Startups: el nuevo “sueño americano” se instala con fuerza en Córdoba

El fenómeno mundial de empresas emergentes con base tecnológica, creadas por veinteañeros, tiene su versión local. Aporta a un mercado que en Córdoba, en tres meses generó 2.000 millones de pesos y 8.000 empleos.

Córdoba 11/07/2017 Miriam Campos Miriam Campos
Machinalis
Parte del equipo de Machinalis

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“¿Por qué mucha gente joven emprende ahora? Simple, porque se hizo evidente que se podía”, dice Marcos Spontón, en una vieja casona de Cofico donde funciona Machinalis, una empresa fundada en 2009 por cuatro amigos que trabajaban para un único cliente en Holanda y que ahora tiene 60 personas enfocadas en el desarrollo de inteligencia artificial.

Spontón no es programador, es licenciado en Ciencias Políticas, se incorporó a Machinalis a los pocos meses de su creación por lo que es un “late founder”. Dentro de la empresa trabajó en la parte comercial, luego asumió el rol de “CEO” -Chief Excutive Officer-, lo que se conoce tradicionalmente como director general y ahora dirige un área llamada Machinalis Labs, “un laboratorio donde se hacen pruebas y se definen horizontes con mucho nivel de incertidumbre sobre los temas de interés”. Muchas empresas lo tienen y se conoce como investigación y desarrollo. Marcos, como la mayoría de quienes trabajan en Machinalis, no supera los 35 años.

El mundo de las Startups, estas compañías nacientes, está colonizado por la terminología de las empresas norteamericanas y en los países de habla hispana tiene un sentido utilitario porque gran parte del mercado está en Estados Unidos. Se trata de una adaptación de organigrama al mercado que se apunta.

Las startups son esencialmente pequeñas empresas que tienen características o vocación de rápido crecimiento y “buscan algún tipo de exponencialidad, buscan un modelo de impacto global”, dice Spontón.
En Córdoba, las startups con base tecnológica, como en San Francisco (EE.UU.) -una especie de meca para los emprendedores-, Nueva York, Amsterdam o Tel Aviv, considerados centros globales a la vanguardia de la tecnología, también abordan una pluralidad de temáticas. Agropoints, por ejemplo, es un proveedor para la comercialización en el campo; OTTA Project, por su lado, es una aplicación desarrollada para que personas con alguna limitación física puedan comunicarse por celular de una manera más cómoda y eficiente; en el caso de Linguo, que también es una aplicación, su interés se centra en el consumo de noticias.

Por su parte, Briste es una red social pensada para aliviar el problema cotidiano de la inseguridad. Fue desarrollada en 2015 y permite que vecinos puedan emitir un alerta de emergencia ante situaciones de riesgo o una alarma barrial. Actualmente ya funciona en algunas zonas de Córdoba, como barrio Los Boulevares de Villa Allende, o Bellavista en Río Ceballos. Si bien surge por una problemática social muy local, Briste, como las otras startups de base tecnológica, tienen una escala global. Es decir, cualquiera de estos productos que se desarrolla en Córdoba puede pensar que su mercado es el mundo.

Juan Chacón, especialista en marketing estratégico, profesor universitario y quien comenzó como asesor pero actualmente es el CEO de Machinalis, señala que "en términos de generación o búsqueda de satisfacer una problemática de mercado, no hay mucha diferencia entre una pyme, una gran empresa y una startup". Sin embargo, Chacón explica que sí hay una gran diferencia en cómo una startup trabaja con el objetivo de desarrollar su mensaje: "tiene metodologías mucho más ágiles, la posibilidad de pibotear entre una idea y otra, mucho más rápido. Y sobre todo, tiene la posibilidad de escalar a nivel global -si es un proyecto de base tecnológica- a una velocidad mayor que cualquier otra organización".

Para Chacón, las startups rompen el paradigma de organización tradicional porque en la dinámica de trabajo “se arman equipos interdisciplinarios, organigramas tremendamente horizontales, equipos de trabajos para proyectos determinados y una vez que finalizan, cada uno se reasigna a otro proyecto. Tiene una dinámica a nivel de armado y diseño de la organización totalmente distinta, las estructuras no son rígidas, más bien flexibles” explica y agrega: “No tiene el peso jerárquico que tiene una corporación. Todo lo contrario, el proceso de toma de decisiones es mucho más en equipo, de búsqueda de consenso, cuidando el factor humano, tomando en cuenta el conjunto de emociones que trae cada uno para desempeñarse en su día a día y la tecnología cumple un papel fundamental”.

