Lo dicho: Schiaretti gobernador, Llaryora intendente

La fecha para inscribir listas para las internas del PJ por los cargos, sirvió para dejar consagrados a Schiaretti y Llaryora como candidatos a gobernador y a intendente.

Ed Impresa 08/02/2019 Gastón Gracia Daponte
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Juan Schiaretti buscará su reelección mientras que, el vicegobernador en uso de licencia y diputado nacional, Martín Llaryora irá por la intendencia. Foto: Archivo

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Especial para La Nueva Mañana

El legislador delasotista Daniel Passerini terminó declinando su candidatura en la capital evidenciando la debilidad política en la que quedó el espacio que encabezaba José Manuel De la Sota, líder natural del PJ en Córdoba. Tras la muerte repentina del ex gobernador, Schiaretti se encontró por primera vez en su vida política como el único líder y conductor del PJ siendo el gobernador de la segunda provincia del país.

Uno de los delasotistas con mayor llegada al ex gobernador fue contundente al graficar la realidad de este espacio del peronismo, “el delasotismo no existe más” dijo, y concluyó en la necesidad de expresar los valores de De la Sota en un nuevo armado político que seguramente tendrá como protagonista principal a su hija Natalia, actual concejal de la ciudad de Córdoba.

En un tenso acuerdo, Passerini declinará su candidatura a intendente y asumirá como Diputado Nacional reemplazando a Llaryora completando los dos años de gestión que le restan al actual vicegobernador cuando éste renuncie a su banca en la Cámara Baja del Congreso Nacional. Además como parte del convenio Natalia De la Sota encabezaría la lista de legisladores provinciales. Asimismo el gobernador le confirmó al sector sindical las dos bancas que hoy tienen (Pihen y Bustos) más el Ministerio de trabajo.

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Daniel Passerini terminó declinando su candidatura en la capital.

Llaryora (fue ungido como Diputado Nacional en 2017), es el elegido por el gobernador Juan Schiaretti no solo para encabezar el binomio en la capital de cara a las próximas elecciones municipales del 12 de mayo que se realizarán en forma conjunta con las generales provinciales sino para sucederlo cuando culmine su tercer mandato al frente del gobierno provincial.

“Soy el heredero, no porque yo lo diga, sino porque Juan quiere que lo sea”, afirma Llaryora a los caciques históricos de la capital durante las reuniones que organiza personalmente con cada uno de los referentes de las 14 seccionales de Córdoba durante todos los fines de semana.

Por primera vez en veinte años la estructura partidaria del Partido Justicialista (PJ) de la capital “está alineada” tras la figura de Martín Llaryora. Un dato no menor, teniendo en cuenta que el peronismo de la ciudad de Córdoba siempre se comportó de manera ecléctica.

Pero el alineamiento no solo responde a la orden del gobernador y a las aptitudes propias de Llaryora como dirigente. El PJ está pensando más en 2023 que en la elección de este año por diversas razones políticas. La primera, el gobernador cumplirá su último mandato al frente del gobierno provincial con un triunfo que se cuenta de antemano por los números de adhesión con los que cuenta y por las largas indefiniciones del arco opositor entre la Unión Cívica Radical (UCR) y el resto de los partidos que conforman Cambiemos.

Con el triunfo descontado, el peronismo comienza a mirar el próximo turno electoral general de Córdoba y necesitan de un candidato como Llaryora para asegurar la continuidad en el poder sin mayores inconvenientes en la próxima elección.

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Natalia De la Sota encabezaría la lista de legisladores provinciales.

Mientras tanto en Cambiemos

Los socios de la alianza del partido del presidente Mauricio Macri se encuentran sumergidos en una puja interna por las candidaturas protagonizadas por el actual intendente Ramón Mestre y el Diputado Nacional Mario Negri que podría terminar, según algunos cercanos al espacio, en una ruptura política que le aseguraría el triunfo al peronismo.

“No vamos a ir a una interna para que Ramón (Mestre) se quede con todo”, aseguró a La Nueva Mañana un alto dirigente del partido amarillo. El intendente de Córdoba no está dispuesto a sacrificar su candidatura para llegar al Centro Cívico ni a ceder a las presiones de la Casa Rosada para dejar que Mario Negri sea el candidato de una supuesta unidad.

Uno de los radicales que tiene injerencia en las decisiones políticas electorales le dijo a este medio que “la orden de la casa Rosada es que todos los integrantes de Cambiemos se alineen detrás de la candidatura de Negri para derrotar a Mestre” y finalizó “si se rompe que rompan ellos”.

