En enero de 2015, y casi como un presagio de lo que iba a suceder en el movimiento feminista ese año, un grupo de activistas que siempre se cruzaba en actividades y plazas, inició un Ciclo Anual de Reconstrucción de la Memoria Histórica y Colectiva de Feminismos Cordobeses que ahora se presenta a través de un archivo digital.

“Nos encontrábamos las que nos encontrábamos siempre en las plazas y sentíamos cierta desmovilización. Esto fue previo a la movilización del 2015. El 8 de marzo lo recordábamos como una fecha de desencuentro, que éramos re poquitas”, contó una de sus impulsoras, Natalia Martínez, a La Nueva Mañana.

“Fue una iniciativa de un grupo de compañeras que estaba organizada en la Red Nosotras en el Mundo. La idea era recuperar nuestra genealogía feminista en Córdoba, sentíamos que venían nuevas corrientes, nuevos debates y que había como mucho desconocimiento sobre las trayectorias anteriores y que también estábamos muy dispersas”, relató otra de las integrantes, Cecilia Re.

El ciclo se desarrolló a lo largo de todo ese año a través de siete talleres con la participación de activistas de toda la provincia de Córdoba. En cada uno de los encuentros, había discusiones organizadas en torno a una dimensión temporal por décadas desde el 60 hasta el 2015.

Después de siete años de trabajo, los registros de estos talleres junto a materiales documentales conforman un fondo de libre acceso en formato web. La propuesta plantea una recuperación de los relatos en primera persona pero que se inscriben en pensar los feminismos desde lo colectivo.

¿Por qué pensarnos desde Córdoba? 

Natalia Martínez: Siempre tuvimos ganas de movernos de la historia porteñocéntrica de los feminismos. La academia tiene una historización de las historias de los feminismos en la Argentina y son las cuatro o cinco grupas de Buenos Aires. Córdoba tiene su singularidad con sus demandas sociales, sus organizaciones, sus partidos y tienen un sello propio. Muchas veces tenemos lecturas comunes con compañeras de otras provincias, pero a veces no, entonces es darle lugar a eso.

Cecilia Re: Las preguntas eran: ¿Cuáles fueron los debates que nos fueron atravesando? ¿Cuáles fueron esos procesos? ¿Cuáles fueron los ejes de discusión? Había como mucho entusiasmo de recuperar esto. Si bien hubo un grupo que nos pusimos al hombro la organización y el armado de lo que fueron esos encuentros fue realmente muy participativo.

¿Cómo podemos trazar una genealogía que nos permita pensar el presente?

C.R.: Si hay algo que el feminismo siempre ha hecho es recuperar sus historias previas, su genealogía y que estos nuevos activismos puedan inscribirse también en esos procesos y reconociendo esos caminos. Hubo un camino previo, no es que llegó el 3 de junio y se destapó una olla, había un caldero previo. A nosotras nos parece que es muy importante para potenciar políticamente al movimiento feminista poder recuperar esas trayectorias. En distintos contextos y realidades, con distintas estrategias, que se pueda recuperar esa historia para los nuevos activismos.

N.M.: El archivo nos permite ver que las condiciones del presente tienen unas condiciones singulares que hicieron que las dificultades que hoy encontramos o las oportunidades han sido trabajadas. No venimos de la cigüeña, hubo cuerpos puestos en espacios, debate y resistencias que hicieron que lo que hoy parece posible reconozca en esos cuerpos y en esas historias sus condiciones de posibilidad. No solo por el mero reconocimiento sino para pensar que quizás algunas dificultades que tenemos tienen una historia. Las alianzas tampoco vienen de la nada.

C.R.: Las compañeras se van a sorprender cuando vean actividades donde éramos 30 o 40 en una esquina. Hoy para cualquiera parece un fracaso pero para nosotras en ese entonces era un éxito increíble. Nos parece que es importante que no se piense el feminismo solo desde una perspectiva de masividad si no también de sistematicidad, de continuidad, de alianzas. Y de mucho cuerpo puesto.

N.M.: El proceso de la ley de violencia de Córdoba es un proceso hermoso que sostuvo el Movimiento de Mujeres Córdoba y no era un grupo si no un frente. El sostenimiento de ese movimiento fue maravilloso y muchas veces se desconoce, a veces se cree que fue una agrupación. Es uno de los espacios que más va a estar presente en el archivo con otras organizaciones. Entre las pocas que éramos nos teníamos que si o si juntar y las tensiones y los debates eran de voz a voz.

¿Qué diferencia y caracteriza a los feminismos cordobeses en su historia y actualidad?

C.R.: Creo que el Movimiento de Mujeres Córdoba es un hito. Este surge de la Comisión Organizadora del 2º Encuentro Nacional de Mujeres en el año 87' y tuvo sus altibajos, pero llegó en los 90' a agrupar a todas las organizaciones. En ese momento no se definía necesariamente como feminista, pero si venia bregando por los derechos de las mujeres.

Fue un espacio muy amplio, muy diverso, autónomo. En sus filas tuvo una amplia participación de organizaciones, de partidos políticos, de mujeres de sectores populares, de sindicatos, tuvo características que no había en otros lugares. Ese espacio en el año 2003 también se dio todo un debate para construir su propia plataforma, nos dimos también un proceso de talleres donde se discutió que tipo de movimiento queríamos, cuáles eran los limites programáticos de ese espacio. Esto no lo tuvieron las otras provincias.

N.M.: El vínculo con los peronismos, por ejemplo, creo que eso es algo que podemos encontrar más hoy. Hace que Córdoba tenga una singularidad con el PJ cordobés y como se organiza el peronismo y el Frente de Todos a nivel nacional, ahí hay una gran diferencia. Y después también el feminismo autónomo, la concepción de autonomía que hay en Córdoba me parece que tiene una tradición que es muy particular y que habla de una autonomía vinculado a una tradición política cordobesa que se sostiene en los espacios feministas.

El viernes 22 de abril a las 18:30 en el Centro Cultural Córdoba (avenida Poeta Lugones 401) se presentará el archivo digital “Feminismos Cordobeses”.

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