"Es una prostitución lo que hacen con las mujeres en el boxeo"

Alejandra Oliveras mantiene su fuerza y empuje, como cuando se sube a un ring, a la hora de hablar de las actividades que realiza en la actualidad. “Locomotora” entiende que la pasión por el boxeo no sólo se demuestra o se siente durante una pelea, sino que ese sentimiento se traslada a cada una de las tareas que lleva a cabo en su vida.

Las charlas motivacionales son sólo una de acciones que la boxeadora nacida en Jujuy emprendió y que significan una caricia al alma de Alejandra, ya que muchas personas se sienten identificadas con sus palabras, las cuales les permiten salir adelante en situaciones difíciles.

“En este momento estoy recorriendo el país dando charlas motivacionales. Ya hace un año y pico que lo hago, motivando a la gente para que luche, no baje los brazos y si tienen un sueño en su corazón, nada ni nadie pueden impedir que se cumpla”, explica la madre de dos hijos, que cuenta en dichas conversaciones su historia de vida y lo que significó poder lograr sus objetivos.

Historia de vida que la lleva a su niñez y el crecer en la pobreza, pero que con el paso de los años la dejó en lo más alto del boxeo, siendo pentacampeona mundial y quedando en los récords Guinness, algo de lo que Alejandra no disimula ni un segundo su orgullo.

“Somos siete hermanos, cuatro varones y tres mujeres. Todos tuvimos que trabajar para poder comer. Yo dormía con mis hermanas en un colchón hasta los 14 años, en el piso porque no teníamos cama. Trabajaba en el campo de tractorera, maquinista, hilachando bolsas entre las ratas y de ahí ir a la escuela”, narra la oriunda de El Carmen; a lo que agregó: “Logré lo que nadie en el mundo, igualar en títulos a Mayweather, por eso creo que valió la pena tanto esfuerzo”.

Oliveras fue madre muy joven, a los 15 y 18 años, cuenta ella misma al seguir recorriendo su vida y analizando lo que debió pasar hasta llegar a cumplir su sueño, ya que considera que la “pobreza no está en el bolsillo sino en la cabeza”. Por este motivo, expresa que su bandera es la fuerza, nunca bajar los brazos y nunca sentirse menos que nadie en “este mundo machista”, según entiende la propia pugilista.

Este es otro de los temas que también ocupa a Alejandra, quien busca y espera que haya igualdad entre los boxeadores de diferentes sexos a la hora de cobrar las bolsas.

“Las mujeres ganamos monedas a comparación de los millones que ganan los hombres. Ya demostré que la mujer puede hacer lo mismo que los varones, igualando los títulos de Mayweather, por KO. Lo igualé, pero para mí lo superé porque el ganó por puntos, yo gané por goleada, él por penales”, dice Oliveras, a quien se le nota un orgullo que aflora más, a medida que expresa cada una de sus palabras.

La “Locomotora” entiende que en este mundo machista, como ella lo define, la tarea no es nada sencilla, pero está dispuesta a seguir su pelea debajo del ring para lograr que esta igualdad se manifieste de una buena vez. “Somos iguales. Yo entreno y me cago a trompadas con boxeadores hombres. Yo peleo de igual a igual y por eso pido igualdad en las bolsas. Cómo puede ser que un hombre gane millones de dólares y una mujer dos pesos”, explica.

“Antes decían que las mujeres no podían hacer deportes de hombres, porque les iban a salir bolas y bigotes. A mí me duele que haya campeonas del mundo como ‘Tily’ Maderna que limpian casas para poder comer. Mayra ‘La Guapa’ Gómez (también campeona) maneja una ambulancia 18 horas por día para vivir. A nosotras nos usan como esclavas, es una prostitución lo que hacen con las mujeres en el boxeo”, denuncia Oliveras.

Alejandra siempre tuvo en claro su idea de ser boxeadora y de subirse a un ring. Se reflejaba y aún lo hace en una de las grandes leyendas de este deporte, por el cual siente mucha admiración y no esconde ese sentimiento cada vez que habla. “Yo de chiquita jugaba con los varones, no me gustaba estar con las nenas porque estaban sentaditas hablando de moda, del pelo y yo andaba despeinada todo el año y quería estar con los varones para jugar, saltar, escupir, jugar al fútbol y me sentía igual a ellos, los cagaba a trompadas. Ya desde el jardín peleaba y nunca me ganaron. Me di cuenta de que era fuerte, igual que un varón pero sin dejar de ser mujer”, explica Alejandra.

Con el paso de los años comenzó a trabajar en una radio de Alejandro Roca y es ahí donde comienza su relación con el boxeo. “Leía tan bien en la radio, sin ser periodista y me contrataron. Un día leí un artículo sobre Mike Tyson que salía de la cárcel”, cuenta la boxeadora. En ese momento, ella no sabía que el dar a conocer esa noticia al aire y el comentario que haría sobre esta leyenda del boxeo le abriría las puertas de un mundo que ella ansiaba. “Yo me identifiqué siempre con Tyson por ser salvaje, animal. Siempre fui mi ídolo, ese negro que con una sola piña derribaba a cualquiera. Cuando leí el artículo, dije al aire como me gustaría ser como él, yo pelearía arriba de un ring. Por regalo de la vida, justo me estaba escuchando un entrenador que era de Río Cuarto, se llegó a la radio y preguntó: ¿quién dijo que quería pelear, vos?”, contó.

