América latina es la región más injusta del mundo. Y dentro de esa región, Brasil es uno de los países con peor distribución de la riqueza. Además viene de una gran caída de su economía, y de un problemático proceso político, una gran grieta social. Por algo Latinoamérica, es donde la democracia tiene el menor nivel de aceptación a nivel global según informa Latinobarómetro.

En un marco de decrecimiento económico, surgió el gran proceso “Lava Jato” que salpicó de corrupción a todos los partidos, porque no quedó ninguno sin que hubiera recibido dinero de empresas constructoras o petroleras. Brasil venía una especie de “época dorada”, donde entró a BRIC, como dentro de los países que serían estrellas del mundo del siglo XXI.

La región tiene varios antecedentes de militares elegidos como presidentes: Perón y  Chávez. Se murieron en el poder, y en el caso del argentino creó uno de los movimientos más importantes de la región. Otras dos experiencias en América latina son la de Lucio Gutiérrez en Ecuador y Otto Pérez Molina en Guatemala. Ambas terminaron mal. Gutiérrez sólo duró dos años en Ecuador, y Pérez Molina que había entrado como un paladín contra la corrupción, terminó fuera del gobierno y preso por corrupto. Estos procesos no terminaron bien, e incluso ambos países aún sufren de inestabilidad política o económica.

Economía

Bolsonaro es apoyado por el establishment brasileño. Cuando ganó en primera vuelta las acciones de Brasil subieron muy fuerte. Se espera que ahora ocurra algo parecido. El nuevo presidente propone privatizaciones y un ministro de economía criado en Chicago, lo que traerá un plan ortodoxo. Baja de gasto público, achicamiento del estado, apertura económica y desregularización del mercado del trabajo.

Los organismos internacionales y consultoras privadas, pronostica crecimiento para 2018 y 2019 para Brasil. Si algunos números mejoran, Brasil va a crecer durante el ciclo Bolsonaro. Al igual que Trump, la economía los va a ayudar, y tapara sus errores en otros campos.

Una de las dudas es como Bolsonaro articulará entre el nacionalismo de los militares y la apertura económica. Lo principal es que si Brasil crece, es una buena noticia para Argentina. Dependemos del crecimiento de ellos, para mejorar nuestros números.

Mercosur

Bolsonaro habló poco sobre el Mercosur. Si, explicó que admira a Trump, y sus ideas. En este caso, el norteamericano decidió renegociar con México y Canadá respecto al acuerdo NAFTA. Y además subió aranceles con China aumentando el proteccionismo norteamericano.

¿Qué hizo Trump y que hará Bolsonaro? El Mercosur es hoy vía muerta, donde solo lo comercial lo mantiene en vida. El nuevo presidente podrá buscar un nuevo Mercosur, más pequeño y más flexible. Ir hacia atrás, hacia una zona de libre comercio, que puede permitir a Uruguay y Paraguay, liberarse de la “mochila” de sus dos vecinos. Bolsonaro va a pedir modificaciones en el Mercosur, tal vez sea positivo.

América latina a la derecha

Con Bolsonaro, la derecha sumó una nueva ficha -aunque Temer era bien de derecha-. Macri, Piñera, Duque, y hasta podría sumarse a Lenín Moreno de Ecuador.

Aunque el triunfo Piñera y Macri, mostró el cambio hacia una derecha moderada, la llegada de Bolsonaro ha roto cierto marco. Más cercano a Trump, o al primer ministro italiano, sus dichos sobre inmigrantes, homosexualidad o las mujeres, ponen a América latina en la mira del mundo. Los diarios europeos no dudaron en afirmar que la extrema derecha se apoderó de Brasil. La idea de nombrar un militar como ministro de Educación es una de las ideas que hacen ruido en el mundo.

Salvo Chile, al resto de los gobiernos de derecha no les está yendo muy bien en términos económicos, y Bolsonaro será la prueba más grande para ese pensamiento político. Argentina y el Mercosur estarán expectantes.

*Contador. Docente en la UNC y la UCC.

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