Juan Carlos Heredia es una leyenda viviente del fútbol. Y en Belgrano, un motivo de orgullo. Por tal motivo, fue uno de los ex futbolistas homenajeados la semana pasada en el Gigante de Alberdi.

"Milonguita" se mostró visiblemente emocionado por recorrer, nuevamente, las instalaciones del club de Alberdi, donde recibió cariño por doquier. Y mientras recorría el terreno de juego se prestó al diálogo con LA NUEVA MAÑANA.

"Desde chiquito fui hincha de Belgrano, mi madre era fanática de Belgrano, toda mi familia. En esta cancha hice aquel gol ante Talleres en un campeonato muy bueno. En el arco que daba a la cervecería hice el gol de palomita a los 83 minutos. Acá, en este lugar, tengo muchas anécdotas y todas lindas, muy lindas... Me acuerdo de muchas cosas, de la primera vez que hice la bicicleta, la hacía en el barrio, en el potrero y cuando la hice acá se cayó la tribuna", rememora emocionado el delantero que con 15 años debutó en la Primera de Universitario y heredó, en diminutivo, el apodo de su padre, y a los 17 años ya la rompía en el "Pirata".

En el evento, "Milonguita" Heredia se reunió con ex compañeros. "Con varios hacía como 20 años que no los veía. Salvo con el Mingo (Ceballes), que lo veo seguido. Tenemos una amistad. Verse con tantos buenos jugadores que tuvo Belgrano, hoy varios de ellos si jugaran, con 23 años, serían impagables", resaltó.

- Cuando entró al estadio, le dijeron: "Esta es su casa". ¿Qué le genera?

- Y, si, yo soy hincha de Belgrano. Los príncipes dicen que tienen la sangre azul, yo debo ser medio príncipe porque tengo la sangre celeste - se ríe-. En mi casa somos muy fanáticos de Belgrano. Mi hija más chica de las cuatro mujeres (Rocio) mantiene una camiseta del Barcelona mía y una camiseta de Belgrano, la que le hice el gol a Talleres.

- Los coleccionistas de camisetas la deben llamar a cada rato.

- Sí, si, no sabes las ofertas que recibe, pero no hay manera de que la convenzan.