Unas horas después de que la jueza Marcela Garmendia ordenara su detención, el sacerdote Eduardo Lorenzo, acusado de varios casos de abuso sexual infantil en los últimos años, fue hallado sin vida en la sede de Cáritas de La Plata.

La decisión de la magistrada fue tomada una vez que le llegaron los resultados de las pericias psicológicas del cura quien está acusado por abuso sexual con acceso carnal agravado contra al menos cinco víctimas, todas varones menores de edad, por hechos ocurridos al menos en los últimos tres años.

Lorenzo estaba a punto de cumplir 60 años, nació el 21 de enero de 1959. Su cuerpo fue hallado por gente de Cáritas. La Policía platense arribó al lugar a las 22 y encontró al sacerdote estaba acostado en el suelo de su habitación, con un arma a su lado.

El pedido de detención era una medida que esperaban hace meses las víctimas y sus familiares, y que había reclamado la fiscal Ana Medina en octubre pasado, pero Garmendia la hizo efectiva recién ahora, este lunes, pues había estado esperando incorporar al expediente las pericias psicológicas hechas a Lorenzo y al primero de los denunciantes.

La pericia psicológica oficial hecha a Lorenzo se lo describe de manera contundente. De acuerdo con el informe elevado por Ayelén Rodríguez y Verónica Silva Acevedo a la jueza Garmendia, el cura tenía una “estructura psicopática perversa de la personalidad, con características de manipulación, elevado autocentramiento y egocentrismo, con escasa autocrítica y autoobservación impregnada de rasgos narcisísticos”.