Esta es la razón por la que la Propuesta Republicana (PRO) aún no rubricó la alianza en la Justicia Electoral de cara a los comicios internos que deberían realizarse el próximo 17 de marzo. “Tenemos tiempo hasta el 23 de marzo, si quieren hacer la interna que la hagan, no les hace falta nuestra firma”, aseguró uno de los arquitectos políticos de Macri en Córdoba.

De ahí los últimos movimientos que se produjeron reuniones entre Luis Juez y Rodrigo De Loredo, ambos precandidatos a intendente de la ciudad de Córdoba. O los ofrecimientos que Mestre le realizó a diversos dirigentes del PRO para conformar la fórmula provincial.

El kirchnerismo, la izquierda y otras fuerzas

Por otra parte, uno de los actores fundamentales en el marco de las pretensiones del PJ es el kirchnerismo de Córdoba que conserva un caudal de votos suficientes como para poner en riesgo las aspiraciones de Schiaretti en caso de que postularan una fórmula competitiva.

Pero no es el caso. El kirchnerismo tiene decidido presentar una fórmula provincial que seguramente encabezará Pablo Carro (elegido como Diputado Nacional en las elecciones de medio término de 2017) más como una estrategia para que sus electores no giren a la izquierda que para poner en riesgo el poder de Unión por Córdoba. Será una especie de candidatura testimonial de contención.

“Es como la postulación de Accastello pero light”, graficó uno de los hombres de mayor injerencia política del kirchnerismo en los últimos años en Córdoba. Precisamente una de las mujeres de mayor trascendencia política de esta fuerza, Nora Bedano ya tendría asignado un lugar importante en el hipotético próximo mandato del gobernador desde donde se brindará contención a este espacio. Bedano dejó el bloque Córdoba Podemos en la Unicameral para integrarse al oficialismo primero, y después dejó su banca para dirigir la Agencia Córdoba Cultura.

El intendente de la ciudad de Carlos Paz, Esteban Avilés, es otro de los candidatos a gobernador que corroen las aspiraciones de Cambiemos para llegar al poder sumada a una fractura inminente entre el radicalismo y las fuerzas de la alianza.

El viernes de la semana pasado recibió en su despacho al concejal Tomás Méndez y al presidente del Partido Socialista de Córdoba, Matías Chamorro. Aunque no trascendió el tenor de la visita, la foto dejó abierta la especulación para que ambos integren una fuerza competitiva para la provincia y la ciudad. Claro que desde el municipio se informó que Avilés, Méndez y Chamorro compartieron miradas de gestión y perspectivas de la realidad provincial.

Sin embargo, después de esa reunión y con la excusa de la entrega de los premios teatrales “Carlos”, Avilés abrió el telón para recibir a varios intendentes cordobeses, entre ellos a Mauricio Cravero de Arroyito, evidenciando el armado político que pretende el intendente de Carlos Paz quien, se especula, podría optar por utilizar la doble candidatura para acceder a una banca en la Unicameral.

Sentado o no en el poder legislativo, Avilés comparte una visión e intereses de gestión con el gobernador Schiaretti que lo podrían ubicar en el próximo gobierno, dentro de sus características como dirigente, como presidente de la Agencia Córdoba Turismo.

Aurelio García Elorrio es el candidato a gobernador por Encuentro Vecinal Córdoba. Después de dos períodos consecutivos en la Unicameral y tras una excelente elección legislativa de medio término en 2017 que lo consagró como cuarta fuerza política a nivel provincial buscará la consolidación de su espacio en 2019 con dos aspiraciones: sumar más bancas que la izquierda y erigirse como el contralor del poder en la provincia.

Finalmente la Izquierda se encuentra frente al desafío de conservar las tres bancas legislativas que obtuvo en 2015 con la alianza de la Izquierda Socialista (IS), el Partido Obrero (PO) y el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS).

La lógica en Córdoba es a la inversa que a nivel nacional. Aquí, la Izquierda Socialista es la que elige si pondrá sus candidatos para la elección provincial o en cambio, optará por aspirar a una banca en el Congreso Nacional en las legislativas de octubre donde se elegirán en forma conjunta con el presidente de la nación. Después el PO y el PTS decidirán los candidatos a los otros cargos electivos.

Este derecho de la Izquierda Socialista en Córdoba se debe a que Liliana Olivero, su máxima referente, fue quien abrió el surco del campo político provincial al ocupar por primera vez, desde el retorno de la democracia, una banca en la Unicameral junto a Pablo Álvarez.

Con el abanico político desplegado, el oficialismo en Córdoba se asegura de no dar un paso en falso para consolidar su sexto gobierno consecutivo con un ojo puesto en el contexto nacional, que de ser necesario, también tendrá como protagonista principal al gobernador de Córdoba.

 

  

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