Desarrollaron el Protocolo de Etiquetación de Sustentabilidad Edilicia
La arquitecta Lucila Pellizzari, directora del Instituto de Sustentabilidad Edilicia del Colegio de Arquitectos de Córdoba, explicó de qué se trata el Protocolo eSe.
El “Protocolo eSe”, Etiquetación de Sustentabilidad Edilicia, elaborado por el Instituto de Sustentabilidad Edilicia (ISE) del Colegio de Arquitectos de la Provincia de Córdoba, es un sistema integral de auditoría y evaluación de performance de variables sustentables en edificios, tanto en etapas de proyecto como existentes, en la jurisdicción de la provincia.
Se trata de un sistema integral de auditoría y evaluación del cumplimiento de una serie de variables que influyen en el ambiente donde se construye, con la intención de causar el menor impacto posible y ordenar un conjunto de objetivos, requerimientos y estrategias que, a modo de instrumento operativo, mejoren la eficiencia integral del diseño, la producción y el uso de los recursos naturales en la edificación.
El ISE ofrece a los profesionales de la construcción el Protocolo Etiquetación de Sustentabilidad Edilicia para ser aplicados a los proyectos que desarrollen para nuevas edificaciones o para la realización de intervenciones en construcciones urbanas ya existentes.
Desde julio de 2017 se encuentra abierto el Registro Público de Etiquetado de Sustentabilidad Edilicia en toda la provincia de Córdoba, y a través de los convenios multilaterales con FaDeA, está al alcance de todos los profesionales habilitados en el territorio nacional. El sistema tiene desarrollado un software de gestión que emite un informe y evalúa la performance integral en sustentabilidad edilicia.
Mejorar los índices de eficiencia
La Nueva Mañana dialogó con la arquitecta Lucila Pellizzari, directora en Instituto de Sustentabilidad Edilicia del Colegio de Arquitectos de Córdoba, quien explicó: “Este sistema mejora índices de eficiencia en consumo energético, reduce el consumo de agua, aumenta el confort ambiental y la gestión sustentable de un edificio tanto en las etapas de construcción, como posteriormente cuando es habitado”.
En cuanto a los beneficios de la aplicación del protocolo, Pellizzari enumeró: la reducción de la contaminación producida durante la obra, mejora la gestión de residuos sólidos, disminuye el derrame de fluidos originados por los desechos, minimiza el impacto ambiental del suelo y el ecosistema, y reduce los costos operativos en el mantenimiento de las edificaciones.
“Es decir, el Protocolo no solo es una herramienta de eficiencia energética, sino que también reduce todas las fuentes de contaminación y de producción de gases del efecto invernadero (GEI), que se anidan en la actividad de la construcción, teniendo como objetivo la reducción del impacto tanto en el suelo como del ambiente natural donde se lleva adelante la construcción”, añadió.
Por otra parte, indicó que el eSe es una herramienta orientada a mejorar los parámetros relativos a la energía, el agua, la calidad y gestión ambientales y el uso de los materiales.
Asimismo, “la intención es ordenar un conjunto de objetivos, requerimientos y estrategias que, a modo de instrumento operativo, mejore la eficiencia integral del diseño, la producción y el uso de los edificios. El factor medioambiental y los aspectos económico-sociales son especialmente considerados a fin de lograr mejor equilibrio en el marco del desarrollo sustentable, orientando la investigación y las acciones en dirección a la mitigación y adaptación al cambio climático”, aclaró la arquitecta.
Iconografía original registrada de las 6 etiquetas, con su puntaje respectivo y sobre un total de 100 puntos posibles.
Investigaciones
La arquitecta comentó que el equipo de investigación del ISE está integrado por más de 50 profesionales de distintas disciplinas, y para el desarrollo del sistema de evaluación de edificios se contó con el apoyo y asesoramiento técnico de instituciones a nivel local y nacional. Se trata de un proceso que se inició en 2011, con un estudio detallado y un posterior proceso de “ingeniería inversa” con una selección de más de 10 certificaciones internacionales.
En tanto, comentó: “Con nuestro equipo presentamos algunos de los beneficios económicos, ambientales y sociales que persigue el Protocolo eSe: mejorar los índices relativos de eficiencia de los edificios en variables tales como performance energética global y particular (térmica, eléctrica, envolvente); consumo eficiente del agua; uso sustentable de los materiales; respeto y conservación por el ambiente construido y natural; confort bioambiental; gestión sustentable eficiente (construcción y uso) además de reducir la contaminación global que el edificio provoque al ambiente (GEI, Tn eq CO2)”.
“Los tipos de contaminación son en primer término la acústica, especialmente de baja frecuencia; la de residuos, tanto sólidos como orgánicos; hacia el suelo y el ambiente vegetal. En segundo lugar, la térmica (que provoca la isla urbana de calor)”, comentó.
“Asimismo, para gestionar el manejo eficiente, tanto los residuos de construcción producidos durante la obra como los residuos sólidos urbanos de los usuarios de los edificios permiten mejorar los índices de ocupación, alquiler y rotación económica del inmueble. Ese es uno de los valores que prevé el sistema, además de eficientizar los costos operativos, de uso y mantenimiento del edificio”, refiere el Protocolo.
El sistema se apoya en tres ejes básicos de diagnóstico y desarrollo: recursos, agua y energía, y la contaminación asociada a la gestión edilicia. “A su vez, se verifican siete tipos de contaminación y performance pasiva de la calidad ambiental final, alcanzada sin la utilización de dispositivos mecánicos”, sostuvo la arquitecta.
Por último, la profesional completó: “Los 32 parámetros que componen la eSe se clasifican en 6 categorías de etiquetas: sitio, calidad ambiental, energía, agua, materiales y gestión”.
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