14 mil asistentes, 90 actividades y funciones, 20 localidades de la Provincia transformadas en escenario y unos 30 espectáculos internacionales, nacionales y locales, son los números que deja como saldo la 8° edición del Festival Internacional de Teatro para Niños y Jóvenes que ayer llegó a su fin.

Por fuera de las cifras, podríamos agregar que el evento logró reafirmar su espíritu itinerante, siguió sumando espacios alternativos y  volvió a apostar por el encuentro intergeneracional con producciones protagonizadas por niños, adolescentes, jóvenes, adultos y personas de la tercera edad.

Desde el lanzamiento oficial en los vagones de un tren hasta la apertura en Bosque Alegre -donde "La Odisea del Principito" nos hizo viajar a ese mundo espacial, imaginario y onírico- el festival dejó en claro que asomarse a cada una de estas puestas sería una verdadera experiencia, una invitación a encontrarnos con ese niño que llevamos dentro. De allí que se contó con espectadores de todas las edades, incluyendo bebés que tuvieron obras especialente dedicadas a ellos.

El espíritu del Festival, una vez más se adueñó de las calles de Córdoba. Los peatones fueron sorprendidos en uno de los puentes que atraviesa la ciudad con intervenciones de los alumnos del Seminario de Teatro Jolie Libois. También hubo espacios para el intercambio y la formación a través de las Actividades Pedagógicas y los Mateandos, que consistieron en charlas con hacedores, directores, actores, periodistas y público en general, a partir de distintas temáticas que los involucran.

Por último el reconocimiento a la trayectoria le fue otorgado a María Teresa Andruetto, narradora, docente y poeta, única hispanoamericana ganadora del Premio Hans Christian Andersen, el “Nobel” de la literatura infantil y juvenil. En ese marco, el director del Festival Raúl Sansica anunció la realización de una de sus obras literarias para niños, que será llevada a escena por  la Comedia Infanto Juvenil en el 2017.