¿Pero cómo se logra que estos proyectos, como inicialmente lo fueron Uber, Airbnb, Facebook, Google y Twitter, en su mayoría ideados por grupos de amigos universitarios, tengan un crecimiento exponencial y se conviertan en empresas que cotizan en la bolsa de Estados Unidos?.

El intenso camino de una startup

En Argentina, algunos ejemplos puntuales, surgidos del sistema propio del emprendedor y que cotizan en bolsa extranjera son Olx, Despegar y Mercado Libre -que tiene un valor entre los cinco y seis mil millones de dólares-. Chacón, con precisión docente, explica: “Las startup no son organizaciones que funcionan en el vacío, sino están integradas a otro conjunto de actores muy fuerte, un ecosistema del que forman parte incubadoras, aceleradoras, fondos de inversión, entre otros. Una incubadora puede ser una universidad por ejemplo; para ellos se hacen llamados, concursos, se evalúan proyectos, y se asesora a los emprendedores. Allí se proporciona capacitación formal o acceso a equipo tecnológico”.

De manera escueta, luego de la incubación, hay un acercamiento a los fondos de financiamiento y a partir de ahí una startup empieza a crecer en función de lo que diga el plan de negocio. La visión de los socios de la organización. Para el experto en marketing, “en el presente hay distintas organizaciones. Como así también diferentes metodologías, que hacen que uno puedo armar una empresa de una manera más ágil de lo que era hace 15 ó 20 años”. Según Chacón, Argentina es reconocida por la capacidad y profesionales que tiene, en el caso particular de tecnología, “Córdoba es muy reconocida por el vínculo que hay entre la parte académica y el sector privado”.

En el caso de Machinalis, el 70% de la compañía viene de la Facultad de Matemática, Astronomía y Física de la UNC. “Tenemos docentes investigadores haciendo investigación acá dentro de la empresa, indagando en aprendizaje automático. Áreas donde se entrecruzan cuestiones de procesamiento estadístico y la ciencia de la computación", aclara Marcos Spontón. Según datos de Córdoba Technology Cluster, un grupo de empresas e instituciones interconectadas, la facturación en pesos de las empresas de software de la provincia de Córdoba, dejando de lado a las multinacionales, para el primer trismestre de 2017 fue de $ 2.000 millones y el sector empleó a más de 8 mil personas. La demanda crece y la facturación de los que desarrollan tecnología fue por encima de la inflación.

Juventud emprendedora

Giovanni Rescia y Facundo Iglesia son amigos y desde haces meses trabajan en un proyecto que se llama “Outsider”. Se trata de un videojuego inicialmente pensado para PC, del género plataformas y lógica. No tienen oficina, trabajan desde casa e invierten las horas que pueden para sacar adelante la idea.
“A finales de marzo de este año comenzamos con el desarrollo de “Outsider”. A menos de dos meses de haber iniciado, ya teníamos un primer nivel completamente jugable, incluyendo todo su arte visual dibujado a mano, su música original y sus efectos de sonido producidos exclusivamente para nuestro producto”, explica Facundo de 26 años.

Esto les permitió ser finalistas en el concurso Game Business Córdoba, organizado por el Ministerio de Industria, Comercio y Minería de la Provincia de Córdoba y ganadores de una mentoría en “Mi primer juego publicado”, motorizado por ADVA -Asociación de Desarrolladores de Videojuegos Argentinos-. “Ahora aplicamos a un concurso de provincia y a un Fonsoft para financiamiento de Nación pero todavía no sabemos cómo nos fue. Este año queremos finalizar una parte fundamental del juego, para presentarla en la EVA, que es la Exposición de Videojuegos Argentinos”, explica y, además, aclara que “para generar un producto de calidad, tercerizamos el arte, y el diseño que es propio ya está finalizado. Ahora resta ponerse a programar”.

Facundo y Giovanni evalúan posibilidades pero todavía no tienen definido cómo promocionarán en el mercado su producto. “Lo único claro es hacer el producto, sacarlo y luego hacer más proyectos”, concluyen.

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