Se volverá a levantar como el Gladiador

No, nunca nada le fue fácil a Paulo Dybala, aunque muchos al verlo por la TV lo crean. Todo lo que logró lo hizo a base del trabajo, sacrificio y obsesión por querer conquistar sus sueños.

Deportes 07/06/2017 Marcos Villalobo
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La obtención de la Liga de Campeones de Europa no pudo ser, pero eso no quita que tuvo un año extraordinario. El planeta habló de Laguna Larga, de La Agustina, de Instituto, de Córdoba, por culpa de La Joya, que con su fútbol hizo que los medios de todo el mundo desvíen la mirada para estas latitudes. Tras la derrota de la Juventus ante Real Madrid dialogué con varios amigos de Paulo que aún viven en Laguna Larga y todos estaban orgullosos de “Paulito”. La palabra “orgullo” la repitieron.


Un viejo maestro alemán, que no recuerdo su nombre, solía decir que “la tempestad te pone a prueba” y parafraseando a Heidegger explicaba que todo lo bueno nace en la tempestad. Y me permito jugar con esta idea, creyendo que en este momento de desilusión por el título escapado, el zurdo de Laguna Larga busca en ese caos de impotencia el convencimiento de volver a intentarlo. Están naciendo sus ganas de revancha.
Cuando falló el penal en Doha ante el Milan en la final de la Supercopa italiana, no fue un grato momento para Dybala. “Me sentía decepcionado”, confesó. Pero ahí nació el festejo del #Dybalamask, en referencia al Gladiador. Y volvió a tener un primer semestre tremendo en el 2017. Él lo contó: “No conseguía reponerme. Cuando miraba a los demás, me sentía culpable. Así que publiqué la frase de Michael Jordan que dice que ha logrado el éxito porque ha fallado mil veces en la vida. La máscara es la de Gladiator, una película que he visto 30 veces. En la vida hay que volver a levantarse y luchar”.


Y sí, así, en medio de una tempestad nacen nuevas ideas. Lo hizo en su Laguna Larga, lo hizo en La Agustina, lo hizo Instituto. Lo volverá a hacer ahora en Juventus: volver a levantarse.
Y aunque perdure la bronca por no poder alzar la anhelada Orejona, será una cuota pendiente. Y tan sólo tiene 23 años. Es decir, mucho tiempo por volver a ese lugar... como Máximo, el Gladiador.

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