Opinión Manuel Reyes* 27/04/2018

“Recordemos la Jornada Nacional de Protesta del 27 de abril del ‘79”

La resistencia y oposición del Movimiento Obrero, constituyó el principal obstáculo que enfrentó la Dictadura Cívico Militar instaurada el 24 de marzo de 1976, para imponer su nefasto plan económico y social.

"La Jornada del '79 fue el primer paro nacional contra la Dictadura del Terrorismo de Estado". - Foto: gentileza.

La resistencia y oposición del Movimiento Obrero, constituyó el principal obstáculo que enfrentó la Dictadura Cívico Militar instaurada el 24 de marzo de 1976, para imponer su nefasto plan económico y social. La historia de la resistencia y lucha que se libró, desde el inicio hasta el último día, registra una larga lista de conflictos que protagonizaron los trabajadores enfrentando a las patronales y a la dictadura.

A las duras condiciones laborales, se enfrentaron con nuevas formas de lucha, también algunas que se habían dejado de practicar. Paros, trabajo a tristeza, disminución de la producción, todo lo que sirviera para defender derechos ya consagrados e impedir abusos, arbitrariedades, explotación, incumplimiento de la legislación, etc.

Y otras, a las que tuvieron que recurrir por la prohibición de desarrollar actividades sindicales, con sus sindicatos intervenidos, los dirigentes detenidos, asesinados o desaparecidos, incluso con militares dentro de las fábricas.

Fue la respuesta de los trabajadores a la pretensión someterlos a una súper explotación, con precarias condiciones de trabajo y bajos salarios, para aumentar el beneficio económico empresario por aplicación de una política liberal ortodoxa, con un nuevo modelo de acumulación producto de la especulación financiera, y un plan de refundación de la sociedad.

Para lograr ese objetivo, los sectores empresariales asociados al poder transnacional necesitaban inmovilizar a la clase trabajadora e impedir su oposición ejecutando un plan operacional diseñado a tal efecto.

Se produce la prohibición de la actividad sindical en todos los niveles organizativos, criminalizando por aplicación de una legislación de facto todo tipo de acción directa, paros, huelgas generales, sectoriales o por establecimientos. Intervenciones militares de los sindicatos, hostigamiento, persecución y exterminio de sus sectores combativos; secuestrando, matando o desapareciendo dirigentes y miembros de comisiones internas, delegados y militantes de base.  También anulando la negociación colectiva, el derecho de huelga, dejando sin efecto principales disposiciones de la ley de Contrato de Trabajo reduciendo la protección y garantías de ésta, como así también otras conquistas importantes e históricas.  

En esta situación, el Movimiento Obrero produjo un acontecimiento de alta significación y efectos políticos, la Jornada Nacional de Protesta del 27 de abril de 1979, primer paro nacional llevado a cabo frontalmente contra la Dictadura del Terrorismo de Estado.

Fue organizado por la Comisión Nacional de los 25, formada en 1977, que luego en 1978 creó el Movimiento Sindical Peronista MSP, que le dio mayor impulso y en respuesta al reclamo que se hacía desde las bases. Tuvo un fuerte impacto político en nuestro país y altas y extendida repercusión en el orden internacional, generando la reacción de instituciones como la OIT, la CIOLS, la CMT, la CLAT, y también de organismos defensores de los derechos humanos y libertades públicas. 

El Movimiento Obrero de Córdoba consecuente con su línea histórica nacida en 1957, consagrada  en la historia de las luchas del Movimiento Obrero con el Cordobazo y el Vivorazo,  sumó su participación produciendo su propia convocatoria por medio de un documento, publicado el día 26 en los medios gráficos, radiales  y televisivos, titulado “En Córdoba adhieren 28 gremios a la jornada de protesta nacional”.                                                                                                                                                                                                                        Por esta convocatoria fueron detenidos selectivamente los sindicalistas que rubricaron el documento que convocaba a paralizar la actividad laboral por 24 horas. Luego procesados por violación a la ley 21400, ley que componía un complejo sistema pseudolegal de represión e impedimento de todo tipo de actividad sindical. Las calamidades y aberraciones del terrorismo de Estado, posibilitaron que la convocatoria a ese Primer Paro General a la Dictadura Cívico-Militar, abarcara al mayor número de trabajadores.

El paro tuvo en Córdoba un mayor acatamiento en el sector industrial, siendo menor en otras actividades. Aun así, por lo que significó enfrentar a la Dictadura más feroz y asesina, constituyó un duro golpe y un abierto desafío a su poder. La gran repercusión internacional, y sus efectos políticos generaron contradicciones en la cúpula militar y pérdida del apoyo de los sectores que los habían usado para imponer el proyecto económico-social. Fuera del país, se sumaron las denuncias que hicieron organismos no gubernamentales, gobiernos de algunos países, los grupos de exiliados y personalidades públicas de prestigio internacional. 

Fue una batalla ganada contra los planes que la dictadura había puesto en ejecución desde el primer día. Una de las primeras muestras que no le sería fácil destruir al sindicalismo, fue el censo obligatorio para ratificar o rectificar la afiliación de los trabajadores.  Luego le siguieron una serie de acontecimientos protagonizados por los trabajadores durante los años siguientes a 1979. 

El ya inocultable y creciente fracaso del ensayo económico de la dictadura, acrecentó el fortalecimiento del sindicalismo combativo que, encarnado en uno de los grandes líderes de los trabajadores, Saúl Ubaldini, expresaba los numerosos reclamos de la sociedad, bajo el lema Paz, Pan y Trabajo.

Una nueva jornada de protesta realizada el 22 de julio de 1981, la Marcha del Trabajo, el 7 de Noviembre, Día de San Cayetano, y el Plan de Movilización Pacífica a principios de 1982 y el Paro General del 30 de Marzo de ese año son hitos de la historia de las luchas de los trabajadores y de sus organizaciones sindicales, que junto a la Jornada Nacional de Protesta del 27 de abril de 1979, deben ser necesariamente recordadas y tomadas como ejemplo para señalar que aún bajo el imperio del Terrorismo de Estado, la unidad de los trabajadores hará posible enfrentar y derrotar al bloque dominante de la sociedad, vista el ropaje que tenga, Dictadura o Falsa Democracia.

Y finalmente, para identificarnos con la consigna histórica que simboliza la más alta expresión de la conciencia de clase de los hombres y mujeres del trabajo: SOLO LOS TRABAJADORES SALVARÁN A LOS TRABAJADORES.  

*Manuel Reyes- Secretario General de la Corriente Atilio López del Proyecto Nacional (Publicado en Revista Jirones de la Cultura Popular. Número 8. Córdoba, diciembre de 2017).

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