Talleres sigue pagando su adaptación en Primera División. Es como que debe actualizarse en algunos detalles, de jugar a un tiempo y no a dos o tres, dependiendo de lo que demande la jugada, y entender que debe saber moverse en bloque en ataque para que acompañen los volantes a los metros finales. Si no, pierde por inferioridad numérica contra los defensores rivales.

Ayer ante Banfield tuvo los mismos obstáculos. Recién cuando ingresaron Jonathan Menéndez  y sobre todo, Diego Giménez, desniveló la cancha a su favor y hasta pudo merecer un gol. Este período de transición a los de Darío Kudelka lo tienen en vilo porque se vienen ahora dos cotejos claves con rivales directos por el descenso y necesita imperiosamente empezar a sumar para no tener a la calculadora como aliado. De todas formas, el sistema de 4-2-3-1 que tantos réditos le dio a Kudelka en el Federal A y B Nacional, en Primera parece tener complicaciones, con estáticos volantes y poca presencia en el área rival.

Es tan cierto que mereció ganarle al "Taladro" como que tiene dos puntos de ocho posibles y hoy figura en la zona roja. "Es de locos pretender un resultado distinto si se intenta siempre con lo mismo" rezaba el teorema del físico  Albert Einstein. A lo mejor es tiempo para que Talleres cambie su fórmula y apueste a otra receta.