Roy Hargrove: la partida de uno de los mejores trompetistas de jazz

El estupendo trompetista Roy Hargrove falleció en Nueva York el 2 de noviembre pasado, debido a un paro cardíaco. En 2017, había tocado en Córdoba, como parte de un tour mundial que lo trajo a Argentina.

Cultura03/12/2018 Adrián Baigorria
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Hargrove dejó un legado musical fundamental para entender el nuevo sonido de la black music, en términos amplios.

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Tenía sólo 49 años y era parte de eso que en la jerga del género se da en llamar ‘Young lions of jazz’ (jóvenes leones del jazz), por su sonido vibrante que, a la vez, podía llegar a ser sutil. También era uno de los denominados neo-tradicionalistas del género, en la línea iniciada por el genial trompetista Wynton Marsalis.

Hargrove era uno de los músicos más dotados de su generación, al punto tal que a los 18 años atrajo la atención de Marsalis, referente mundial que, entre otras cosas, comanda una de las mecas sagradas del género: el Lincoln Center de Nueva York (USA). Automáticamente, Marsalis empezó a apadrinar su formación instrumental. Luego de eso, entró en la Berklee College of Music (Boston), el mejor espacio de capacitación mundial en jazz. A partir de allí, su ascenso fue tan meteórico que sólo resulta comparable al del propio Marsalis, un tiempo antes.

Un renovador de la trompeta

Nacido en Waco (Texas), en octubre de 1969, y se formó en la escuela de artes Booker T. Washington de Dallas, el mismo sitio del que surgieron notables cantantes como Norah Jones y Erykah Badu. Desde chico amaba tanto el jazz como el rythm & blues y en esa institución conoció a David Fathead Newman, integrante de la banda del mítico Ray Charles, lo que le aceleró la pasión por la black music.

Su apertura musical quedó plasmada en un sonido que partiendo desde el jazz abrevó en otras vertientes de la black music, llegando incluso al rhythm and blues, el neo soul y el hip hop, en grabaciones con diversidad de artistas, hechas al comando de su fabuloso grupo RH Factor.

Precisamente, en la tradición iniciada por el pianista Herbie Hancock y continuada hoy por su colega Robert Glasper, entre otros, Hargrove contribuyó al crossover con el que el subgénero llamado neo soul emergió a principios de este siglo, para instalarse con fuerza, a partir de cantantes como D’Angelo y Erykah Badu.

Con sólo 20 años, grabó su primer disco solista “Diamond in the Rough” que apareció en 1990, en el sello Novus, con el que haría ocho álbumes en cuatro años. Su carrera despegó con los 10 álbumes que grabó luego para el histórico sello Verve, desde 1994, incluyendo varios con RH Factor. Como músico invitado, Hargrove tocó en grabaciones de figuras de la talla de Sonny Rollins, Oscar Peterson, Jimmy Smith, Shirley Horn y Marcus Miller.

Hargrove recibió dos premios Grammy que también muestran su heterodoxia musical. El primero fue en 1988 por mejor labor en Latin jazz, por el disco Habana, un proyecto inscripto en la tradición del sonido afrocubano del género, en una grabación hecha en la Habana. El otro fue en 2002, por el álbum ‘Directions on music’, hecho en co-autoría con Hancock y con el saxofonista Michael Brecker. Ese disco se convirtió en referencia de los seguidores y estudiantes del lenguaje del género para ver hacia donde iba el lenguaje del jazz, a futuro.

Finalmente, el 2 de noviembre pasado, su vida se apagó en un hospital de Nueva York, por un paro cardíaco, habiendo ingresado allí por problemas renales que arrastraba desde hacía mucho tiempo. Dejó un legado musical fundamental para entender el nuevo sonido de la black music, en términos amplios.

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