 de agosto.
Dentro de ese contexto aparecen propuestas sorpresivas como la que recibió el senador cordobés Carlos Caserio para incorporarse al futuro gabinete. La sola propuesta, se concrete el pase de Caserio al Ejecutivo o no, sirvió para descomprimir cierta tensión por la designación de autoridades de los bloques parlamentarios.
Por otra parte y por debajo de la primera línea sobre la que se posan las miradas los gobernadores peronistas expanden sus terrenos y designan funcionarios en las segundas y terceras líneas de los ministerios nacionales.
En ese marco, la expectativa de los gobernadores está puesta en el desarrollo de la propuesta de un gobierno federal que realizó Alberto Fernández durante su campaña. Más allá de la rotación de las reuniones de gabinete los gobernadores dan por descontado que la mirada de cada provincia estará presente en todos los ministerios.
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