El renacer del arquero Brian Olivera en Estudiantes de Río Cuarto

“Fue un año medio complicado”, reconoció el arquero que regresó a la titularidad del “León”. Como marca su historia, siempre reapareciendo en situaciones difíciles.

Olivera es el N°1 de Estudiantes de Río Cuarto en un año con muchos armados y desarmados de valijas. - Foto: gentileza.

  

 

Brian Olivera es de esos jugadores que desde inferiores demuestra un carácter importante, y que en las dificultades saca un plus para afrontarlas. Así lo hizo cuando era un juvenil que entrenaba en el predio La Agustina con la clase ’93 de Instituto, y también cuando llegó a la Primera albirroja y así lo hace desde que se convirtió en profesional. No sólo en el terreno de juego, sino en las situaciones que le toca atravesar en su carrera.

El arquero que hizo inferiores con Paulo Dybala y Gustavo Gotti en la “Gloria” nuevamente es el número “1” de Estudiantes de Río Cuarto en un año donde tuvo muchos armados y desarmados de valijas.

¿Qué significa volver a la titularidad?

- Fue un año medio complicado. Me había ido a mi casa, ya había hecho la mudanza, me iba a Tucumán, ya me habían vendido, después me tuve que volver. No empecé jugando, venía de una expulsión. Fue un año, sí, muy complicado, porque después no atajaba. Incluso ahora tuve para irme otra vez. No me fui. Y, por suerte, parece que ahora están cambiando un poco las cosas y es muy importante para mí y mi carrera empezar a mostrarme nuevamente.

¿El retorno de Vázquez al club fue tan importante, más allá de los resultados?

- Sí, sí, Marcelo es como un dios en el club. Maneja todo, sabe todo, nos conoce, se siente cómodo en el club. Es un técnico sincero, que te va de frente. Te puede gustar o no, pero él te va de frente y te dice si vas a jugar con él o no, si las vas a pelear de atrás, pero esa sinceridad, me parece, mantiene al grupo unido, y nadie anda enojado.

Renaciendo

Brian era un atacante en los potreros de Villa Azalais. Un nene inquieto fanáticos de la “Gloria”. A los 5 años se sumó a las divisiones infantiles de Instituto y una tarde el papá del “Tanque” Gotti lo mandó al arco porque había faltado el arquero de la clase ’93. Se puso bajo los tres palos y nunca más dejó de volar y hacer atajadas. 
Con tan solo 18 años debutó en el primer equipo de Instituto, allá por el 2014. Un día inolvidable para él. En el club de sus amores atajó 33 partidos. Pero en el 2017 se fue de la institución de Alta Córdoba, propinándole un golpe inesperado y duro.

“Cuando me fui de Instituto no la pasé bien”, reconoce el propio arquero. Es que no solo se quedó sin club –el club del que es hincha-, sino que también se quedó sin representante, y muchos aplaudidores desaparecieron. 
Las ofertas no llovían. Tuvo que renacer. Y lo hizo en el torneo Federal A defendiendo el arco de Defensores de Villa Ramallo. Olivera explica que tuvo un cambio de mentalidad en ese momento. Tal es así que tuvo dos temporadas muy buenas en ese club, atajando 64 partidos, siendo muy importante y destacado. Y eso lo llevó a Estudiantes de Río Cuarto, donde está desde el 2019.

El 28 de marzo de este año, Olivera renovó su contrato con Estudiantes. Firmó hasta diciembre del 2023. En medio de un año donde estuvo a punto de irse, donde fue suplente, donde una lesión lo tuvo a maltraer. La partida del juvenil Joaquín Bigo a Arsenal la supo aprovecha y fue importante que la confianza que el entrenador Marcelo Vázquez le dio. Un técnico que desde que retorno al “Imperio del sur” le devolvió las ilusiones al Celeste que ahora está en puestos de clasificación.

En enero de este año el arquero cordobés estuvo a horas de ser jugador de San Martín de Tucumán.

Me gustan las difíciles

El fin de semana pasado se disputó en el Gigante de Alberdi el clásico provincial, donde el “León” le empató a Belgrano y le cortó el andar victorioso al elenco “Pirata” de local. Fue una igualdad que se celebró en el plantel del “Imperio del Sur”. Y, a propósito, el arquero consideró: “Fuimos a una cancha muy grande para enfrentar a un equipo muy grande, que es el puntero de la categoría. Habían ganado los nueve partidos de local, entonces hicimos nuestro juego y nos llevamos un punto que para nosotros es muy importante”.

Además, sobre la celebración de ese punto justificó: “A nosotros no nos venían saliendo bien las cosas de visitante. Nos estaba costando. Trabajamos mucho en eso y sacarle un punto a Belgrano se tiene que celebrar”.

Siempre dijiste que te gustan las difíciles, jugar en estadios que parecen complicados. Teniendo en cuenta tu pasado en Instituto, ¿fue especial jugar en Alberdi?

- Yo soy hincha de Instituto, pero no pasa nada. Yo tuve la posibilidad de venir a jugar a Belgrano y no se me dio. No quita que voy a dejar de ser hincha porque venga a jugar acá. Pero sí, me gusta jugar estos partidos, me gusta ir a Córdoba y jugar contra Belgrano o Talleres, o contra Instituto, que todavía no se me dio. Para mí sería lindo. Me gusta que la gente me silbe, no pasa nada.


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