Especial desde Buenos Aires

El resultado y el partido estuvieron de más. Es como que el duelo de la noche de este viernes en una muy ruidosa Bombonera entre Argentina y Venezuela tenía otro destino: homenajear al equipo de Lionel Scaloni y darle más apoyo y afecto que nunca a Lionel Messi, como presagiando lo que nadie quiere aceptar.

El triunfo sirvió para reforzar la comunión y la química entre el grupo y la gente, aunque de fondo el tema de todos era estar presente para ver el que pudo ser el último duelo de la "Pulga" en Argentina, de manera oficial, antes de la Copa del Mundo y en una de esas, antes de su retiro con la camiseta celeste y blanca.

La excusa fue el 3 a 0 ante la "Vinotinto" en la penúltima fecha de Eliminatorias Sudamericana, palpitando Qatar 2022. Con ganas de soñar. 

Y Messi no desentonó, a pura gambeta y fantasía, deleitando a todos los presentes. Empezando como falso nueve o punta, pero sin incidir en el juego. Pero cada vez que toca la pelota enciende los corazones, como siempre, con 34 años.  

El esquema que plantó Scaloni fue diferente. Y sin réditos. Con tres puntas, Nicolás González por derecha y Joaquín Correa por izquierda, quedaron muy desaprovechados. Hasta que luego de 25 minutos sin generar peligro movió las piezas coherentemente dejando al atacante del Inter (lejos de la talla de su reemplazado Lautaro Martínez) en el área  y González por izquierda, para poner las cosas en su lugar. Y de un pase de De Paulo llegó el gol  a los 35 minutos, en una interesante jugada colectiva, que González empujó a la red. 

Levantó el nivel Alexis Mc Allister, casi de doble cinco y tuvo una clara en el área que no supo conectar con el arco de frente tras un pase de Nahuel Molina. Fue uno de los que buscó convencer al entrenador, junto a un Correa que sigue sin estar convencido él mismo del rol que le puede llegar a tocar en instancias decisivas. Tuvo una para anotar pero Wilker Fariñez le tapó el grito de gol. 

Lo demás fue casi un relato. La 12 alentó todo el partido (a Boca y a la Selección, en ese orden) y el resto fue consolidar el rendimiento ante una Venezuela que presentó batalla. Y que trajo en el banco a esa leyenda José Pekerman, muy aplaudido por el público, homenajeado por AFA y saludado por sus ex dirigidos (Messi, Scaloni y Di María). Todo un símbolo. 

El resto fue residual. Correa desaprovechó un mano a mano tras un exquisito pase de Messi y sigue sin consolidarse, quizás el único  salgo negativo de la noche y en los apuntes de Scaloni. Pero a la fiesta le faltaba un invitado que no desentonó y calentó a todos los corazones: Di María. 

El ingreso del "Fideo" a pedido del público, con un golazo definiendo por encima del arquero y una asistencia magistral para el tanto de Messi para desatar la locura en la Bombonera. 

La misión estaba cumplida hace rato. Ahora el desafío es la copa del mundo y tener a Messi motivado, en lo que puede ser su última chance de levantar un mundial y llevarlo a las vitrinas de la selección. Desde las tribunas, el apoyo demostró una vez más ser incondicional. 

LA PREVIA

¿Qué tiene esta Selección Argentina que aún jugando por nada, lo mismo conquista corazones, llena la cancha y motiva a hinchas de todo el interior del país a venir a alentar?

Incluso en un partido que no suma nada distinto, con el equipo clasificado y ante Venezuela, el peor del grado, las entradas se agotaron en una tarde. Y en las inmediaciones de la Bombonera se sintió ese ambiente, de apoyo contra viento y marea, certificando que la Copa América obtenida en Brasil el año pasado en el Marcacaná dejó un pacto de fuego sagrado en el alma de todos. 

Hinchas de Comodoro Rivadavia, Mar del Plata, Salta y Río Cuarto no se querían perder el partido. ¿Razones? Podría ser el último partido de Lionel Messi de manera oficial en Argentina antes del mundial de Qatar y otros más agoreros palpitan que podría ser el último de todos, con un posible retiro del equipo luego del mundial. 

"Le venimos a hacer el aguante a la Scaloneta, che, se lo merecen. Y queremos agradecerle por todos lo que nos da", contó Jorge Basile de Neuquén.

También hubo gente de La Rioja, como Matías Santander, quien posa con la camiseta de Instituto. "Soy riojano pero hincha de la "Gloria" ´por culpa de mi vieja que nació en barrio Ayacucho. Cuando tengo una escapada, me voy a Alta Córdoba a alentar", relató mientras exhibe un tatuaje con los colores albirrojos y el símbolo de Los Redondos. 

"Todos estamos re manijas con la Selección", agrega Nano de Las Varillas, quien contó que con un grupo de amigos que ya estuvieron en Rusia, tienen el proyecto Qatar en marcha. "Queremos ver a Messi como sea, y Dios quiera que sea con la Copa del mundo", cerró. 

En la cancha, apenas salieron los arqueros Franco Armani, Juan Musso  y Agustín Marchesín, el estruendo fue total en las tribunas de la Bombonera.

El apoyo a la Scaloneta fue general y con riendas sueltas, con un invicto envidiable a cuestas pero sobre todo con una mochila muy liviana y sin presiones. Juegan más relajados y el público absorbe esa tranquilidad.

Y se enamora más y más. Fiel muestra de eso fue el cotejo ante Venezuela, un partido que ganó 3 a 0, aunque sin nada importante por disputar en puntos o clasificación, pero con la hinchada llenando en pocas horas de venta a uno de los estadios más emblemáticos. Próxima estación: Doha, en Qatar 2022. 

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