- ¿Y qué pasó?
- Yo le dije sí y él me dijo: yo te hago pelear, al mes armó un festival, en donde debuté. Así comenzó mi carrera.

“Quería demostrar que era la más fuerte del mundo”

“Yo quería pelear, pero no en la calle. Quería demostrar que era la más fuerte del mundo, ser alguien  en la vida, porque en ese momento yo vendía alfajores, cortaba el pasto, vendía diarios, laburaba para mantener a mis dos hijos. Pasábamos hambre, a veces comíamos arroz y sólo arroz al mediodía y a la noche. En el boxeo veía mi futuro como carrera, como deportista y persona y lo sigo viendo”, cuenta Oliveras en el diálogo con La Nueva Mañana.

Ella ama el boxeo como deporte “porque es el único que saca a los chicos de la calle y de la droga”. Además, conoce que los campeones del mundo en todas partes salen de los barrios más pobres. “Es un deporte noble, hermoso”, expone.

Aun así, sabe que se debe luchar con muchas cosas que al margen de lo bello del deporte, pueden convertirse en puntos oscuros dentro de la actividad. Justamente, son obstáculos y situaciones negativas a las que esta deportista nunca esquivó y se enfrentó.

“Peleo contra los promotores y las entidades y contra las mafias. He ido a hablar con los presidentes de la OMB, con dirigentes del CMB, del Honorable Consejo, que de honorable no tiene nada, para que nos aumenten las bolsas y poder comprarnos una casa. Yo era triple campeona y no tenía casa”, explica con algo de molestia.

“Fui a hablar y se me cagaban de risa y hasta me ofrecieron sexo y eso lo denuncié públicamente. Paco Varcarcel (presidente de la OMB) quiso acostarse conmigo cuando le fui a pedir que igualen las bolsas”, manifiesta quien entró en el libro Guinness de los récords por ser la única mujer en ganar cinco títulos mundiales de boxeo (cuatro en diferentes divisiones).

La campeona considera que el entrenamiento de las mujeres dentro del boxeo debe ser diferente. Incluso cree que desde el boxeo se puede cambiar la mentalidad de una sociedad a la que en muchos casos todavía le cuesta hablar de esta igualdad. “Yo estuve haciendo que las mujeres entrenen y que vean que también tenemos fuerza. La mujer va a entrenar al gimnasio culo y piernas, entonces tienen un culo de dos metros y medio y los bracitos que parecen dos escarbadientes. Después dicen que no tenemos fuerza, y claro, si no entrenamos la fuerza”.

Incluso, “Locomotora” cree que muchas situaciones de violencia contra las mujeres podrías prevenirse con la práctica de este deporte. “Si vos hacés boxeo, entrenás la fuerza, la velocidad, la vista, podés correr, podés pegar y cambiamos ese paradigma de que la mujer es débil. Si la mujer comienza a defenderse, cambia todo y creo que se termina la violencia de género”, manifiesta la deportista de 40 años.

“¿Por qué lastiman a las mujeres y las golpean? Porque no hacen nada, porque se sienten débiles y tienen miedo. Si vos te entrenás, es porque te cuidad y si vos te cuidás es porque te querés. Si te querés, no vas a permitir que te lastimen, ni siquiera verbalmente, concluye.

Su sueño de pelear con un hombre

“Me gustaría pelear contra un hombre, es mi sueño, y ganar la plata que ganan los boxeadores hombres. Así vamos a demostrar que las mujeres también tenemos fuerza, que el hombre no se la va a llevar de arriba y la igualdad sobre el ring. Yo sé que esa pelea se va a dar y me encantaría ser yo la protagonista”, afirma.

La boxeadora quiere volver a pelear. Su próxima pelea va a ser a 12 rounds, de tres minutos, según ella misma explica, para lo que está buscando “una provincia, un gobernador, un intendente o una empresa que ponga el dinero”.

Ella explica que se peleó con todos los promotores, así que la organización será del Team Locomotora: “Estuve dos años sin pelear. Yo tenía una pelea lista en Europa con Cecilia Braguecu y pum!! Se cayó. Tenía contrato con Canelo Álvarez, estuve una semana en Guadalajara entrenando con el Team Canelo, con contratos por plata y Osvaldo Rivero, ‘El Diablo’, como yo lo apodé, no me dejó pelear, cuenta como una especie de ‘pena’ que debió cumplir producto de esa pelea con los promotores”.

“En este momento, tendría mucha plata, pero como a mí la plata no me llena, me llena la gente, el amor, el cariño, que es lo que me voy a llevar a la tumba. Nadie se lleva dinero al cajón y si lo lleva no sirve pa´mierda. Me dolió que no me dejaran pelear a tan pocos días de hacerlo”, cierra Oliveras, sin dejarse vencer por ese sentimiento y pensando en su futuro.  

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