Misterio y devoción en la tumba de un bebé de Juárez Celman

El cuidador del lugar ubicado a 19 kilómetros de la capital cordobesa dice que allí pasan hechos extraños en las noches. Vecinos y turistas se acercan a dejar ofrendas.

Córdoba08/11/2017 Redacción La Nueva Mañana
Cementerio Juarez Celman
Los devotos llegan allí desde diversos puntos del país depositando grandes canastos con juguetes, oracionesFoto: Ilustrativa.

La historia gira entorno a la tumba donde descansa un bebé que nació muerto y al que se lo venera como a un santo milagroso en el cementerio de una localidad ubicada 19 km del centro de la Ciudad de Córdoba.

El panteón está en Estación Juárez Celman y los devotos llegan allí desde diversos puntos del país depositando grandes canastos con juguetes, oraciones y cartas con súplicas para el niño que está allí enterrado.

La tumba del niño está pintada de blanco, rodeada de juguetes que desbordan los cuatros canastos colocados para tal fin. Completan la inusual ornamentación unos zócalos con flores amarillas y una capillita donde se ve una carta y la foto del bebé desteñida por el agua de las lluvias.

Luciano, es el cuidador del Cementerio de Juarez Celman y confiesa que le despierta admiración y curiosidad la devoción de las personas que viajan desde tan lejos para acercarle un regalo al niño.

“La gente venía y visitaba esta tumbita, algunos con regalitos. El niño es de la zona de Guiñazú. Empecé a interiorizarme y me contestaron que a cambio de algunos favores le traían juguetes, como peticiones que la gente le hacía”, indicó en diálogo con Cadena 3 el cuidador.

“Antes, los juguetes vivían desparramados por todo el cementerio. Por eso la gente decía que el niño jugaba, pero en un día como hoy, con este viento, todo es posible. No sé, también dicen que de noche se escucha el llanto del niño y que juega con los juguetes pero yo no sé. No me quedo de noche”, agregó.

Las historias de milagros se mezclan con las versiones de los que aseguran que allí por las noches pasan cosas que llaman la atención. El cuidador del cementerio percibe que algo pasa, pero lo naturaliza como parte de su trabajo.

Los más creyentes, aseguran que en las madrugadas el niño se despierta y juega con sus juguetes, desparramándolos por todas las tumbas del cementerio, hasta que se agota y vuelve a dormir. “A veces, si le gustan las ofrendas y la persona que las hizo, intercede para que se obre el milagro que le pidieron”, afirman.

Por su parte, los vecinos de Estación Juárez Celman agregan que, a veces, pasada la medianoche, se escucha un llanto fuerte que se repite en el silencio de la llanura.

Hay quienes sostienen que es la queja del niño cuando descubre que le han robado un juguete. Los lugareños advierten a los visitantes que no es buena idea llevarse una de esas ofrendas. No obstante, muchas familias llevan a sus hijos al cementerio y no tienen problemas en dejarlos entretenerse con esos juguetes.

Si bien hay versiones y relatos diferentes sobre las creencias en el tema, para Luciano, las historias de fantasmas vienen de afuera del cementerio y asegura que no tuvo experiencias como las que cuentan en sus años trabajados en el lugar. Sin embargo, habla de algo que él mismo llama como sensaciones: “Lo que yo he sentido son sensaciones. Algunas que no puedo explicar. Una vez estaba arrodillado pintando una tumba y sentí que, detrás mio, pasó alguien caminando. Me dí vuelta y nada. Esas cosas son normales acá”, manifestó.

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