Ed Impresa Flavio Colazo 17/02/2023

Ucrania: se cumple un año del inicio de una guerra sin final a la vista

El próximo 24 de febrero habrá pasado un año del inicio de las acciones bélicas de Rusia en Ucrania, sin que se avizore hasta el momento una definición del conflicto a mediano plazo.

La guerra es una manifestación de la doctrina Wolfowitz que establece el liderazgo de EEUU en el nuevo orden mundial. - Foto: NA

  

Especial para La Nueva Mañana

La guerra de Wolfowitz

Esta guerra que se libra en territorio ucraniano en realidad es una manifestación física de la doctrina Wolfowitz (la cual establece el papel de liderazgo de Estados Unidos dentro del nuevo orden mundial) que fue concebida por este “hombre de guerra” estadounidense en 1992 -ya  desmembrada la URSS, y caído el Pacto de Varsovia-. En un informe clasificado y publicado por el New York Times, Paul Wolfowitz sostenía –ya entonces- que EE.UU. debía ver a Rusia siempre como un enemigo, más allá de los sistemas políticos y económicos que adoptara para su evolución como país. Rusia debe ser hostigada constantemente porque representa un peligro constante para el establecimiento y perdurabilidad perpetua de la unipolaridad geopolítica  que debe estar a cargo de los EE.UU. Es un peligro porque es muy rica, posee mucho territorio, petróleo, gas, minerales, agua, y es el único Estado que posee una capacidad militar –y tecnología suficiente-  para enfrentar al país del Norte. Todas estas razones hacen que Rusia sea un obstáculo para los proyectos de EE.UU. en Eurasia y, sobre todo, en Europa Oriental. Wolfowitz recomendó iniciar de inmediato la aplicación constante de sanciones a Rusia y todo el establishment estadounidense lo apoyó. En definitiva, lo que concibió Wolfowitz fue una guerra entre EE.UU. y Rusia.

La reafirmación  de la Corporación Rand

En apoyo de Wolfowitz llegó el informe de febrero/marzo del 2019 de la Rand Corporation (un gigantesco tanque de pensamiento –think tank-, con más de mil especialistas contratados, al servicio de la defensa de los EE.UU.). En dicho informe  el tanque aconseja al gobierno estadounidense promover el desangramiento –económico, político, militar, etc.- de Rusia mediante una guerra que obligara a la Federación Rusa a sobre expandirse; y para provocar la guerra –para el desangre ruso- recomendaba expresamente una fuerte instalación de armamento letal en… ¡Ucrania!  Hoy, que es público (gracias a las confesiones de varios partícipes diplomáticos involucrados) que todos los pasos en la negociaciones ente Rusia y la OTAN –como los tratados de Minsk- fueron meros entretenimientos para ganar tiempo, queda claro que los pasos se dieron tal cual lo concibieron Wolfowitz y la Rand Corporation y que, en definitiva, hoy Putin está reaccionando a lo que era una agresión inminente recomendada por el think tank estadounidense. Al hacerse públicas las intenciones de instalar armamento letal en Ucrania apuntando hacia Moscú, y  cuando le preguntaban a Putin por qué se oponía a la instalación del armamento en Ucrania, él lanzaba al mundo un interrogante: ¿Acaso aceptaría EE.UU. que Rusia instalara en Tijuana misiles apuntando hacia el territorio estadounidense? Nunca recibió respuesta. 

Paso a paso

El gran paso intrusivo que dio “Occidente” en su hostigamiento a Rusia vía Ucrania tuvo lugar en 2014, con el golpe de Estado -fogoneado por los EE.UU.- al presidente Yankunovich; a él se lo derrocó por negarse una y otra vez a que Ucrania ingresara a la OTAN; su argumento era que si eso sucedía Rusia no lo aceptaría y estallaría una guerra; el tiempo pareciera haberle dado la razón.

Un balance posible

Putin, al iniciar las acciones bélicas, planteó tres objetivos básicos: desnazificar la región, proteger a la ciudadanía rusófila presente en dicho territorio, y tomar total control de los territorios. El primero de los objetivos pareciera haberse logrado, ya que -nadie desmiente esto-  los batallones Azov (anti rusos, anti polacos y anti judíos) han sido exterminados. Respecto al segundo objetivo no sabe bien en qué grado ha logrado proteger Rusia a la población que se siente como parte de esa nación, pero lo que es seguro es que al control territorial no solo no lo ha logrado, sino que pareciera mostrarse como de muy difícil  alcance. Esto no permite avizorar ni por lejos un cese del conflicto. 

Tierra adentro (de Rusia)

Un complejo escenario se presenta hacia el interior de la Federación, ya que en marzo de 2024 habrá elecciones presidenciales. Estando prohibida cualquier disidencia pública, Putin no tiene nada que temer respecto a su continuidad en el poder. Esto hace prever que no tendría apuro y apostaría por un desgaste inevitable de Zelenski que lleve a la OTAN, o a la UE, o a los EE.UU., a poner a otro presidente y poder negociar razonablemente. Además sabe que si bien Occidente le sigue suministrando armas a las tropas ucranianas, este abastecimiento generoso no será eterno, nadie puede tolerar un gasto de esta magnitud por mucho tiempo. 

Estados Unidos, OTAN y UE

Por otro lado, Henry Kissinger ha dado aviso a Zelenski –y a los involucrados que quieran oír- que unas negociaciones entre Ucrania y Putin (en la cual Ucrania deberá ceder indefectiblemente territorio a Rusia) serán inevitables, y que lo mejor sería negociar mientras se pueda. Es que él sabe –como todos- que puede ser que Putin no gane la guerra, pero lo que de ningún modo puede hacer es perderla. Por otra parte, la única voz rusa relevante que se escucha opinar -con cierta libertad- es la de Igor Girkin –militar de gran prestigio y respeto hacia adentro de la fuerza- quien ha expresado lo siguiente respecto a la situación de Rusia y Putin: “Estamos en una situación absolutamente paradójica, tenemos un liderazgo completamente incapaz formado directamente por un presidente que es inmutable y para el que no hay alternativa. Pero un cambio de presidente llevaría a una rápida catástrofe”. También opinó que algo así significaría la derrota militar, la guerra civil y el sometimiento de Rusia. Por su parte la CIA –en voz de su director William Burns- especula también con la apuesta de Putin por el desgaste de Zelenski; y un importante diplomático occidental ha expresado –en off- la visión preponderante en “Occidente”: “Putin seguirá en el poder hasta el final, a menos que muera o se produzca un golpe de Estado, y ninguna de las dos cosas parece probable ahora mismo”. Un caso de alerta respecto al ordenamiento de la tropa dentro de la Unión Europea (UE) lo ha provocado el presidente de Croacia –país miembro de la UE- al manifestar a los cuatro vientos que Croacia no está en guerra contra Rusia. Con este panorama global quizás sea razonable especular con que la estrategia de Putin sea certera para alcanzar una paz que el mundo anhela, reclama y necesita cada día más.

  

 


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