Inflación: los precios acompañan al dólar sólo cuando sube

La corrida bancaria estimulada por Milei llevó la cotización del dólar arriba de los $1.000, pero luego se estabilizó en $900. “Cada vez que algo subió nunca bajó, indicó Víctor Palpacelli, de la Federación de Supermercados.

Economía 03/11/2023 Facundo Piai
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"Las estadísticas demuestran que “cada vez que algo subió nunca bajó”, puntualizó Palpacelli. Foto: archivo

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Especial para La Nueva Mañana

Octubre dejó a su paso un promedio de alza de los precios en línea con los números de septiembre. Algunas consultoras estiman una inflación más baja, rompiendo la línea de los dos dígitos, pero otras tantas proyectan subas incluso apenas arriba de las del mes pasado. Además de los problemas estructurales que aquejan a la economía y se manifiestan en los precios, un factor determinante en las subas de octubre estuvo ocasionado por presiones externas: el boicot de uno de los presidenciables a la moneda nacional, algo nunca visto en los libros de historia.

La corrida bancaria estimulada por el líder libertario llevó la cotización del paralelo arriba de los mil pesos arrastrando con su suba a los precios del comercio doméstico. La expectativa devaluatoria incita a los agentes económicos a incrementar sus precios para cubrirse de una eventual devaluación. Sin embargo, en las últimas semanas hubo cambios. El dólar blue cayó, estabilizándose en torno a los $ 900, y los plazos fijos recuperan la confianza de los inversores. Si los agentes económicos incrementaron sus precios preventivamente por la amenaza devaluatoria, es de esperar que los bajen disipada la amenaza. Sin embargo, eso no ocurrió.

La expectativa devaluatoria incita a los agentes económicos a incrementar sus precios para cubrirse de una eventual devaluación; sin embargo, en las últimas el dólar blue cayó, estabilizándose en torno a los $ 900.

“Cada vez que algo subió nunca bajó”

Palpacelli
Víctor Palpacelli, presidente de la Federación Argentina de Supermercados.

Las estadísticas demuestran que “cada vez que algo subió nunca bajó”, reconoció a La Nueva Mañana Víctor Palpacelli, presidente de la Federación Argentina de Supermercados. Los aumentos de las listas de precios que les llegaron a los supermercados fueron de 10,5% en promedio. Los precios se movieron durante todo el mes, con movimientos variados. Palpacelli destacó que algunas categorías tuvieron su pico de suba antes de la elección, mientras que otras lo tuvieron después del domingo electoral.  

Por caso, la nueva versión del dólar agro del gobierno que busca estimular exportaciones con tipo de cambio más competitivo también tuvo su efecto en los precios internos. En consecuencia, todos los alimentos que utilizan cereales y oleaginosas como insumo tuvieron alzas de dos dígitos. En este grupo se encuentra la carne, harina y fideos. Sobre este último alimento, quien también preside la cadena Almacor destacó que “debería bajar”, ya que la actualización del precio de la harina para las empresas que están dentro del fideicomiso estuvo por debajo de los aumentos que se vieron en el mes de octubre.

Para los Almaceneros, la inflación estuvo apenas abajo que en septiembre

Por su parte, el departamento de estadísticas del Centro de Almaceneros que se destaca por medir la inflación estimó que estuvo en torno a 11 puntos porcentuales. Con el agravante de que la suba de los alimentos continúa motorizando el alza del promedio general de los precios. La carne, de gran peso en el índice, sufrió un incremento de 30%, seguido por harina y leche con sus respectivos derivados. 

Alza de precios: según El Centro de Almaceneros, la carne, de gran peso en el índice, sufrió un incremento de 30%, seguido por harina y leche con sus respectivos derivados. 

Entregas restringidas y un consumo por momentos en alza

Tanto supermercados, como así también almacenes y autoservicios ven una cuotificación de parte de sus proveedores. Esto significa que no pueden comprar todo lo que quisieran, sino la cantidad que define la industria o proveedores. Estas entregas restringidas se dan en artículos de mayor rotación, es el caso de alimentos básicos como: arroz, fideos, artículos de higiene y limpieza. Los motivos son múltiples, en algunos casos se explica por restricción de oferta por sequía (caso del arroz), pero lo que opera es la inestabilidad de la economía. En otras palabras, la escasez de dólares que hace que su cotización sea inestable. Nadie quiere vender antes de una devaluación a un precio atrasado.

Sin embargo, la suba de los precios no enfrió el consumo. En las grandes superficies se vio “una especia de psicosis” previo a las elecciones con un boom de compras. En donde tuvieron picos de ventas con “volúmenes muy altos”, explicaron desde la cámara. Además de este adelanto de compras ocasionado por la expectativa de que post domingo electoral habría alta inestabilidad, la devolución del IVA en las compras con débito también sigue motorizando el comercio. Contrariamente, en los almacenes el volumen de ventas continúa cayendo respecto a los números el año pasado. 

¿Puede el desabastecimiento llegar a las góndolas?

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Matías Tombolini, Secretaría de Comercio interior.

La zozobra desatada por la escasez de combustibles en surtidor, con largas filas de autos aguardando para proveerse del bien estratégico, enciende las alarmas. ¿Y si ocurre en las góndolas? Lo que cabe preguntarse entonces es si están dadas las condiciones para que ocurriese ahí un desacople entre la oferta y la demanda tal como ocurrió con las naftas y el gasoil. Máxime cuando, más allá de las particularidades de la corrida a los surtidores, hay factores que operaron y que presionan también en otros sectores de la economía. 

La explicación del desabastecimiento de combustibles seguramente se encuentre en las disminuciones programadas en la refinación de crudo por cuestiones de mantenimiento técnico, aumento de demanda por factores estacionales, baratura de la nafta y presión de las petroleras por una actualización del precio interno del crudo (actualmente por debajo del precio internacional). Pero no puede dejar de mencionarse la posibilidad latente de una dolarización que en efecto transforma los pesos en activos tóxicos. 

La incertidumbre de una dolarización sin dólares lleva a muchos a buscar cubrirse con verdes o stockearse en bienes, más no en pesos. En efecto, el factor Milei (que prevalecerá hasta el 19 de noviembre para luego disiparse o consolidarse, según el resultado del ballotage) es una invitación a la acumulación de bienes lo cual puede ocasionar restricciones en la oferta. Desde el entorno del secretario de comercio descartaron que la tormenta del desabastecimiento llegue a las góndolas. 

En diálogo con este medio, desde la Secretaría de Comercio interior destacaron que el incremento del consumo que se vio en algunas semanas de octubre da cuenta de que hay oferta disponible. Hubo un pico inusual y la oferta no se estresó, enfatizan. Asimismo, también consideran que despeja la incertidumbre el acuerdo de Precios Justos que se logró renovar, convalidado tanto por supermercadistas como por parte de la industria de la alimentación. El vocero de la secretaría al mando de Matías Tombolini reconoció que, si bien en las inspecciones diarias encontraron “algunos faltantes puntuales”, estos no ocurren en productos de consumo masivo.

  

Edición Impresa Nro.: 335

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